X
Juegos
Foro
Plataformas

Los 100 juegos más importantes de la historia de Nintendo Vol. 3 (30-1)

Cerramos nuestro repaso a los juegos más importantes de Nintendo con los 30 últimos títulos de nuestra selección.

Volumen 1: Del 100 al 61.
Volumen 2: Del 60 al 31.

Durante estas semanas hemos trazado una singular historia de Nintendo. Se trata de una historia que no se escribe con cronologías ni con nombres propios… siempre y cuando estos no sean los de los videojuegos. No queríamos buscar los juegos mejor puntuados por la crítica, ni los más vendidos, sino los que han ayudado a forjar la trayectoria de Nintendo. Cada uno con lo suyo.

Hemos visto cómo un título de la saga Fire Emblem fue el escogido para estrenar el modelo de negocio de los contenidos descargables de pago, por ejemplo, o cómo una recreativa ha pasado al inconsciente colectivo por unas líneas de guion en Back to the Future II. También dónde y cuándo nacieron personajes, sagas, cuándo estas alcanzaron su forma actual… cómo Nintendo ha definido géneros o ha dado lecciones a toda la industria. Son muchas las razones que hacen que un juego pueda ser importante, y muchas veces ni las ventas ni las notas tienen nada que ver.

Llegamos al final de este recorrido por el catálogo de Nintendo con 30 juegos que, creemos, tienen mucho que decir. Se trata de una treintena de juegos absolutamente imprescindibles, también por multitud de razones, que han sido esenciales para construir el nombre de Nintendo. Todos ellos son historia, reciente o alejada en el tiempo, pero historia al fin y al cabo de una de las más grandes veteranas de la industria del videojuego.

30. Mario Kart 64 (N64, 1996)

Uno de los títulos multijugador más adictivos de todos los tiempos, tanto que todavía hoy rescatar una Nintendo 64, conectar este juego y unos mandos sigue siendo garantía de diversión pura. Cuando cuatro jugadores pueden disfrutar más que cientos, reírse, divertirse y pasar –simplemente– horas de ocio de calidad, ¿qué más se puede pedir? La maestría de Nintendo en este Mario Kart 64 quedó sobradamente demostrada y resulta evidente que sentó las bases de la saga definiendo su fuerte enfoque en la experiencia compartida. Sus dieciséis circuitos y la partida en cuatro cachos funcionan hoy tan bien como entonces… y ya aquí se introdujo el famoso caparazón azul, que tantas alegrías (y disgustos) ha generado entre amigos.

29. Star Fox 64 (N64/3DS, 1997/2011)

Conocido en Europa como Lylat Wars, este juego fue la consagración de las aventuras de Fox McCloud, una saga que no ha vuelto a estar al mismo nivel, aunque al menos el juego de Nintendo DS mejoró los resultados anteriores. Su integración de la experiencia multijugador, la vibración con el Rumble Pak del mando de Nintendo 64 y la experiencia de juego que se ofrecía sobre tierra con el Landmaster (sin olvidar, claro, las tradicionales naves Arwing) fue soberbia. Cerraba la experiencia jugable el submarino de Toad para el planeta marino Aquas. El título existe en buena medida gracias a que se canceló un Star Fox 2 que hubiera llegado en los últimos años de Super Nintendo, pues sabemos que muchos contenidos preparados para ese título acabaron vertiéndose en este juego aprovechando el hardware superior: multijugador y varios modos de juego ya se habían concebido en la 16 bits. Sus ventas lograron superar en su debut americano a títulos tan considerables como Super Mario 64 o Mario Kart 64, lo que dejó clara la popularidad (al menos en los mercados occidentales) de este grupo de animales del espacio. Como dato curioso, el remake que se lanzó en Nintendo 3DS incluye, por primera vez, voces en español.

28. Metroid (NES, 1986)

La premisa de la que partió el juego fue simple: hacer un título no lineal que pudiera diferenciarse de la inmensa mayoría de los juegos que había entonces en el mercado. Como vemos, la situación no ha cambiado demasiado desde entonces. En cualquier caso, Metroid es uno de los mejores juegos de la veterana consola de 8 bits de Nintendo y representó una apuesta por la combinación de géneros, algo que la compañía probó también con notable éxito en The Legend of Zelda. Este primer juego de la saga tiene todas las claves que han sido básicas: un mapeado de gran tamaño que podemos explorar con libertad, obstáculos insalvables que podemos superar solo cuando conseguimos la habilidad necesaria para ello (habilidad fija: hasta la época los poderes de los personajes de los juegos eran, principalmente, temporales) y montones de plataformas y disparos. Acción, exploración y plataformas para crear un género propio que alcanzó su cima bidimensional en Super Metroid. Esta es una de las sagas que contó con producción de Gunpei Yokoi, como Kid Icarus. Lo más interesante de este Metroid es que sigue siendo sinceramente adictivo todavía hoy, con todo lo tosco y difícil que resulta volver a un videojuego de esta época, lo que nos demuestra lo bien concebido que está. Este título supuso también un fuerte impacto en la industria del videojuego (más que en ventas, pues aunque ha tenido siempre un rendimiento correcto no es precisamente un vendeconsolas): no fue el primer juego en tener mundo abierto ni el primero en proponer muchas de las cosas que propuso (esa combinación de jugabilidades a la que hacíamos referencia antes), fue el primero en demostrar que se podía hacer con éxito, con un gusto exquisito, para abrir nuevas posibilidades a toda la industria. Y claro, no lo olvidemos: Samus es la primera gran heroína de acción de los videojuegos, abriéndole el camino a todas las estrellas que han venido después.

