Análisis Starfield: Una gran aventura espacial anclada al pasado (PC, Xbox Series X/S)
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Bethesda se ha convertido por méritos propios en uno de los estudios más respetados a la hora de ofrecernos juegos de rol inmersivos con mundos cargados de detalles, grandes misiones, buenas historias, un arte sobrecogedor y un conjunto de virtudes que nos sumergen en una experiencia única con cada nuevo título.
Con esta base es completamente normal que Starfield sea uno de los juegos más esperados del año para los jugadores de PC y Xbox Series X/S, ya que se trata del proyecto más ambicioso hasta la fecha del estudio americano que ha querido ofrecernos una ópera espacial gigantesca, quizás abarcando demasiados frentes en lugar de solucionar fallos recurrentes del estudio, siendo un título que por momentos es único, pero que en otros se resquebraja con aspectos que no están a la altura de una obra que, pese a sus fallos, puede resultar increíble.
Constelación
Starfield es una aventura de ciencia ficción en la que el ser humano se vio obligado a abandonar la Tierra hace ya unos cuantos años, teniendo que conquistar el espacio a marchas forzadas llevando su vida a otros planetas a lo largo y ancho del universo. Nuestro periplo comienza en una excavación remota en la que descubrimos una misteriosa pieza que nos lleva a fichar por Constelación, un grupo de exploradores con mentes inquietas y un buen músculo económico que tiene como objetivo descubrir los secretos que aún esconde el universo.
Por supuesto, no vamos a hablar de más aspectos de la trama más allá de este inicio (lo que habéis leído hasta aquí corresponde solo a los primeros 20 minutos de partida), pero sí que como siempre, vamos a contaros lo que nos ha parecido la historia troncal, y es que a nivel argumental la campaña de Starfield nos cuenta una trama que creemos que encantará a los amantes de la ciencia ficción, que van a descubrir un universo único con el juego de Bethesda tanto en su campaña como a través de todos los documentos o historias que encontramos, y que nos van descubriendo un universo único sobre el que construir una nueva saga de videojuegos que puede dar mucho que hablar.
De hecho, el mayor problema de la campaña no es el de su trama, que, aunque tarda un poco en arrancar, acaba contando una historia muy interesante, sino en la estructura de sus misiones, demasiado básica y sencilla. Por momentos puede desgastar al jugador, sobre todo durante las primeras horas, a no ser que se meta en el papel de su personaje, que no es otro que el de ser un explorador espacial, algo que no se cansan de comentarnos los diferentes miembros de Constelación.
Y es que creemos que Starfield es un juego de rol que exige al jugador meterse en el papel, que tenga curiosidad por explorar ese edificio que ve a lo lejos en un planeta perdido, esa estación espacial que parece abandonada, que se pare a escuchar como un cotilla esa conversación aleatoria en mitad de una plaza y que tenga la mente abierta a perderse en las estrellas. A cambio de meterse en el papel, es un juego que te va a recompensar con algunos momentos increíbles, cadenas de misiones únicas tan interesantes como la principal, recompensas que van a hacer mucho más poderoso a nuestro personaje o vistas sobrecogedoras del universo.
Exploración especial
Como la exploración es una parte clave de Starfield, vamos a hablar en segundo lugar de ella, ya que es una exploración espacial y especial en sus mecánicas, algo que ya nos comentó Pete Hines, vicepresidente de Bethesda, en nuestra larga entrevista que pudisteis leer esta misma semana en Vandal.
Y es que hay que dejar ciertas cosas claras con la exploración en Starfield, que no nos ofrece un "universo abierto" como tal, sino que es más bien una estructura de red de malla en la que nos vamos desplazando con nuestra nave de lado a lado haciendo diferentes saltos o viajes rápidos para terminar explorando lo que hay alrededor de la nave en un planeta o sistema.
