La edad dorada de Indiana Jones

LucasArts ha explotado (y sigue explotando) hasta la saciedad la saga Star Wars para hacer videojuegos, algo que contrasta con lo poco que se deja ver Indiana Jones últimamente. Es cierto que no se puede comparar en seguimiento y repercusión las dos series de películas, pero de algún modo Indiana Jones, considerando los grandes videojuegos que ha protagonizado en el pasado, se ha "perdido" la oportunidad de hacer más pinitos en el mundo del videojuego. De hecho, se suponía que la cuart ay última película de Indiana Jones, estrenada el año pasado, vendría acompañada de un videojuego para la nueva generación, del que de hecho se llegaron a mostrar imágenes en movimiento. Sin embargo, no ha sido hasta hace unos pocos días, un año después de su estreno, cuando ela rqueólogo más intrépido y mujeriego ha vuelto a los videojuegos, con versiones para PS2, Wii y portátiles, pero no para PS3 y Xbox 360. Pero el objetivo de este artículo no es hablar de este último juego de acción ni de los más recientes protagonizados por Indy, sino de aquellos primeros juegos de los años 80 y 90 protagonizados por el aventurero, especialmente de las aventuras gráficas que tan buen sabor de boca dejaron en los jugadores en los años 90.

Indy comenzó su andadura en los videojuegos muy pronto, con unl anzamiento casi simultáneo de un juego de En Busca del Arca Perdida para la consola Atari 2600. Este sencillo juego de aventuras fue obra de Howard Scott Warshaw, más conocido por ser el diseñador del juego de ET para Atari 2600, del que tarde o temprano hablaremos en esta sección. A éste le siguió, años después, la recreativa de El Templo Maldito, adaptada más tarde a varias consolas, y finalmente una aventura de texto llamada Revenge of the Ancients. Este juego tan oscuro fue de hecho un antecesor de las aventuras gráficas, dentro de ese género tan prolífico, y con un interfaz tan incómodo, como fueron las aventuras de texto.

Indiana Jones y la última Cruzada

Con el lanzamiento de la tercera y hasta hace muy poco, última película de Indiana Jones, llegó el aluvión de juegos basados en el encuentro de los dos doctores Jones y su búsqueda del grial que Cristo usó en su última cena. Nada más y nada menos que tres juegos basados en el film, además de un juego extra para Super Nintendo basado en las tres películas. De la última Cruzada hubo dos juegos de acción, el primer opara numerosas plataformas, incluyendo consolas y portátiles, y els egundo solo para NES, y solo en Norteamérica. Pero el "grande" fue la aventura gráfica lanzada para ordenadores (de aquella PC, Mac, Amiga y Atari ST), que de hecho se convertía en el tercer título en usar el motor de aventuras gráficas SCUMM de LucasArts, tras Maniac Mansion(que da parte de sus siglas al motor) y Zak McKracken. De este motor también hablaremos en esta sección algún día de estos. La aventura gráfica introducía algunas novedades en el género, o en la vertiente de LucasArts del género: la acción de mirar y, sobre todo, lade hablar, incluyendo un sistema de conversaciones que nunca abandonaría LucasArts, mejorándolo en sus siguientes lanzamientos (Monkey Island destaca entre ellos). Aparte de eso, había varias formas de avanzar en cada situación, casi siempre divididas entre resolver un puzle o enfrentarse cuerpo a cuerpo a un enemigo. Los enfrentamientos eran bastante complicados a veces, y de hecho en el juego se podía morir. Encontrando la solución más complicada a cada situación lográbamos aumentar nuestro IQ, "Indy Quotient", un juego de palabras con las siglas del coeficiente intelectual en inglés, hasta un máximo, casi inalcanzable, de 1.000 puntos. Fue un gran éxito, pero la verdadera "apoteosis" llegaría con su secuela.

Indiana Jones and the Fate of Atlantis

Esta gran aventura gráfica, una de las más recordadas de la época dorada del género, fue un gran éxito de crítica y dejó un gran sabor de boca en los jugadores, aunque finalmente y no como se rumoreó en su día, no constituyó el argumento de una nueva película del héroe, pese a tener numerosos ingredientes para hacerlo: localizaciones por todo el mundo, villanos carismáticos, una chica pelirroja muy interesante, y la misión de descubrir los secretos de la Atlántida, uno de los mayores mitos de la antigüedad y de hecho muy poco explotada "comercialmente" en películas, libros y demás. Quizás cuando los templarios y todo lo que les rodee pasen de moda, llegue el momento de producir en masa libros, series de televisión y demás.

El juego está ambientado poco después de los sucesos de la última Cruzada, justo al borde del desencadenamiento de la Segunda Guerra Mundial, entrado ya 1939. Unf also doctor que en realidad es un malvado nazi roba un ídolo del museo de Marcus Brody con la ayuda, involuntaria, de Indy, y a partir de ahí se desencadena una aventura en la que tendremos que impedir que los nazis lleguen a la Atlántida y se hagan con el gran secreto del Orichalcum, una sustancia más poderosa que el uranio y que puede contribuir enormemente a los planes bélicos nazis. Para intentar impedirlo contaremos con la ayuda de Sophia Hapwood, una arqueóloga pelirroja metida a medium que ya tuvo sus más y sus menos con el doctor Jones años atrás. Con su ayuda tendremos que llegar hasta la mismísima Atlántida para que los alemanes se den con un canto en los dientes.

Al igual que el anterior juego, este Fate of Atlantis tenía sus peculiaridades, como un sistema de luchas y la posibilidad de morir, algo raro en una aventura gráfica (pese a que en Maniac Mansion, uno de los pioneros, se moría). Pero lo más destacable era que, para intentar adaptarse a todos los jugadores, incluía tres formas de jugar durante la parte media del juego: el camino de los puños, con preeminencia de luchas y demás situaciones de acción; el camino del ingenio, con muchísimos puzzles, y el camino del trabajo en equipo, en el que llevábamos a Sophia con nosotros y solucionábamos casi todos los puzzles con su ayuda o colaborando con ella. Cada parte era relativamente parecida, pero tenía sus peculiaridades, aparte d epuzzles propios, diálogos exclusivos y algún que otro personaje alternativo. Todos los caminos llevaban a la Atlántida, donde los trescaminos convergían en un final apoteósico. De nuevo incluía el sistema de IQ, y la única forma de llegar al 1.000 perfecto era resolver el juego siguiendo los tres caminos.

Pese al éxito de juego, que hoy en día sigue considerado uno de los grandes clásicos de su época, no tuvo la secuela planeada, titulada Indiana Jones and the Iron Phoenix. Se canceló por diversos problemas, desde diferencias creativas hasta lo polémico que sería un juego que tendría lugar en la mismísima Segunda Guerra Mundial, con numerosas esvásticas en los escenarios y el propio Adolf Hitler como villano. En cualquier caso, y aunque hemos estado muchos años esperando una nueva aventura gráfica de Indy, los fans de Fate of Atlantis podrán encontrar un remake para Wii en la versión de Indiana Jones y el Cetro de los Reyes, recién lanzada para la máquina de Nintendo.

Tal y como está el género de las aventuras gráficas y, también, tal y como está LucasArts, es difícil imaginarse que vuelvan a hacer un juego de este tipo basado en Indy. Esperemos que el "estilo Tomb Raider" algún día depare juegos tan buenos en su género como estas aventuras gráficas lo fueron en su día.