27. Tetris (Game Boy, 1989)

Es cierto que el título fue licenciado por Nintendo (lo creó el ruso Alexey Pajitnov) y –en el caso concreto de esta versión– desarrollado Bullet Proof Software, por lo que Nintendo queda relegada en esta ocasión a editora y distribuidora. En todo este reportaje no hay muchas más excepciones como esta y eso representa claramente la importancia del que todavía hoy sigue siendo el tercer juego más vendido de la historia: Tetris para Game Boy con 35 millones de unidades vendidas. Game Boy, la consola que hizo que el juego portátil fuera grande y que abrió el intachable historial de éxito de Nintendo en este segmento, fue sinónimo de Tetris, particularmente en los mercados occidentales gracias a ese pack de consola, juego y el cable para conectar dos consolas. Cuando apareció en la consola ya había salido en PC y sus derechos se habían cedido para Spectrum, Amiga, Apple II… y desde Japón, Bullet Proof Software hizo lo propio con MSX, NES y Game Boy. Así que sí, sabemos que el papel de Nintendo aquí es casi circunstancial, pero vaya circunstancia y vaya motor de éxito que fue este puzle que es, todavía hoy, sinónimo de horas y horas de juego.

26. Earthbound (Super Nintendo/GBA, 1994/2003)

Uno de los pocos juegos de todo este listado que no han tenido distribución oficial en Europa en forma alguna hasta muy recientemente, cuando por fin se ha sumado al catálogo de la Consola Virtual de Wii U. El título se lanzó en Japón y América pero ha sido una larga ausencia. Además, el resto de capítulos (el original de NES y la tercera entrega, para GBA) tampoco han llegado hasta nuestro territorio, una injusticia tremenda para los aficionados a, simplemente, los buenos videojuegos. Earthbound es un juego que funciona perfectamente como título aislado de las demás entregas de la trilogía y su calidad es elevadísima. Esta entrega es la responsable de crear el mito en torno a la serie y lo cierto es que tiene argumentos de peso para convencer a los aficionados: su estilo visual lleno de personalidad, las peculiaridades de su jugabilidad y una historia de esas que son poco habituales en un género dominado por estereotipos muy concretos. Es uno de esos clásicos atemporales que abundan en la historia de la compañía, pero es que, además, esa ausencia tan prolongada en Europa no ha hecho sino añadir mito al juego.

25. The Legend of Zelda: Skyward Sword (Wii, 2011)

Hay muchas cosas que nos hacen pensar que este juego va a definir importantes aspectos del futuro de la serie, como el mayor peso de los puzles fuera de las mazmorras, la pluralidad y diferenciación de ítems más allá de los "veteranos". Lo que no sabemos si seguirá es el control con movimientos, ya que pensamos que la entrega de Wii U dará prioridad al control mediante el GamePad en detrimento del uso del Wii Motion Plus. En fin, solo el tiempo desvelará estas claves. Lo que sí sabemos es que se trata de un Zelda que buscó diferenciarse en muchos de sus aspectos principales de los cánones de la saga, por lo que se alejó de las mazmorras temáticas más clásicas, se experimentó mucho con los ítems y, claro, con el control apostando por niveles de manejo de la espada que no habíamos visto antes. La gestión de objetos en tiempo real, la necesidad de recolectar materiales con los que luego nos creaban ítems en una de las tiendas del juego, etc., constituyeron modificaciones sutiles que nos permiten ver que el equipo responsable de la saga está buscando activamente formas de refrescar la fórmula y, al mismo tiempo, mantenerse fiel a lo que el público espera de un Zelda. Todavía habrá que ver cuál es su legado efectivo a medio y largo plazo, pero insistimos en que la sensación es que va a haber muchos elementos en próximas entregas cuyo origen se podrá rastrear hasta este título.

