Hoy hablamos de una saga que conocemos todos. Pero lo haremos de su primer videojuego, de cómo llegó tímidamente y sin hacer ruido y saltó a la palestra por sus gráficos increíbles y su ambientación, tan lograda como impactante.
En el año 1987 los arcades empiezan a sufrir cambios drásticos. Algunas compañías fuertes como Capcom, Namco o Sega están a punto de sacar nuevas placas atiborradas de potencia bruta, suficiente para asombrar en los arcades. Mientras tanto, Irem, la compañía de R-Type saca a la luz en ese mismo año su juego de naves para revolucionar un poco el panorama.
En ese panorama nos encontrábamos nosotros, pequeños, ingenuos y con ganas de llegar a casa para ver al oso Yogi. En aquel año los que más disfrutaron de este juego fueron los que ya tenían su ordenador en casa, ya que debido al tremendo éxito, los ordenadores fueron los más beneficiados al recibir un aluvión de conversiones.
Así nace R-Type, en el año 1987, Irem, su autora, se destapa con un videojuego sorprendente, un shoot'em up de naves con scroll lateral, con unos gráficos y una ambientación digna de los mejores, y con unos jefes finales antológicos, detalle que marcará a la saga como uno de los juegos más recordados gracias a estos. Y no es para menos, R-Type conserva sorprendentemente bien su jugabilidad y si diversión casi intactas a día de hoy.
En el juego controlamos a un caza espacial denominado R-9, que tiene un característico láser que puede aumentar de fuerza e impactar contra los enemigos causando más daño. Además la propia nave, dotada de una cápsula, puede también anclarla y usar un arma distinta, la que obtendremos con los diferentes power ups que pululan por el espacio.
Además, podremos aumentar la velocidad de la nave, por lo que seremos más ágiles a la hora de esquivar y formar ataques. Pero, tal vez podamos decir, "vale, pero todo esto ya lo veíamos en otros videojuegos de la misma temática, ¿donde esta la novedad?".
Lo que diferenció definitivamente a R-Type de los demás fue la novedad de poder usar la cápsula llamada "force" tanto para atacar como para defendernos de los disparos de los enemigos, de hecho se podía lanzar y separar de la nave, usarla como si fuera un satélite y también de forma libre, lo que hace que el jugador pudiera anclar por ejemplo esta cápsula a la cola, y protegernos de los enemigos que lanzan disparos por la retaguardia.
Gráficamente se basó mucho y se inspiró bastante en el mundo de la película Alien, con algún jefe final con grandes parecidos; pero como decímos, R-Type logro su propia personalidad añadiendo elementos a nuestra propia nave. Alguien podía acercarse simplemente al ver potenciada nuestra nave, viendo un colosal disparo y dos cápsulas defendiéndonos. Algo sensacional en aquella época.
Otra de las cosas que sorprendieron fue el hardware usado. Fue capaz de mover una cantidad ingente de enemigos, armas y y grandes sprites, daba igual, la placa en la que Irem echó el resto fue soberbia en su comportamiento, todo se movía con pasmosa fluidez y sin ralentizaciones.
Este primer R-Type, de 1987 fue el primer juego de una gran saga, las conversiones para los ordenadores domésticos fueron numerosas, pero la saga continuó y en las consolas de 16 bits salieron, posiblemente, las mejores entregas. El gran punto a favor que tiene es su frescura, todavía palpable, uno de esos pequeños milagros de juegos por los que no pasan los años, ni les pesa la fama.
Si quieres volver a disfrutar de los "juegos de naves de antes" con la dificultad de antaño, este es tu juego. Pero si te asusta la gran dificultad para avanzar, ya puedes salirte de la nave, muchacho.