Por ejemplo, no esperéis poder ir de un planeta a otro a bordo de la nave, sino que el desplazamiento entre planetas y sistemas se hace a golpe de clic, abriendo el mapa del universo que tenemos a nuestro alcance. Lo que sí podemos hacer es explorar secciones de la órbita de cada planeta, luna o anillo para encontrarnos lluvias de meteoritos, chatarra espacial, piratas, comerciantes, estaciones abandonadas, gente que necesita ayuda, misiones, reporteros especiales, disputas familiares y todo tipo de sorpresas.
Algo parecido ocurre con la exploración planetaria. No podemos "volar dentro" de los planetas con nuestra nave. Lo que hacemos es aterrizar en un punto seleccionado y explorar alrededor del mismo, encontrándonos con algunas especies, plantas, recursos, accidentes geográficos, ruinas, edificios y algunas sorpresas que van apareciendo en nuestro rastreador. Eso sí, si nos alejamos mucho de la nave veremos cómo aparece una advertencia que nos obliga a volver a la misma y que sirve como muro invisible para que no sigamos avanzando.
Esto no quiere decir que no podamos explorar todo el planeta, podemos hacerlo, pero no recorriéndolo a pie de extremo a extremo, sino que tenemos que dar saltitos con nuestra nave por todo el territorio si queremos explorarlo de cabo a rabo. Se trata de una decisión de diseño que sabemos que va a suscitar polémica, aunque a nivel particular este punto no nos parece grave. Nosotros hemos cronometrado cuánto se tarda en llegar a ese muro invisible corriendo con nuestro explorador en la misma dirección durante 11 minutos para encontrarlo, viendo por el camino diferentes accidentes geográficos, animales pastando o peleando entre sí, ciertos edificios y otros elementos que podíamos explorar pero que obviamos para hacer esta prueba, así que en realidad llegar a ese muro debería de llevarnos un tiempo bastante más largo jugando de una forma orgánica.
Dejando esto a un lado, lo cierto es que la exploración planetaria varía mucho dependiendo del planeta o la zona en la que aterricemos. A veces nos podemos encontrar planetas llenos de vida, en otras ocasiones desiertos de arena o hielo sin ni un solo ser vivo.En ocasiones nos puede llevar a encontrarnos con misiones de lo más interesantes, descubrir guaridas de malhechores o una facción desconocida mientras que otras simplemente nos daremos un tranquilo paseo escaneando flora, fauna o rocas para ver si es un lugar apto para construir una base para recolectar recursos si así lo queremos.
Este contraste entre planetas es lógico en un universo tan poblado y con tal cantidad de sitios que visitar, aunque nos preguntamos si no sería mejor hacer algo con una escala más pequeña, pero con una densidad mayor de actividades, fauna y lugares emblemáticos. No queremos decir que no los haya en Starfield, los hay, y muchos, pero a veces puede costar encontrarlos y los planetas o zonas que no tienen demasiado que ofrecer son un simple adorno que no aporta nada y que puede lastrar las expectativas de ciertos jugadores.
En resumen, la estructura de la exploración a nivel de diseño puede resultar algo añeja y estamos seguros de que va a desatar cierta polémica y quizás una escala tan grande con planetas con zonas un tanto vacía no aportan demasiado y hubiera sido mejor una apuesta un tanto menos ambiciosa a nivel de dimensiones. A pesar de esto queremos dejar bien claro que hemos disfrutado mucho explorando el universo de Starfield, que nos hemos dejado llevar por nuestro papel de exploradores para investigar ese misterioso edificio que nos aparecía en el radar o el icono de una nave que apareció en nuestro mapa espacial y que nos llevó a… bueno, no vamos a destriparlo, pero a algo chulo.
Un combate que cumple, pero que debe mejorar
Una de las cosas que vamos a hacer, y mucho, en Starfield, es combatir, y aquí tenemos tanto luces como sombras de lo que el juego puede ofrecernos. Las sensaciones superficiales de las mecánicas de disparos se sienten bastante bien, la precisión apuntando con el ratón (hemos jugado principalmente en PC) es muy buena, el repertorio de armas es amplio para abarcar todos los gustos y resulta divertido pegar tiros y enfrentarnos con enemigos en el juego.