24. Pokémon Colosseum (GCN/Wii, 2001/2009)

Todo el mundo quería un Pokémon en consola doméstica, espectacular y poligonal. Es algo que siguen pidiendo hoy en día, normalmente añadiendo a la lista de peticiones que sea, además, masivo y en línea. Peticiones muy normales, todo sea dicho. Los Pokémon Stadium de Nintendo 64 fueron una oportunidad perdida (eran buenos juegos, pero solo había combate: faltaba el rol que quieren los usuarios) y este Pokémon Colosseum creó muchas ilusiones por su modo historia, una aventura rolera, pero fue también una oportunidad perdida. En este caso lo fue porque no tenía tanta profundidad en su duración y desarrollo, aunque es cierto que alejarse de la historia típica de la serie de chaval que se enfrenta a líderes de gimnasio y, además, salva el mundo fue un golpe de aire fresco. Con todo, la atención seguía puesta en los combates, y lo mismo pasó con su sucesor directo, Pokémon XD: Tempestad Oscura (2005). Al menos sabemos que Nintendo puede dar a los aficionados lo que piden un día de estos, solo falta que llegue el momento de hacerlo y que crean que es beneficioso para la empresa, por supuesto. Y sí, es una oportunidad perdida pero al mismo tiempo es la muestra palpable de que un buen Pokémon con el sabor tradicional (nada de subproductos o derivados

23. The Legend of Zelda: Oracle of Ages/Oracle of Seasons (GBC, 2001)

Dejar que Zelda salga de manos de Nintendo puede dar escalofríos si pensamos en Philips y el CDi o gran satisfacción si pensamos en Capcom y las propuestas portátiles que la compañía hizo bajo la batuta de Hidemaro Fujibayashi. Tanto, que Nintendo finalmente le fichó para incorporarse a EAD dentro del equipo encargado de la saga y ha sido el director de The Legend of Zelda: Skyward Sword. Así que al menos ya tenemos un indicio claro de por qué estas entregas portátiles son muy importantes en la historia de Nintendo. Añadamos que se intentó aplicar esta cierta "filosofía Pokémon" de lanzar dos versiones paralelas con conectividad entre sí, pero con algo más de chicha: no son dos versiones, sino dos juegos completamente diferentes. Uno orientado más a la acción y otro más al puzle, de manera que se alteraba intencionadamente ese juego de equilibrios que siempre ha perseguido la saga para dar más peso a determinados elementos. Cada jugador tendrá su favorito de esta pareja; el nuestro es Oracle of Ages por su apuesta por los puzles. Estos fueron los primeros juegos de la serie en los que realmente podemos decir que el propio mundo exterior era también un puzle, con enigmas comparables a los que el jugador encontraba en las mazmorras, algo que se había insinuado apenas antes y que a partir de aquí va ganando cada vez más peso, quizá por la mano de Fujibayashi.

22. Super Mario World 2: Yoshi’s Island (SNES/GBA, 1995/2002)

Este es un caso parecido a Wario Land: Super Mario Land 3: más que un nuevo Mario era el primer Wario y este lo que es en realidad es el primer Yoshi. Y qué estreno: un exitazo de diseño que Yoshi no ha logrado alcanzar de nuevo porque aunque el dinosaurio ha tenido algunos juegos muy buenos, varios muy originales (Yoshi’s Universal Gravitation para GBA, en 2004, claramente superior al título de Nintendo DS), ninguno ha sido –por ahora– tan mágico como este Yoshi’s Island (aunque la entrega para Nintendo 3DS resulta prometedora). El título exprimió al máximo el chip Super FX2, la versión avanzada del chip poligonal que debutó en Star Fox: permitió crear enemigos gigantes, efectos de transparencias imposibles, rotar y escalar, y, en general, conseguir un apartado artístico y técnico que siguen siendo hermosos hoy en día gracias a la estética del uso de lápices y ceras. No tenía tantos niveles como Super Mario World pero son mucho más largos y se premia mucho la rejugabilidad con los objetos que hay que encontrar y el objetivo de conseguir la máxima puntuación –todos los objetivos– de cada fase. Es el más digno sucesor que podía tener el juego de lanzamiento de Super Nintendo y llegó en los últimos compases de la consola: impresionante en todos sus términos, preciosista y demostrando que todavía se podían crear muchas cosas en un género aparentemente tan explotado en esa época como las plataformas 2D. Baby Mario a lomos de Yoshi representaba el renacer de un género, pero los polígonos acabaron devorándolo todo durante muchos años. Por suerte, las 2D supieron agazaparse y esperar a que les llegara una nueva oportunidad, como así ha sucedido.

