Análisis Shadow Gangs, vuelve el espíritu de Shinobi (PC, Xbox One, Switch, PS5)
Para muchos jugadores, especialmente los nacidos hace unas décadas, Shinobi es el más representativo de los juegos de ninjas. Y no es por el último uso famoso que se hace de esta frase gracias a Sekiro, sino por la mítica franquicia de SEGA que hace tiempo que no tiene ninguna entrega nueva (si obviamos las remasterizaciones y similares como la entrega de la colección SEGA AGES). Concretamente, desde Shinobi para 3DS en 2011, que siendo muy buen título no acabó de convencer a crítica y público.
Como SEGA no hace más entregas, y siempre hay desarrolladores y jugadores con ganas de nuevas aventuras de Joe Musashi o derivados, un grupo de desarrolladores europeos decidieron ponerse manos a la obra y realizar un juego que retomase las aventuras de este guerrero de las sombras.
Para ello, en el año 2016, realizaron una campaña de micromecenazgo, y lo cierto es que no pedían una cantidad muy desorbitada, pero por desgracia a pesar de lo atractivo de la oferta y de estar realizada por un grupo de profesionales con experiencia, no salió adelante, principalmente, porque no fue demasiado conocida.
Pero este grupo al final ha seguido perseverando, y aquí tenemos el resultado de su esfuerzo: Shadow Gangs. Lo primero, la historia, nos pone en la piel del nuevo líder de la orden ninja que defendió en su momento al mundo de la malvada fuerza oscura: Dan. Este personajes viene a sustituir a Honcho, que perdió la vida en el enfrentamiento anterior, y ahora hay un nuevo peligro, que es quien da nombre al juego. Además, por si fuera poco, han raptado a su familia.
Un heredero espiritual de Shinobi
Así que allá va Dan, con su ropa de protagonista de películas de ninjas americanos. Dan al principio va armado con estrellas ninja, y patadas, pero conforme avanza la partida va mejorando como arma de destrucción masiva. Puede usar una magia ninja que derrota a casi todos los enemigos que se encuentren en pantalla, al encontrar el atuendo de ninja rojo consigue un arma de fuego que dispara proyectiles explosivos en forma de cohete, y además aprende movimientos muy interesantes como el doble salto u otras posibilidades que iréis descubriendo. Como detalle relevante, hay que decir que Dan puede aguantar tres golpes antes de morir, y que en muchos casos chocarse contra el enemigo no implica perder uno de esos tres puntos de vida, sino que es una estrategia perfectamente válida para poder despistarle y atacarle a posteriori, como ya ocurría, de manera tal vez menos constante, en el juego original.
Y sí, como en Shinobi hay diferentes alturas en el desarrollo de los niveles, de manera que para poder acceder a estas alturas hay que apretar hacia arriba (o hacia abajo) y salto, y estas alturas sirven como planos diferenciados, de manera que aunque a veces parezca que llegamos (o llegan) a los enemigos, si no están en nuestro mismo plano no habrá ningún tipo de interacción posible. Además, el juego cuenta con dos tipos de pantallas de bonus (una más que cualquiera del estilo). En ocasiones nos podremos encontrar una B (que de hecho suele robar un ninja al más puro estilo Golden Axe), y nos lleva a una pantalla de bonus donde tenemos que evitar que se escape ningún enemigo, una tarea difícil porque son ninjas que bloquean algunos de nuestros ataques. El otro es una versión del bonus original, donde tenemos que evitar que se escape también cualquier ninja mientras disparamos en galería.
Una cosa que sorprende, sobre todo teniendo en cuenta el juego original, es su diseño de niveles. Tanto Shinobi como Shadow Dancer eran juegos donde el jugador tiene que ir de izquierda a derecha de la pantalla, y no preocuparse más que de evitar que le toquen, y derrotar a los enemigos imprescindibles para poder avanzar en la partida. Aquí, de vez en cuando, tenemos que buscar a los ninjas que tenemos que rescatar para poder avanzar de nivel en nivel. Y puede darse el caso, ya desde el principio, que algún ninja de los que tenemos que rescatar esté algo escondido. Salvando este detalle, nos encontramos con un esquema parecido tanto al del original Shinobi como Shadow Dancer, porque básicamente nos van entrando enemigos por izquierda y derecha con una cadencia relativamente tranquila, a los que se tienen que añadir enemigos que se encuentran esperando a que pasemos por una zona en concreto. Eso sí, la variedad de estos es bastante notable, desde los típicos enemigos que vienen de manera casi suicida a nuestro encuentro a ágiles ninjas con patrones de defensa y ataque complejos, así como algunos que nos van a costar más de lo esperado. Otro detalle importante a destacar son los jefes finales, verdaderos mastuerzos, algunos homenajes o inspirados en obras de todo tipo, que nos van a costar sudor y lágrimas de derrotar, pero que mientras tanto disfrutaremos (y sufriremos) de ataques y patrones bien espectaculares.
Como espectacular es, a su manera, el aspecto visual. No esperéis unos gráficos propios de un juego de gran presupuesto de la actualidad, pero sin duda alguna se pone muy por delante de muchos juegos independientes de los tiempos que corren, siempre teniendo en cuenta el espíritu de homenaje a la parte arcade a la saga Shinobi que subyace en todo su desarrollo. Así, la animación es un poco robótica, con movimientos que recuerdan mucho al juego de SEGA, pero los personajes son grandes y variados, todo está realizado con mucho colorido, y no se escatima en efectos especiales de todo tipo. Muchos de los escenarios los reconoceréis, de alguna manera, de partes de la saga, como el puente de Shadow Dancer o las cascadas necesarias en un juego de ninjas, pero otros incluso son homenaje de otros juegos de la misma época, como Dragon Ninja o Vigilante.
A nivel sonoro es muy potente. Pero potente en todo. Los sonidos son potentes, las voces son potentes, y las músicas son potentes. De manera que nos dará, por un lado, la sensación de estar jugando en un ruidoso salón recreativo de finales de los 80 o principios de los 90, y por otro lado , ganas de seguir avanzando en esta complicadísima pelea por rescatar a tu familia y devolver el orden a la humanidad. El juego está en inglés y francés (lo que es curioso porque algún español también está en el desarrollo), pero tampoco es demasiado grave, porque ya el original estaba en una situación similar, y si bien este juego tiene algo más de textos, no son demasiado importantes.
Conclusiones
Es difícil valorar Shadow Gangs, porque es un juego para un público muy específico. Si estabais en los recreativos a finales de los 80 y principios de los 90, este juego es un homenaje a esa época era muy difícil de ignorar, y lo mismo ocurre si por lo que fuera conocéis esa cultura (algo que pasa entre un público más joven que no vivió esos momentos, pero por lo que sea si conoce lo que pasó). Si no estáis en esos dos grupos es difícil que os atraiga un juego con unos usos y maneras que ya no se emplean habitualmente en videojuegos. En cualquier caso, es un producto realizado con mucho mimo y dedicación, y sólo por eso cualquiera debería echarle un ojo, siempre que tengamos en cuenta que es sorprendente que SEGA no les haya puesto una denuncia por plagio (algo que, por otro lado, tampoco suelen hacer con productos como éste).
Hemos analizado este juego en PC gracias a un código proporcionado por JKM Corp.