Sin embargo, rascando un poco más nos encontramos con errores ya clásicos en los títulos de Bethesda, con una IA de los rivales un tanto pobre, algunos fallos en las cajas de impacto que no han registrado bien ciertos disparos, o ver cómo en ocasiones los enemigos sí se quejan de nuestros tiros y se nota que el impacto de nuestra arma tiene cierto peso, y otros en los que las balas le dan, le baja la vida pero sigue disparándonos sin inmutarse en absoluto. Por no hablar de que el sigilo sigue apostando por la misma fórmula que en otros juegos del estudio y que no es para nada satisfactorio.
Se trata de un punto crítico que Bethesda ya debería de haber solucionado hace bastante tiempo, más aún si tenemos en cuenta que están rodeados de estudios que saben hacer muy buenos shooters como MachineGames o idSoftware que bien podrían intervenir en el desarrollo de sus juegos para solventar estos fallos que, por otro lado, quizás puedan acabar arreglándose con algunos parches.
Junto al combate también queremos incluir las mecánicas de recuperación de salud. En Starfield no solo tendremos que curarnos de las heridas, sino que también podemos sufrir estados alterados como rompernos un hueso por una caída, intoxicarnos por culpa de un gas nocivo, vernos afectados por temperaturas extremas o tener hemorragias debido a las heridas de armas de filo de los enemigos. Para curar los estados alterados hay diferentes tipo de medicación que podemos adquirir y se trata de una idea interesante en su planteamiento pero que finalmente tan solo se ha aprovechado en contadas ocasiones dentro del título, aunque quien sabe si en un futuro quizás tengamos un modo supervivencia en el que las enfermedades, los estados alterados y otros factores puedan jugar un papel fundamental en la aventura.
No te fallare
Los compañeros en Starfield juegan un papel fundamental ya que podemos interactuar con ellos, nos permiten conocer mejor el universo que ha creado Bethesda a través de sus historias, y además también tenemos opciones de romance y la posibilidad de que nos acompañen durante toda la partida, dándonos algo de apoyo en el combate e incluso recolectando ciertos objetos que se nos hayan olvidado en el camino.
Si decidimos llevarlos con nosotros, su ayuda en el combate va a ser bien recibida, ya que nos permitirán tener un poco de daño extra durante los enfrentamientos y también atraerán en ocasiones el fuego enemigo. No es que su inteligencia artificial sea la mejor del mundo, pero pueden resultar útiles ya que no morirán en ningún momento, algo con lo que en realidad no estamos demasiado de acuerdo, ya que nos hubiera gustado que pudieran, al menos, caer durante el combate para dejar de ayudarnos en ciertos momentos.
Aprovechando este apartado de compañeros también queremos hablaros de la interacción o las opciones de diálogo con otros personajes, ya que tenemos la posibilidad de que nuestro personaje sea todo un parlanchín experto en conversar, intimidar, engañar o persuadir a otros para conseguir sus objetivos, aunque las mecánicas de persuasión como tal nos chirrían un poco, usando una especie de minijuego en el que tenemos que escoger la frase correcta para manipular a nuestro objetivo, con algunas oraciones que se repiten en varias ocasiones y que chirrían bastante y distan de lo que debería de ser un sistema de este tipo en un juego de rol del 2023. De hecho, es una de las cosas que menos nos han gustado de Starfield.
Tu nave, tus reglas, tu morada
Otro punto clave de la obra de Bethesda es la nave, nuestra segunda casa, una fiel compañera que utilizaremos para viajar por diferentes sistemas, combatir, piratear, explorar, comerciar y hacer todo tipo de actividades.
De entrada, Constelación nos dará una nave para principiantes que ya habéis visto en multitud de tráileres y que podemos modificar al gusto, añadiendo nuevas armas, mejoras en el motor, en los escudos, para hacerla más temible en el combate o que nos permita viajar a más distancia, algo crucial en cierto momento de la partida.