21. The Legend of Zelda: Majora’s Mask (N64, 2000)

Aunque hay que decir que el primer Zelda en hacer algo diferente fue The Adventure of Link (NES, 1987), es decir, el segundo juego (paso a perspectiva lateral, cambio radical en jugabilidad, diseño y estructura, etc.), este Majora’s Mask fue el primero en introducir cambios muy profundos con éxito. El título fue algo incomprendido en su momento, pero destacó por un mundo limitado en su alcance geográfico (la ciudad de Termina y alrededores) pero riquísimo en lo profundo gracias a la concepción temporal del juego: revivir una y otra vez los mismos tres días como un Bill Murray atrapado en Puxsutawney para conseguir salvar todo un mundo de su completa aniquilación. Es el título más oscuro, siniestro y, la verdad, extraño. Cuesta pensar en un personaje secundario que no fuera raro y que no aportara algo al conjunto de la historia de Termina, lo que hace que al final el título cobre una vida que es incluso difícil de encontrar en títulos mucho más actuales. Si a eso añadimos la jugabilidad basada en transformaciones con máscaras, dando un rango de habilidades muy poco común a Link, y unas mazmorras (aunque fueran solo cuatro) complejas y francamente bien diseñadas, nos encontramos con un juego de gran calidad y que logra destacar incluso en el estándar de exigencia que se marca en la saga. A todo esto sumemos que es el primer juego con Eiji Aonuma (actual productor de toda la saga) como director general y lo que tenemos es un juego clave en la serie al que le falta tener herederos claros. Quién sabe si a lo mejor tenemos suerte y llegan pronto.

20. Super Mario Kart (SNES, 1992)

Nintendo tuvo una buena época en el género de las carreras en los primeros años de Super Nintendo, aunque quizá sea justo decir que fue su época de gracia y que, por tanto, tuvo una buena época en cualquier cosa que tocaba por aquel entonces. Mario no había salido tanto de su parcela de poder específica (las plataformas) en aquellos años y todavía faltaban años para que fuera protagonista junto al resto de la troupe de series enteras de títulos deportivos. Cuando Mario descubrió el mundo del motor con Super Mario Kart abrió todo un mundo de posibilidades. El juego explotaba la potencia técnica de Super Nintendo y presentaba una disposición en pantalla muy singular: la mitad superior presentaba la acción con Modo 7 (es decir, con todo el potencial de rotación y escalado de la consola) y la mitad inferior era una gran mapa del circuito. Cuando jugábamos a dobles, esa parte inferior era ocupada por el segundo usuario. Era el principio de una de las mejores experiencias multijugador, que iría perfeccionándose entrega tras entregas.

19. Super Mario Galaxy (Wii, 2007)

Super Mario Sunshine (GameCube, 2002) fue un muy buen juego, pero quizá no estuvo en los niveles de excelencia indiscutible que se le suele exigir al fontanero, al menos no para todos los aficionados. Así que en ese sentido había algunas dudas flotando en el aire con respecto al debut de Mario en Wii, algo que se veía acrecentado porque (otra vez) una consola doméstica de Nintendo llegaba a las tiendas sin un juego de Super Mario bajo el brazo. Super Mario Galaxy barrió todas las dudas de un plumazo: era ingenioso, divertido, original y se jugaba era una delicia. Para nuestra sorpresa, la cosa pudo llevarse mucho más allá en el sublime Super Mario Galaxy 2, que era todavía más divertido, sólido y difícil. La cuestión es que este Super Mario Galaxy ha establecido un nuevo horizonte de posibilidades que va mucho más allá de lo que parecía imposible de superar: Super Mario 64.

18. Pokémon X/Y (3DS, 2013)

La mayor revolución en el universo Pokémon gracias al salto a los gráficos poligonales, las novedades en los combates, la depuración del juego en línea… Pokémon X/Y ha conseguido mantener la saga joven en su nuevo salto generacional al desembarcar con todas las de la ley en Nintendo 3DS. Se potencia la interacción con el mundo, de personalización, se introducen nuevas clases de pokémon (por primera vez desde Oro y Plata) y todo un sistema de evoluciones adicional gracias a las megaevoluciones. Y eso son solo los cambios evidentes. Lo importante es que es el juego más social y estratégico de toda la saga haciendo que se alcance una profundidad que va más allá de la ya de por sí lograda jugabilidad de la serie. Podemos decir, tras ver el juego, que seguirá habiendo Pokémon para rato porque su capacidad para refinar y reinventar conceptos sigue vigente, aunque también es cierto que le falta dar un salto en la narrativa para esquivar cualquier síntoma de agotamiento. En todo caso, el mercado ha respondido de maravilla ante este título, el primero que se lanza mundialmente (muy atrás quedan los tres años de retraso con respecto a Japón de Rojo y Azul) y todo indica que puede conseguir grandes cifras para Nintendo. Es, en definitiva, una de las sagas más beneficiosas gracias a la serie principal, sus muchos derivados, líneas de juguetes, etc.

17. Super Mario World (SNES/GBA, 1990/2001)

Cualquier consola desearía llegar a las tiendas con un título tan soberbio como este, pero la historia ha demostrado que es algo que no se da demasiado. Aunque técnicamente Super Nintendo llegaría a demostrar un potencial muy superior al que se lucía en este juego, la virtud de Super Mario World fue alcanzar la perfección en todos los frentes que abrió el exquisito Super Mario Bros. 3 y, claro, presentarnos al queridísimo Yoshi. Con sus 96 salidas que encontrar en unos niveles de incuestionable realización, el título es una de las cimas –si no la cima– del plataformeo bidimensional. Es uno de los mejores juegos de todos los tiempos y consiguió unas impresionantes ventas de más de 20 millones de unidades en una consola que tuvo un mercado total de 49,1 millones de unidades: casi la mitad –más de un 40%– de las personas que tenían Super Nintendo poseía también este juego.

