Análisis de Conarium (PC, PS4, Xbox One, Switch)
La etapa que vivimos en lo que respecta a videojuegos independientes tiene más ventajas que inconvenientes. Por norma general, lo indie representa una vía de escape para evitar que los jugadores queden atrapados exclusivamente en la marabunta de las superproducciones. Este entorno nos brinda juegos a precio generalmente más bajo que el habitual y que pueden presentar una duración moderada ideal para romper el chip entre grandes aventuras, todo por un precio acorde a lo que se oferta. A veces se producen desajustes, sobre todo si tenemos en cuenta "lo fácil" que es lanzar juegos de dudosa calidad en ciertas plataformas, pero el retorno de inversión que nos proporciona lo indie es positivo.
Conarium, nuevo título lanzado por Zoetrope Interactive y editado por Iceberg Interactive a través de Steam (también llegará a PS4 y Xbox One) representa, por suerte, ese primer bloque de videojuegos independientes atractivos. Se trata de una aventura que hace foco en la exploración, con componentes de puzles y una ambientación que es su principal atractivo: viajamos hasta una base científica en la Antártida donde un grupo de científicos ha dado con un descubrimiento tan oscuro como peligroso. Partimos del rol de Frank Gilman, miembro de la expedición científica que despierta aturdido en una de las habitaciones superiores de la instalación, pero que sufre de una fuerte amnesia que le impide recordar.
Gilman está perdido, confuso y desolado. Tiene la intuición de que algo malo ha sucedido durante la expedición, pero su mente no atina a recordar qué es. Tomando la primera persona como base, nuestra misión será recorrer diferentes emplazamientos de las instalaciones para saber qué ha pasado en este proceso en el que el resto de miembros de la expedición han desaparecido. Estamos despojados de nuestros recuerdos, pero a cambio recibimos una habilidad especial que nos permite ver más allá de lo que tenemos delante en ciertas situaciones. Es un nuevo sentido que se activa de forma automática cuando entramos en contacto con reminiscencias del pasado.
Conarium es una aventura al uso, un juego que nos enfrenta a los clásicos retos de descubrir dónde está la llave de una puerta o cómo tenemos que colocar ciertos objetos para que se active un mecanismo. Como aventura estamos ante un juego muy tradicional y continuista, sin demasiado margen a la innovación en cuanto a mecánicas y con una narrativa a la par tradicional que se cimenta en lo que vemos delante de nuestros ojos, lo que sentimos, lo que leemos en los documentos que recopilamos y lo que intuimos. Zoetrope Interactive no lo ha dejado todo escrito en cuanto a narrativa y deja que los jugadores exploren los escenarios, sobre todo a partir de la segunda mitad del juego, para saber más.
Todo este contexto parte de la novela En las montañas de la locura de H. P. Lovecraft y amplifica, siempre a su manera, aquella historia. Durante la aventura, que tiene una duración de entre tres y cinco horas dependiendo de su velocidad como jugador, te cruzarás con la iconografía clásica del autor: terror psicológico, criaturas imposibles, viajes a otras dimensiones y tentáculos. Conarium es un viaje por una cultura perdida, un paseo por un universo donde la psicodelia se deja llevar para demostrarnos que en el plano de lo físico no estamos solos aunque lo creamos. Es difícil ir más allá en esta explicación sobre el argumento sin entrar en destripes argumentales por la naturaleza del juego.
En esencia, Conarium es una aventura muy tradicional enfocada a la recolección de objetos para desbloquear la siguiente zona. Todos los elementos que necesitamos suelen estar en el área que visitamos y son relativamente fáciles de localizar. Solo en el tramo final se complican un poco más las cosas con los puzles. Es una aventura lineal con puzles sencillos, aspectos que pesan en su duración final a pesar de que cuenta con un par de finales. Por el camino nos vamos a encontrar con ciertos coleccionables que nos ayudarán a desbloquear trofeos y que permanecerán ocultos en zonas secretas a las que podremos acceder rompiendo paredes con el hacha.
Técnicamente Conarium sorprende. Lo hace porque utiliza el Unreal Engine 4 de una forma más que solvente. No solo es un despliegue visual a la altura en cuanto a aspectos básicos como la calidad de las texturas y los elementos que se dibujan en los escenarios, sino que además tiene buena mano artística y escenarios que dibujan grandes contrastes. A medida que descendemos y ascendemos por estos infiernos en la Tierra pasamos del frío metálico de unas instalaciones en el Polo Sur a los angostos pasillos de unas ruinas perdidas pertenecientes a una civilización de otro tiempo con bellos portones simétricos y jeroglifos que nos introducen más en la trama.
Además, debemos sumar un diseño de escenarios con toques rocambolescos que, dentro de sus limitaciones (no son muy grandes), conseguirán que perdamos la noción geográfica y acabemos dando vueltas sobre nuestros propios pasos. El apartado sonoro también juega a favor de Conarium en lo que respecta a los efectos: agua que corre por lugares que no alcanza nuestra vista, puertas metálicas que crujen, gemidos del inframundo que dan un toque de terror a la aventura. No sucede lo mismo con la banda sonora, que es correcta pero no pasa de ser un elemento de compañía sin destacar.
Conclusión
Conarium es una aventura interesante si te gustan los universos que rodean a las obras de H. P. Lovecraft. Sin ser una aventura perfecta por aspectos como la escasa dificultad de la mayoría de los puzles y lo lineal del recorrido que hacemos, cuida al detalle la ambientación y refleja la identidad de la narrativa del escritor en las paredes de sus escenarios. Las entre tres o cinco horas de juego que brinda por sus 19,99 euros hacen que la experiencia merezca la pena.
Hemos realizado este análisis con un código de descarga que nos ha proporcionado Iceberg Games