Análisis Twin Mirror, agotamiento mental (PS4, Xbox One, PC)
Dontnod Entertainment nos sorprendió desde su debut con Remember Me, y nos enamoró con Life is Strange. Quizás, lo que más nos gustó de este juego era cómo combinaba puzles con una historia que sabía tocar temas complicados con muchísimo tacto, con una naturalidad casi imperceptible, y nos ponía decisiones ante nosotros tan increíblemente complejas que incluso viendo el desenlace y pudiendo rebobinar el tiempo, no sabíamos qué hacer. Desde entonces, Dontnod ha ido un poco por la ruta de Telltale y diversificarse... con resultados similares a los de la desaparecida compañía.
Un crimen conocido
Twin Mirror es un juego que sigue la fórmula conocida y popularizada por Telltale; muy sencilla en lo jugable, y centrada en la narrativa. La principal novedad aquí pasa por el llamado Palacio de la mente, una representación de la psique de nuestro protagonista que nos permite visitar sus recuerdos, e incluso visualizar posibles acciones futuras. Lo demás no guarda muchas sorpresas.
Pero no adelantemos acontecimientos. La historia comienza cuando Sam Higgs vuelve a su pueblo natal con motivo del entierro de su mejor amigo. Las cosas no van nada bien para Sam durante el retorno, que se encuentra tanto con amables caras familiares como con otras no tan amables, ya que uno de los artículos que escribió hace algunos años causó el cierre de la mina que daba de comer a muchas bocas en Basswood. Pero esto no es lo peor.
Al día siguiente, y sin recordar nada, el personaje principal de la historia descubre que ha sucedido un crimen y que él está implicado, desatando así una investigación que sirve de hilo principal a la aventura. No vamos a profundizar mucho más en la narrativa, pero nos vamos a encontrar con una historia bastante sencilla, que apenas profundiza en nada, y que nos ha parecido bastante previsible; la típica de asesinos y corrupción en un pequeño pueblo de Estados Unidos.
Si esto no es recuerda demasiado a Twin Peaks, hay también una especie de «entidad» invisible para el resto de humanos con la que hablamos, aunque en este caso es más una especie de alter ego que discute todas las decisiones importantes con nosotros. De hecho, cuando tomamos una, tenemos que elegir entre lo que dice él o lo que pensamos nosotros. El otro componente twinpeakesco ese esa especie de realidad alternativa, el mencionado Palacio de la mente.
Un palacio un tanto pequeño
El Palacio de la mente ha sido una decepción. Si bien tiene algo de valor narrativo para entender lo que pasa y ha pasado en la mente del protagonista, apenas aporta nada a nivel jugable. Al final, su función principal es la de recrear escenas en el pasado o planear el futuro, como si fuese un «modo detective», una idea que nos gusta... si no fuese, sencillamente, una serie de interacciones a modo de ensayo y error. Salvo en el final, no podemos fallar, diluyendo esa sensación de «elige tu propia historia».
Es una pena, porque la idea de contemplar diferentes posibilidades y que tuviesen diferentes consecuencias es, precisamente, lo que esperas de un juego como este. Si al menos estuviese hecho de manera inteligente y consígnese engañar al jugador, todavía podría considerarse algo positivo, pero es tan obvio que lo único que consigue es que acabemos dando vueltas para encontrar la solución, esperando que la siguiente combinación sea la buena.
Hay un par de secuencias interesantes, sobre todo por la puesta en escena, pero no podemos evitar sentir que, como adición, es un poco decepcionante. Si recordáis, el primer vídeo de la jugabilidad mostraba que se podía salir y entrar en cualquier momento del Palacio de la mente, mientras que ahora no podemos salir hasta que no hayamos resuelto la secuencia, por lo que quizás algunos problemas durante el desarrollo han causado que se haya quedado a medias tintas.
Un lado más humano
Dontnod va evolucionando poco a poco la tecnología que da vida a sus juegos, aunque pensamos que ya es hora de que se humanicen un poco más a los personajes, sobre todo en casos como este, cuando se apuesta por una estética más realista. Por una parte, tenemos rostros más reales, que chocan con expresiones faciales de hace una década. También hay una extraña dualidad en los personajes, un poco a lo Shenmue III, con caras que parecen tener una dirección artística realista y otras con un estilo más cartoon.
Todavía más chocante resultan cuando las comparamos con los preciosos entornos, a veces fotorrealistas, que sirven de escenario a Basswood. Se agradecería algo más de variedad, ya que el pueblecito americano empieza a hacerse un poco repetitivo, si bien es innegable que en lo visual es precioso.
Las voces, por su parte, están bastante bien, si bien sólo nos llegan en inglés con unos correctos subtítulos al castellano. El uso de la música, algo por lo que suele destacar Dontnod, empieza muy bien y termina flojeando. Esto, curiosamente, es un poco lo que le pasa a todo el juego. Arranca bien, te atrapa, y luego empieza a perder fuerza y a convertirse en algo previsible, que pierde interés incluso durante las cuatro horas, aproximadamente, que dura.
El camino de Telltale
Este juego de Dontnod Entertainment nos recuerda a las sensaciones que nos empezaron a dejar los juegos de Telltale cuando el estudio empezó a forzar la maquinaria. Sí, es una aventura entretenida, pero ha perdido toda la fuerza que caracterizó a Life is Strange, tanto en lo narrativo como en lo jugable. Twin Mirror es un título que te apaña un par de tardes, si bien su historia es previsible, las decisiones no tienen el mismo impacto que solían tener y sus novedades aportan poco. Si os gustan este tipo de aventura pasaréis un buen rato con él, pero Dontnod tiene que espabilar y mirar al gemelo en el espejo que ya no está.
Hemos realizado este análisis en su versión de PC con un código de descarga proporcionado por Bandai Namco.