16. Wii Fit (Wii, 2007)

Aunque no descartamos que alguna de esas personas que se autroproclaman "jugones" (o el anglicismo que esté de moda esa quincena) haya sufrido un infarto, hay algo que no se puede obviar: si hay videojuegos de entrenamiento físico en todas las consolas actuales es gracias a Wii Fit. Las recreativas de actividad física llevaban años existiendo y sus conversiones a sistemas domésticos –pocas y muchas veces cuestionables– nunca se convirtieron en juegos de masas. Nintendo logró encontrar el modo de hacer esto posible y múltiples compañías se sumaron rápidamente al género. Millones de unidades vendidas frente a las miles de la competencia deben darnos la perspectiva de lo conseguido por la compañía en esta ocasión. Sin duda, una de las aportaciones a la industria más importantes de la última década.

15. The Legend of Zelda (NES, 1986)

Link, Ganon y Zelda nacen aquí. Una de las series mejor valoradas de toda la industria del videojuego tiene en este título de 1986 el origen de todo lo que llegaría después. El título fue un prodigio técnico en su época al aprovechar el Famicom Disk (y circuitería adicional en la versión occidental de NES) para poder salvar el progreso de la partida dejando atrás las contraseñas y el gran volumen de contenidos que tenía para aquel entonces: un juego larguísimo con un mundo vastísimo como poquísimas veces se había visto en un videojuego. A eso había que añadir multitud de armas y posibilidades para el héroe de esta aventura apostando por una perspectiva cenital que reforzaba esa apuesta un tanto singular entonces de mezclar aventura, acción y rol. Hay que recordar que en esos años los géneros de videojuegos estaban mucho más separados y estos "experimentos" que son el pan nuestro de cada día eran muy extraños, sobre todo porque había limitaciones de memoria, control, capacidad gráfica… que dificultad enormemente hacer este tipo de mezclas. La cuestión es que la fórmula funcionó, las aventuras roleras han sido todo un género de pleno derecho y Zelda es su referente. Eso sí, como es sabido, cada juego tiene una historia, pero solo uno es una leyenda.

14. Super Mario RPG: Legend of the Seven Stars (SNES, 1996)

Mario no se había atrevido a probar el rol en estos años, pero creemos que si existen sagas como Mario & Luigi y Paper Mario es en buena medida porque este videojuego de SquareSoft para Nintendo demostró que se podían crear cosas magníficas con el fontanero dispuesto a someterse al rol nipón por turnos. Se trata de otro juego que no llegó jamás de forma oficial a Europa hasta que en 2008 se publicó la versión estadounidense en la Consola Virtual de Wii, una de esas injusticias que ya hemos visto en otras ocasiones a lo largo del reportaje. Era una situación complicada entre ambas empresas (SquareSoft estaba a punto de abrazar la PlayStation de Sony, llevándose todas sus sagas a esa nueva consola, dejando atrás la historia de éxitos que había escrito en NES y SNES) y la política tuvo un peso determinante a la hora de jugar contra los intereses de los aficionados. El título fue producido por Shigeru Miyamoto con Yoshihiko Maekawa y Chihiro Fujioka como directores y es posible que sea uno de los juegos de rol más redondos de Square en aquellos años (y todos sabemos que la compañía estaba entonces en su momento de mayor gloria). Es cierto que el título no ha tenido continuaciones directas, pero como decíamos antes es el árbol del que han surgido dos grandes sagas roleras con Mario como protagonista y eso hay que agradecérselo.

13. Donkey Kong Country (SNES/GBA, 1994/2003)

El pobre Donkey Kong estaba olvidado… pese a su papel clave en la fundación de Nintendo como empresa de videojuegos, en los últimos años apenas se había puesto al volante de un kart. Rare y Nintendo unieron fuerzas en un acuerdo que marcó la siguiente década de la empresa japonesa: Rare suministró tecnología de programación aportando las técnicas de renderizado y, junto a Silicon Graphics, marcó el futuro del hardware de Nintendo 64. Sus juegos fueron tan importantes en esa consola como los de la propia Nintendo (Banjo-Kazooie, Donkey Kong 64, Perfect Dark…) y todo empezó en Donkey Kong Country. Rare renovó por completo el universo del gorila, actualizó su diseño y creó multitud de personajes secundarios. Cogió todo eso, le dio un empaque visual que alucinó a toda la industria llevando a Super Nintendo hasta sus límites y no solo eso: el salto técnico en sus dos continuaciones seguía dándose. Si Super Nintendo tuvo un fin de ciclo tan apabullante fue en buena medida gracias a Rare (vale, también influyeron los retrasos de su sucesora), pero es que nadie podía pensar unos años antes que la consola de Nintendo (ni ninguna máquina de 16 bits) podía presentar esas cosas en pantalla. Como sabemos, unos años más tarde, en los albores de GameCube, Rare y Nintendo tomaron caminos diferentes y la empresa que fundaron los hermanos Stamper acabó integrándose en la estructura de Microsoft. Pero Donkey Kong ha seguido, desde entonces, mucho más presente en el universo Nintendo con sus plataformas, sus juegos musicales y sus cameos porque Rare lo convirtió, de nuevo, en toda una estrella.

