Análisis Demeo, cartones y mamporras en realidad virtual (PC, PS5)

El rol es el juego que, probablemente, más ha crecido en la última década. Está en absolutamente todo, desde juegos de disparos a juegos de plataformas, introduciendo sistemas de niveles, personalización, misiones (de recadero, muchas veces…), pero de vez en cuando se agradece también tener un acercamiento al rol más puro, al de papel y lápiz, y más todavía si se hace desde una nueva perspectiva, como es el caso de la realidad virtual.

Rol como el de antes… pero nuevo

Demeo es un juego de rol centrado en la exploración de mazmorras generadas aleatoriamente. La propuesta es muy sencilla: elige un personaje y lánzate a la aventura para superar tres niveles con el último rematado por un jefe final. Contamos con cuatro personajes, la guerrera, el mago, el ladrón y la arquera, cada uno con habilidades únicas que os podéis imaginar simplemente por el nombre, y que combinadas nos aseguran más opciones de salir con vida.

Todas las acciones, a excepción de movernos y el ataque básico, se realizan con cartas, mientras que la eficacia se decide con el lanzamiento de un dado. Algunas cartas son de un sólo uso, mientras que otras son infinitas con un tiempo de recarga. Unas son de habilidades, mientras que otras son trampas o armas que podemos dejar por el escenario. Es un concepto sencillísimo, que se entiende a la primera, pero que cuando profundizamos en él nos hace darnos cuenta de la de posibilidades que ofrece.

Hay que destacar que, aunque se puede jugar en solitario, es un juego diseñado para jugar con gente; cuantos más mejor. El modo para un jugador, de hecho, es simplemente una partida en la que controlamos varios personajes, y a nivel personal, nos parece interesante para practicar, pero la verdadera diversión está en el multijugador. Ya sea en partidas privadas o públicas, invitando a amigos o jugando con desconocidos, en compañía es como más se disfruta Demeo.

De hecho, uno de los problemas que hemos encontrado es que el juego no parece ajustar la dificultad al número de jugadores, por lo que si jugamos sólo con un equipo de dos, el desafío se hace muy cuesta arriba. No decimos que sea imposible, pero sí tremendamente complicado. Creemos que la dificultad es parte de la experiencia; de hecho, descubrir los diferentes combos que podemos hacer con las diferentes cartas de cada clase es esencial, pero cuando no puedes (o no quieres) jugar con cuatro no estaría de más tener la opción de reducir el número de enemigos.

Al sótano con los amigos

Demeo nos transporta a un sótano ochentero con un tablero ante nosotros. Un tablero virtual, por supuesto, que podemos ver como si estuviese en una mesa o podemos hacer zoom hasta meternos dentro. A nuestro alrededor vemos las manos y las máscaras que visten nuestros compañeros, y si tenemos el chat de voz activado, podremos hablar con ellos de la manera más natural posible.

Esta es la clave de la experiencia. A pesar de que es algo bastante sencillo, todo es tan fácil, natural e intuitivo que hace que te olvides de que estás jugando en realidad virtual. Para mover las figuras, simplemente las agarramos y las colocamos en el lugar adecuado. Para ver nuestras cartas, giramos la muñeca como si fuésemos a ver cartas que tenemos en la mano. Os podéis imaginar qué hacer para tirar el dado.

Tenemos que destacar que ha sido muy fácil encontrar a gente con la que jugar. Puedes empezar una partida y dejar que otros jugadores se unan a ti más tarde y, de igual modo, cualquiera puede irse en cualquier momento y otro ocupará su posición. No sabemos si habrá sido suerte o no, pero la gente con la que hemos jugado ha sido genial, por lo que parece que la comunidad es bastante amigable.

Un par de pegas que podemos ponerle, aparte de la dificultad fija independientemente del número de jugadores, es que anda un tanto escaso de contenido por ahora (aunque ya hay, al menos, otra campaña más en marcha) y que no se pueda guardar, aunque sólo sea para partidas privadas. Llegar al jefe final puede llevar fácilmente más de una hora, y estaría genial poder tomarte un descanso y más tratándose de una experiencia en realidad virtual. También nos gustaría tener opciones para comunicarnos con jugadores si no hablan el mismo idioma.

Un viaje al pasado casi desde el futuro

No vamos a negar que Demeo ha sido una agradabilísima sorpresa. Nos gusta casi todo de él: lo accesible que es, la profundidad que tiene, cómo consigue transportarte y lo divertido y desafiante que es. Como decimos, todavía se pueden realizar muchos ajustes para mejorarlo, casi hasta el punto que a veces parece un poco un proyecto en la fase final del acceso anticipado, sin que eso signifique que está repleto de errores o roto. Nada más lejos de la realidad; es un título divertidísimo y absorbente, al que simplemente le faltan un par de cosas básicas.

En cualquier caso, creemos que la experiencia que hemos vivido jugando a Demeo bien merece la pena ahora mismo a poco que os guste el rol clásico o los juegos de mesa. De hecho, os podemos garantizar que es un título que vamos a seguir jugando después de terminar este análisis, y esperamos con ganas los próximos contenidos adicionales en los que está trabajando el equipo de Resolution Games.

Hemos realizado este análisis en Oculus Quest 2 con un código de descarga proporcionado por Carve Communications.