Está claro que Capcom es una de las compañías de videojuegos más importantes dentro de la industria. Antaño nos sorprendía con cada juego nuevo, rebosante de calidad y buen hacer. Hoy día, no son pocos los que suspiran por la Capcom de entonces, y tampoco pocos los que reniegan de su política sobre el contenido descargable o la manera de llevar sus propias sagas.
Pero no venimos a hablar ni a debatir sobre esto, puesto que lo que nos reúne hoy a todos aquí es el anuncio de resucitar varios juegos icónicos para celebrar el 30 aniversario de la empresa. Si bien en su 25 aniversario Capcom nos dejó un poco templados a todos con Mega Man, está claro que no se le puede negar su insistencia en agradar.
Dejemos a un lado por un día nuestras rencillas con su actual situación -para los que estén descontentos con esta- y volvamos al pasado, cuando Capcom era otra cosa y también el panorama era muy diferente.
Dungeons and Dragons, como sabemos, gozaba de un éxito mundial y casi todos habíamos oído hablar de ella en cualquiera de sus "formas". Dragones y mazmorras en España y Calabozos y Dragones en Hispanoamérica, fueron los nombres con los que se conocieron la popular serie de animación basada en el famosísimo juego de rol medieval.
La fanfarria nos hacía correr desde donde estuviéramos hacia el televisor para ver las aventuras de este grupo de ocho chicos atrapados en aquel mundo. Pero como sabemos, esta es solo una de las formas en las que Dungeons & Dragons se mostró al mundo.
En cuanto a videojuegos, no pocos fueron los títulos que, con suerte dispar, nos llevaron a este mundo de fantasía. Por suerte, Capcom compró los derechos para hacer un videojuego para los arcades que llegó en el momento justo.
Un nuevo género dentro del género
Fue en el año 1993, año en el que Dungeons & Dragons: Tower of Doom veía la luz para los muebles que poblaban los recreativos. Se basó en la campaña y el mundo de Mystara, al igual que su secuela.
La historia fue ideada por Alex Jiménez, diseñador jefe de Capcom América, un reconocido fan de la saga y dedicó su tiempo y esfuerzo a arropar al juego de una historia que a pesar de no ser profunda (hablamos de un arcade) sí sería digna del mundo en el que inspiraba.
De esta manera, nos pusimos en la piel de un grupo de héroes que deben llegar hasta la torre que da nombre al juego, y acabar con el hechicero Deimos. Para ello, contaremos con la ayuda de un guerrero humano que encabezaba el grupo, bastante equilibrado y accesible para jugadores noveles.
La pequeña Elfa, más débil físicamente basaba sus ataques en conjuros y magias que dañaban a distancia, sin duda un personaje con el que aprender a luchar en la distancia.
Los otros dos guerreros eran un Enano y un Clérigo. El primero era ofensiva pura, puesto que basaba toda su potencia en el ataque sin medias tintas y el segundo, el clérigo era un personaje indispensable en partidas multitudinarias, gracias a su poder de curación para él mismo y los demás componentes del grupo, que como contraposición a su gran ayuda, era lento y pesado.
Aquí es donde empieza la vuelta de tuerca que empezó a dar Capcom con este primer Dungeons and Dragons: el juego era un beat 'em up con multijugador para cuatro jugadores simultáneos, pero con la particularidad de que fue dotado de componentes de rol, tales como la tienda en la que comprábamos y equipábamos a nuestros guerreros, o la posibilidad de elegir un camino distinto en cada aventura.
Este fue el gran cambio que hizo de este primer juego un título de culto. Los maravillosos y coloridos gráficos recreaban este mundo fantástico a la perfección. Una gran variedad de escenarios, junto a unos sprites bien animados, fueron acompañados de magias espectaculares, grandes jefes finales, y situaciones que nos harían darnos cuenta de que no estábamos ante otro juego en el que machacar los botones a diestro y siniestro.
Capcom logró dotar a cada uno de los personajes de la personalidad que Dungeons & Dragons logró en sus libros. Habría sido fácil hacer los cuatro personajes simplemente reconocibles por sus razas y poco más, pero ellos fueron más allá y lograron que cada personaje tuviera su rol perfectamente definido.
Bajo los circuitos de CPS2 fue lanzado este primer juego, y viendo la gran acogida que tuvo, en parte debido a que fue sobresaliente en todos sus apartados, Capcom lanzó su secuela: Dungeons & Dragons: Shadows over Mystara.
Después de acabar con Deimos, nuestros héroes siguieron su viaje por las tierras de Glantri. Pero ahora que Deimos fue derrotado una bruja llamada Synn es la que está detrás, de nuevo, de las fuerzas enemigas que deberemos derrotar.
Pero para ello, se nos unirán dos compañeros más: una ladrona ágil y muy útil para acompañar al grupo y asumir labores de extraer monedas extra y demás situaciones difíciles.
Y por último el mago. Con este personaje se completó un elenco total y absolutamente perfecto, puesto que se pulió aún más el concepto de dotar a cada uno de los personajes de habilidades especiales y únicas.
Se confirma el nuevo género
Si en la primera parte se inició un viaje hacia un beat 'em up diferente, con tintes de rol y con una jugabilidad que requería de pensar cada acción, en Shadow over Mystara vimos potenciada esa idea hasta convertir este juego en uno de aquellos que logró ser un punto y aparte en la historia de los videojuegos.
Gracias a la gran acogida del nuevo concepto de su primera parte, como decíamos, Capcom decidió ahondar en dotar al juego de una profundidad nunca vista hasta entonces. Ideó un sistema dinámico de gestión de conjuros, en el que, con un solo botón elegiríamos sobre la marcha la magia que quisiéramos.
Jugar con tres compañeros más era una experiencia única. A pesar de que en España se vio bastante poco este mueble, los pocos que yo recuerdo estaban siempre totalmente colapsados y con gente mirando y pidiendo la vez.
El juego estaba plagado de caminos alternativos, de secretos casi inalcanzables y de armas legendarias por las que sudaremos hasta hacernos con ellas. El mimo que puso Capcom en este juego es de los que se hacen tan evidente que solo se podía hacer una cosa con él: disfrutarlo como lo que era, uno de los mejores beat 'em up de todos los tiempos.
1996, el año en el que fue lanzado, estaba ya casi dominado en su totalidad por consolas y juegos en 3D que hacían de este un pequeño oasis para todos los que aún disfrutábamos de los títulos en 2D.
Por eso agradecemos a Capcom que relance el juego con sus opciones online, ya que por lo visto, los gráficos serán los mismos, con algún que otro filtro muy conocido por los usuarios de PC.
En junio volveremos a disfrutar de estos dos juegos, reunidos en las crónicas de Mystara. Muchos disfrutamos de este título en los arcades o en la recopilación que salió en Sega Saturn.
Si te lo perdiste en consola, o tampoco pudiste disfrutar de los arcades, pronto volveremos a luchar con nuestros héroes de antaño junto a nuestros amigos.