12. Star Fox (SNES, 1993)

El chip Super FX fue la clave que permitió introducir gráficos poligonales en la 16 bits de Nintendo y su revisión, el Super FX2 fue todavía más allá potenciando los recursos de la consola para ofrecer títulos que parecían del todo imposible unos pocos años antes. La tecnología debutó con Star Fox (conocido como Star Wing en Europa), un sorprendente juego de acción espacial sobre raíles. Tecnología puesta por completo al servicio de un concepto jugable que abrió las puertas a una saga que los aficionados siguen amando hoy en día, pese en ocasiones sus derroteros no han sido precisamente los mejores. El título fue desarrollado por el estudio británico Argonaut Software para Nintendo, algo lógico si tenemos en cuenta que es el mismo estudio que había parido el chip Super FX para la compañía japonesa. Aunque la saga se consagró realmente con Lylat Wars (en el resto del mundo, Star Fox 64) para Nintendo 64, las aportaciones técnicas que supuso este juego abriendo toda una nueva era en Super Nintendo están fuera de toda duda.

11. Metroid Prime (GCN/Wii, 2001/2009)

No es, ni ha sido ni –ojalá– el Halo-killer que algunos esperaban, sino la conversión perfecta al universo poligonal de una de las mayores obras de la historia del videojuego: Super Metroid. La herencia es tan clara que en muchas ocasiones bordea el homenaje y nos muestra que la espera valió la pena: apostar por la primera persona sin perder la aventura, sin perder los poderes de Samus y ganando en profundidad en todos los sentidos consagró a Retro Studios y demostró que cuando Nintendo decide que hay que esperar parece tener razón. El paso a este estilo de juego le perjudicó en cuanto a percepción por comparación directa con los hijos de Quake, pero es que si buscamos una estirpe fuera de la saga Metroid, este juego tiene sus antecedentes mucho más en Half-Life que en los juegos de acción descerebrada en primera persona. Durante estos años parece que el público quería todavía más del género de moda, pero por suerte la saga se ha mantenido fiel a su estilo incorporando diversas variaciones a lo largo de esta trilogía. No sabemos qué camino seguirá Samus en el futuro tras la propuesta del Team Ninja en Metroid: Other M pero sí sabemos algo: queremos volver a meternos en el caso de esta cazarrecompensas espacial y queremos volver a vivir la soledad de un planeta desconocido, mortal a cada paso.

10. Super Smash Bros. Melee (GCN, 2001)

La entrega de GameCube de la saga de peleas de Nintendo es la más destacada (al menos hasta ahora) y no en vano es la que se sigue empleando en torneos internacionales. Super Smash Bros. dio un paso de gigante en esta segunda entrega definiendo mucho más su jugabilidad, ampliando enormemente la plantilla y consiguiendo, en definitiva, un impresionante videojuego. La versión de Wii lo tuvo más fácil (y, sin duda, su inclusión del modo en línea y el extenso modo historia son muy destacables), pero es que lo que representó este Super Smash Bros. Melee para el futuro de la serie podemos tardar mucho en verlo de nuevo. Y es que el primer juego abrió un camino muy importante, pero en este caso el salto de calidad que se dio es tan notabilísimo que sería injusto no reconocerlo con las mayores loas. Su papel clave en el impulso de ventas de GameCube (más de 7 millones de copias vendidas: el mayor éxito comercial de la saga y el juego más vendido de todo el catálogo de la consola) no hace sino situarle todavía en una posición mucho más preferente.

9. Wii Sports (Wii, 2006)

Un juego de regalo con una consola, muchas veces tildado de poco más que una demo técnica y, sin embargo, el más importante responsable del éxito comercial de Wii y, en consecuencia, de que existan Kinect y PlayStation Move y que, de hecho, sigan muy presentes en la inminente nueva gama de consolas. ¿O es que alguien puede negar que el mando de Wii no ha definido buena parte de los últimos años en el género? Más que una moda, Wii Sports marcó un camino a seguir –también en su sencillez y accesibilidad– que al final ha acabado influyendo de manera decisiva en las nuevas plataformas, por mucho que se renegara de todo lo que este juego (y la consola) representaban. Es el juego más vendido de la historia y es posible que tardemos mucho en ver quién le quita el honor. Recordemos que, hasta entonces, el trono estaba ocupado por Super Mario Bros., de NES.

