Análisis Lost Ember, una bonita aventura en la naturaleza (PS4, Switch, Xbox One, PC)
Tras los múltiples títulos que han llegado a todos los formatos durante la cada vez más dilatada campaña navideña, ahora llega el inevitable parón invernal… que o mucho cambian las cosas o se va a extender más de lo que ha sucedido durante los últimos años. El caso es que ante esta inminente sequía de juegos tradicionales, muchos jugadores van a tener que "refugiarse" en la siempre llamativa escena independiente. Son muchas las producciones que están proyectadas para ir apareciendo paulatinamente antes de que finalice este año, siendo Lost Ember una de las más recientes en hacerlo, título que ya está disponible en PS4, Xbox One y PC, y que llegará más adelante también a Nintendo Switch.
Diseñado por Mooneye Studios y a pesar de que lo que pueda parecer si echamos un vistazo rápido a las imágenes y vídeos que acompañan a este título, no estamos ante la típica aventura plataformera 3D sino ante un walking simulator en toda la extensión de la palabra. Una obra que nos narra las vicisitudes de una loba que, con la ayuda de una especie de espíritu guía que busca la Ciudad de la Luz, se las tiene que ir apañando para dilucidar su destino.
Pero para conseguir esto lo primero que tiene que hacer es conocer su pasado, algo que a lo largo de la aventura vamos descubriendo a través de un buen cúmulo de recuerdos que tenemos que ir descubriendo, siendo ésta justamente la forma en la que avanza esta producción.
¿Y qué tal narrada está la historia que se encuentra detrás de esta aventura, algo fundamental en este tipo de obras? ¿Resulta interesante? Pues en líneas generales no está mal y, a poco que nos encariñemos con la protagonista principal, seguramente queramos llegar hasta el final de su viaje para descubrir qué sucede tanto con la loba como con su curioso aliado espiritual (literalmente). Eso sí, no esperéis nada especialmente llamativo ni giros de guion de esos que te dejan sin habla porque, sencillamente, la trama que nos invita a ir descubriendo Lost Ember es más bien simple pero relativamente atractiva… y un tanto "sensiblera". No es su punto más destacado, pero tampoco se ha descuidado en absoluto.
Una apuesta por la naturaleza
Aunque al comienzo de la aventura parece un animal simple y corriente, pronto descubrimos que la loba que protagoniza esta producción posee diversas cualidades y atributos especiales. Y la más destacada de todas es su capacidad para poseer el cuerpo de otros animales que merodean por los escenarios. Unos fondos que, si bien en ocasiones resultan relativamente amplios, suponemos que debido al género al que pertenece esta obra terminan siendo tremendamente lineales y poco "explorables". Eso sí, por lo menos todos estos decorados están plagados de ciertos coleccionables (como unas reliquias) que es posible ir descubriendo, lo cual aporta algo de vidilla a la aventura y expande (aunque no demasiado) su durabilidad, no demasiado dilatada dicho sea de paso.
¿Y qué es lo que tenemos que hacer a grandes rasgos a lo largo de toda la aventura? Pues ir acercándonos a unos puntos determinados de los escenarios (claramente marcados) para asistir al flashback de turno que nos permite conocer algo más sobre la historia en general y el pasado de la protagonista animal en particular… y poco más. Eso sí, no todo es tan simple debido justamente a lo que os comentábamos antes: la gran aptitud de la que goza nuestra querida loba. Además de poder detectar la presencia de los animales que la rodean, también posee la capacidad de concentrarse para, acto seguido, pasar a controlar el cuerpo de aquellos animales que se encuentran dentro de su área de acción.
Patos, peces, topos, colibríes y demás fauna animal que pululan por los decorados son susceptibles de ser controlados. Y como ya sospecharéis, al hacerlo inmediatamente ganaremos el acceso a las capacidades y características inherentes a cada una de las especies que manejemos. Es decir, que si controlamos a un topo podremos entrar en sus pequeñas galerías subterráneas; mientras que si lo hacemos con un pato, tendremos la oportunidad de volar. Y en más de una ocasión, la única forma de alcanzar una parte determinada de los fondos es utilizando a alguno de nuestros pequeños aliados que merodean por el mundo natural que alberga esta odisea.
Como veis no estamos ante una jugabilidad para nada complicada, siendo un título ideado y concebido para que pueda ser disfrutado por la mayor cantidad de usuarios posible. Y a esto se suma su bajo (o prácticamente inexistente) nivel de dificultad, dado que no es posible morir, puesto que cuando nos caemos por un precipicio o sucede algún accidente similar, comenzamos prácticamente en el mismo sitio. Esta falta de desafío suele ser bastante habitual en la inmensa mayoría de las obras del mismo talante que la que ha sido creada por Mooneye Studios, por lo que no nos parece justo penalizarla por ello. Simplemente, pensamos que es algo que es necesario dejar claro.
Otra de sus principales virtudes tiene que ver con su notable parcela artística, la cual consigue esconder (aunque sólo en parte) lo humilde que resulta su acabado técnico en general. A medida que avanzamos es posible observar paisajes de una gran belleza que harán las delicias de todos aquellos que disfruten con la naturaleza. Sin embargo, todo lo demás está mucho menos conseguido, pudiendo apreciar texturas poco nítidas, popping muy perceptible, tirones y bajadas en la tasa de cuadros de animación y demás defectos importantes. Pero el peor de todos tiene que ver con los bugs, que en alguna ocasión han sido tan graves como para obligarnos a cargar la partida más reciente. Y para terminar a esto se suma un apartado sonoro bastante bueno, destacando las relajantes melodías que nos acompañan durante nuestro viaje y el meritorio doblaje en inglés con subtítulos en español.
Un walking simulator muy relajado
Aquellos que disfruten con este particular estilo de títulos seguramente sabrán apreciar la bonita (aunque algo simple) historia que está detrás de este viaje de una loba y su inseparable espíritu guía. Su jugabilidad sencilla y relajada así como su nulo nivel de dificultad hacen de esta obra un juego ideal para los que, simplemente, quieran disfrutar de una especie de cuento que tiene lugar en un entorno natural bastante bello. Pensamos que peca de una falta de ambición muy evidente y, también, de pulido, dado que algunos de los diversos bugs que de vez en cuando se dejan ver resultan muy molestos. Pero a pesar de todo, no es un mal representante dentro de su género.
Hemos realizado este análisis en su versión de PS4 con un código que nos ha prorpocionado Plan of Attack.