Por otro lado, también tenemos un buen número de naves que podemos comprar en función del uso que la vayamos a dar. Quizás prefiramos hacernos con un enorme carguero para tener una amplia bodega con la que comerciar con suministros o todo tipo de objetos por todos los sistemas (incluso con rincones ocultos para el contrabando), o nos decantemos por una poderosa nave de combate con la que defendernos de las facciones más violentas que encontraremos en nuestro viaje o para ser, precisamente, unos temidos piratas o cazarrecompensas estelares. Todo vale y las posibilidades a la hora de escoger nave son variadas y además cambian en función del planeta, la marca de la nave o dónde queramos comprarla.
Además, nos ha gustado bastante el control de la nave, muy accesible e intuitivo, pero que a la vez nos hace sentirnos en el papel de un piloto espacial distribuyendo la energía entre las armas, el escudo, el motor o el motor de salto gravitacional dependiendo de la situación. En cuanto al combate espacial, es divertido dar caza a otras naves, perseguirla, fijar el blanco, hacer uso de nuestros misiles o láseres para dañarlas y destruirlas o abordarlas cuando las hemos hecho el suficiente daño, así que en este sentido estamos satisfechos con lo que Starfield nos ofrece.
La campaña principal es solo el principio
Hasta ahora hemos repasado pilares fundamentales de Starfield como su trama, la exploración, el combate y lo que rodea a las naves espaciales, conceptos "básicos" que son solo el principio de lo que el juego de Bethesda tiene que ofrecernos.
De entrada, los más inquietos que quieran ir "a machete" por la campaña principal se encontrarán que tienen después una Nueva Partida + para explorar con más tranquilidad de este videojuego, algo que os recomendamos de forma enérgica ya que esa trama inicial es solo una excusa, una presentación de un nuevo universo que está aquí para quedarse.
Si hablamos de las misiones secundarias, preparaos para tener aventuras a la par de la campaña en las que deberéis investigar sucesos de lo más extraños, salvar el mundo, hacer de intermediarios diplomáticos o encontraros con todo tipo de variopintas situaciones de las que no vamos a hablaros para no destriparos ninguna sorpresa, y mucho ojo porque una cadena de misiones de lo más interesante puede empezar como un mero recado para convertirse en algo muy épico.
Más allá de las propias misiones secundarias también hay mucho que hacer en Starfield, que nos ofrece un amplio abanico de posibilidades tanto a la hora de crear y modificar las habilidades de nuestro personaje como lo que podemos hacer en la partida. Podemos tomar el papel de un pirata espacial, dedicarnos al contrabando, montar una base en un planeta remoto a nuestro gusto para aprovechar sus recursos y comerciar con ellos, comprar un pisito en una gran urbe y decorarlo a nuestro gusto y, en definitiva, vivir como queramos en su riquísimo universo.
Y sí, en muchas ocasiones estas actividades son un mero pasatiempo, y no tienen una utilidad real ya que para completar la aventura podemos ir completando misiones de aquí para allá obteniendo recompensas suficientes para mejorar nuestro equipo, comprar mejores armas o naves y terminar la aventura, pero darnos la posibilidad de meternos en la piel de lo que queramos es algo que siempre vamos a agradecer en un juego de rol que, precisamente, tratan de eso, de vivir otras vidas.
Un acabo artístico soberbio
Vamos a hablar ahora del apartado artístico de Starfield que es, directamente, soberbio, tanto en el diseño de las grandes ciudades como en el de mazmorras, naves espaciales, edificios, hoteles y, por supuesto, sistemas y algunos planetas sobrecogedores que nos dejan paisajes de ensueño. El que os escribe jamás ha tomado tantas fotografías con el modo foto en un videojuego, pero es que Starfield se presta muchísimo a ello.
Por otro lado, la banda sonora cuenta con piezas exquisitas, de esas que te meten de lleno en la partida, que hacen que se te ponga la piel de gallina, y que ayudan a disfrutar aún más de una aventura intachable en su arte. Acompañada también de un buen trabajo tanto de la traducción de los textos al castellano como del doblaje a nuestro idioma.