8. Pokémon Rojo y Azul(Game Boy, 1996)

¡Hazte con todos! Con este juego empezó el gran fenómeno y parece que Nintendo no se lo acababa de creer. Pokémon Rojo y Azul debutó en Japón febrero de 1996 (bueno, es complicado: allí fueron originalmente rojo y verde, y azul fue una edición especial que se lanzó en octubre). Tres años más tarde llegó a Europa. La idea de la que nació es sencilla: Satoshi Tajiri, uno de los diseñadores originales, cazaba y coleccionaba insectos y decidió llevar esa experiencia a los videojuegos con monstruos de bolsillo. Las primeras criaturas, la primera región que recorrieron los jugadores… todo ello en una estética que engaña, y mucho. La saga sigue siendo todavía hoy considerada como simple, cuando en realidad la combinatoria de los monstruos (que ha ido haciéndose cada vez más compleja, con elementos adicionales, opciones de cría, etc.) y las posibilidades del combate (que también han evolucionado en todos estos años) esconden un juego de rol por turnos sorprendentemente profundo. Eso es algo que quizá no se suele reivindicar con la suficiente contundencia y, la verdad, puede costar un poco darse cuenta porque para la enorme complejidad que esconde (mucho más allá que muchas vacas sagradas del género) resulta muy accesible para todos. Pero a estas alturas de la película, si un aficionado a los videojuegos sigue con prejuicios y desconociendo qué esconde en realidad esta serie, es porque ha elegido mantenerse en la ignorancia.

7. Super Metroid (SNES, 1994)

La aventura de Samus Aran en Super Nintendo vino seguida de un largo vacío en el que el concepto de juego que se había desarrollado durante las tres primeras entregas parecía no tener hueco en el mundo poligonal que nació en la época de Nintendo 64. Este juego incorporó muchas más armas y posibilidades que sus predecesores y resultó ser un título tan excepcional que fijó perfectamente un género que –aunque hay quien se empeña en ponerle nombre compartido, metroidvania– parió él solo (y luego el maestro Koji Igarashi siguió depurando durante años con la buena época de Castlevania). De hecho, si lo miramos en perspectiva es una pena para Nintendo que un diseño tan sólido y eficaz como el de Metroid haya sido muchísimo más explotado por los Castlevania de Konami (ahí está el sublime e indiscutible Symphony of the Night y, también, las grandísimas entregas que salieron en GBA y Nintendo DS). La combinación de plataformas, acción, exploración, algo de puzle, etc., es peligrosa y muchísimos juegos han fracasado ante este reto, incapaces de conseguir ese equilibrio casi imposible, lograr dar esa sensación de libertad de exploración en grandes mundos y, en definitiva, construir una experiencia metroidvania sólida y consistente que no se resquebraje y deje ver el armazón (sus trucos de diseño) al jugador.

6. The Legend of Zelda: A Link to the Past (SNES/GBA, 1991/2002)

Épico desde el primer minuto, con una ambientación que era difícil de soñar en aquellos años y que era solo el principio de una aventura repleta de peligros, retos y mazmorras como pocos títulos han logrado replicar. Para nosotros, este es el Zelda definitivo, la vara por la que deben medirse todos los demás juegos de la saga y cualquier título que intente plantarle cara a esta saga de aventuras. Si tenemos en cuenta los juegos que llegan al mercado y cuáles son sus guiños, parece que los creadores de videojuegos trabajan sobre el mismo referente, un testimonio más de cómo este título ha ayudado a definir el género, la industria y cómo toda una generación de creadores que empieza a despuntar ahora tiene en este clásico uno de sus referentes más destacados. Es el principal responsable de integrar la ya recurrente presencia de mundos paralelos en la serie y de introducir muchos de los referentes que son igualmente tradición en la saga, por lo que sus aportaciones a la misma son incuestionables.

5. Super Mario Bros. 3 (NES, 1988)

El gran salto de calidad que ayudó a definir el universo de Mario tal y como lo entendemos hoy: muchos niveles, desarrollo no necesariamente lineal y montones de poderes diferentes. La fórmula fue superada en el perfecto Super Mario World de Super Nintendo, pero este es el juego que hizo posible esa obra maestra, un juego que hizo cosas que hasta entonces creíamos que eran del todo imposibles en una NES. El universo de Mario dio un salto en creatividad y calidad de diseño de niveles con una jugabilidad imaginativa que conseguía que el jugador sintiera que no había límites. Su fuerte carácter experimental se aprecia en la multitud de disfraces de Mario (mapache, rana, hermano martillo…), otros poderes y habilidades (convertirse en estatua, la bota…) y la pluralidad de situaciones que se introdujeron. Incluso algunos diseños –como el pelo rojo de Bowser- se definen y fijan a fuego en este título, por lo que no hay elemento del universo Mario que no haya sido tocado o no tenga su antecedente en este juego, lo que lo convierte en uno de los pilares fundamentales del personaje más célebre de la industria.

4. The Legend of Zelda: Ocarina of Time (N64, 1998)

La discusión sobre cuál es el mejor Zelda puede no tener fin (nosotros apostamos por A Link to the Past, pero el empujón en popularidad y definición de estándares que supuso la primera entrega poligonal de la serie (no solo en Zelda, sino en la industria) es algo difícil de discutir. Quizá lo más evidente sea el sistema de fijado (el Z-Targetting) en torno al cual se construyó todo el sistema de combate y que ha sido reproducido por multitud de juegos (de aventura, de acción, etc.) con pocas variaciones, o adaptando su aplicación y funcionamiento (como las asistencias al disparo de GTA). Se trata de uno de esos juegos que crean escuela, que enseñan cómo deben hacerse las cosas, y eso es muy importante porque es así como se consigue que se avance, que se logre ofrecer algo mejor, y más en un momento de transición a los gráficos poligonales como el que se vivía entonces. Si a eso le añadimos la épica de la que se dotó al título y cómo resuena todavía hoy la historia del Héroe del Tiempo en las mentes de los aficionados, nos damos cuenta de que este es un título que quizá no se olvidará nunca.

3. Super Mario 64 (N64, 1996)

La industria sabía que los polígonos eran el futuro de las consolas y el presente de los ordenadores. Pero no sabía cómo hacer que se pudiera jugar bien porque se mantenían los controles tradicionales (las crucetas digitales) con la disposición también tradicional de botones, porque no se sabía usar la cámara dinámica ni se acertaba dejándolas fijas, salvo en entornos y situaciones muy concretas. Era una tecnología incipiente y emocionante con muchas pruebas, errores y triunfos. Super Mario 64 no fue el primer juego que nos dejaba controlar un personaje en tercera persona en entornos poligonales pudiendo moverlo con libertad, pero sí fue el primero en hacerlo bien y punto. El juego definió cómo se debía mover a un personaje con el control analógico (que Sony y Sega copiaron tan rápidamente como pusieron lanzando una el DualShock, que acabó imponiendo como estándar en su PlayStation, y la otra el infrautilizado 3D Pad que, al menos, nos regaló el delicioso Nights into Dreams). Si a eso le sumamos una cámara libre que sabía cómo y dónde ponerse con, además, un sistema sencillísimo para que el usuario jugara con ella en las ocasiones en las que se comportaba de modo errático (admitámoslo: la mayoría de las cámaras hoy en día siguen dando los mismos problemas, pero curiosamente muchos juegos no dan tan buenas opciones de gestión de las mismas), nos encontramos con que todo juego en un entorno 3D es una nota al pie de Super Mario 64. Una lección hecha videojuego de la que beben todos los que han llegado después, lo admitan o no.

2. Super Mario Bros (NES, 1985)

Este juego, él solo, pudo bastar para salvar toda la industria del videojuego tras el crack de 1983 en América, cuando el mayor mercado de este sector estuvo a punto de desintegrarse. Nintendo es justamente señalada como la salvadora de toda la industria gracias a NES y Super Mario Bros., el juego más vendido de la historia hasta que llegó un éxito social como Wii Sports. Super Mario Bros. era un prodigio técnico con multitud de recursos para hacer algo que hoy damos por asumido: el scroll, es decir, mover la pantalla y no tener que jugar en una pantalla estática. Su control perfecto, su jugabilidad magníficamente definida… es la clase maestra que todo diseñador de videojuegos debe estudiar para comprender qué es lo que hace que un juego sea un éxito atemporal y que cuando desaparezca de las tablas de ventas entre en las páginas de la historia. Si lo piensas bien, no es tan complicado, ¿no? Definir un género, explotar técnicas y hardware como nunca se había hecho y hacerlo, todo, con un broche de perfecta jugabilidad que resiste todavía hoy. Juegos así ha habido pocos.

1. Donkey Kong (Recreativa/NES, 1981/1983)

Con un simio, un tipo que todavía no es fontanero y una damisela en apuros no hace falta mucho más para montar un imperio del videojuego. Bueno, dos genios: un ingeniero como el fallecido Gunpei Yokoi y un creativo como Shigeru Miyamoto. El día que Hiroshi Yamauchi (1927-2013), presidente de Nintendo, decidió darle una oportunidad a ese jovenzuelo artista y lo puso al lado de un inventor como Yokoi acertó de pleno. La recreativa fue un éxito inmediato y su conversión a NES (y a otros sistemas) lo convirtió en fenómeno: si Nintendo es lo que es, lo que ha sido, y lo que será, es por este videojuego. Mario no era todavía Mario (era Jumpman, el nombre llegó un poco más tarde), pero ahí estaba el germen del icono de los videojuegos y así fue como empezó una de las trayectorias de más éxito del mundo empresarial. La compañía se reinventó a partir de aquí y fue dejando atrás su posición como fabricante de cartas y juguetes para convertirse una empresa de videojuegos. Todo porque un gorila tontorrón le echó el ojo a una chavala y ese obrero de la construcción quiso ser el héroe por un día. El resto es historia y en este reportaje habéis visto 100 títulos que han ayudado a definirla.