Pocos bugs y un rendimiento aceptable
Pasando al aspecto técnico del juego, lo cierto es que Starfield nos ha parecido un título bastante pulido al menos en nuestra partida. Sí, hemos visto ciertos bugs clásicos como personajes flotando en el aire, varios errores en las físicas de ciertos objetos y una IA muy torpe de la que os hablamos en el apartado de combate, además de cierto popping o problema de carga de texturas en ciertos puntos, pero no nos hemos encontrado con ningún fallo grave en la versión de PC, que es la plataforma en la que hemos pasado más horas y completado el juego.
En cuanto al rendimiento, hemos podido jugar a Starfield con un equipo que cuenta con una gráfica NVIDIA GeForce RTX 4080 pudiendo disfrutar de gráficos en Ultra, AMD FSR en modo calidad y con una resolución de 1440p a entre 80 y 115 FPS dependiendo de si estábamos en el interior de un edificio o en mitad de un planeta. Es una tasa de imágenes por segundo que podemos calificar de aceptable pero que debería ser mayor si tenemos en cuenta que los gráficos del juego están bien pero no son revolucionarios ni mucho menos (de hecho el impacto visual de Starfield está en su arte, no en sus texturas) estamos ante una GPU pensada para jugar a 4K. De hecho, también hemos probado el juego con una AMD Radeon RX 6700 XT, marca para la que se supone que está especialmente optimizado contando con una GPU para jugar a 1440p… con la que hemos obtenido unos 60/80 FPS con gráficos en medio, lo que nos hace estar preocupados por su rendimiento con las gráficas menos potentes.
Además, teniendo en cuenta que AMD asegura que no ha puesto a Bethesda impedimentos a la hora de usar tecnologías de otras marcas, no entendemos que el estudio americano no haya incluido la tecnología DLSS de NVIDIA que actualmente ofrece un mejor rendimiento y calidad de imagen, además de XeSS de Intel que también es una buena alternativa.
También hemos jugado unas horas en Xbox Series X y a nivel de rendimiento nos ha parecido un título muy sólido. Al menos durante las primeras horas de la partida no hemos encontrado bugs graves más allá de los mencionados anteriormente, y de alguna textura que se cargaba un poco tarde, mientras que la tasa de FPS se mantenía estable a 4K y 30 FPS.
Conclusiones
Starfield es un juego muy especial, un título que creemos que va a atrapar a muchísimos jugadores que van a vivir una ópera espacial única llena de secretos, tramas alternativas, rincones por explorar, sorpresas y paisajes que nos quitan el aliento y que tiñen al juego de Bethesda de una gran obra.
Sin embargo, aquellos que no se metan en el rol de explorador espacial pueden verse desilusionados con un juego que también cuenta con errores clásicos del estudio americano, como un combate mejorable, unas opciones de diálogo un tanto simples, una estructura de muchas misiones demasiado básica (que se compensa con lo que podemos encontrar de forma aleatoria mientras las cumplimos) y, en definitiva, vicios del pasado que Bethesda no ha sabido solucionar y que alejan a un buen juego de la excelencia.
A nosotros Starfield nos ha encantado por momentos, ha habido partes de nuestra partida en la que se nos ha puesto la piel de gallina, en la que nos hemos visto inmersos totalmente en su universo, en su historia y en todo lo que hay por descubrir, mientras que en otros momentos la IA enemiga o esos errores del pasado nos han frustrado, y han estropeado el conjunto de nuestra experiencia.
Lo que sí os podemos garantizar es que es un juego que va a encantar a los amantes de las óperas espaciales y la ciencia ficción, y que va a dar mucho que hablar durante las próximas semanas a medida que se vayan descubriendo los múltiples secretos que hay en su universo.
Hemos realizado este análisis en su versión de PC con un código proporcionado por Ziran.