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Cosas que sabes si creciste con una Game Boy

Acompáñanos en este recorrido nostálgico de una consola inolvidable, que marcó a una generación de jugadores.

La nostalgia mueve montañas. Que se lo digan a los miles de jugadores que caemos una y otra vez en comprar revisiones de juegos del pasado. Da igual la cantidad de horas que les hayamos echado o la abundancia o escasez de mejoras en las nuevas versiones: es difícil resistirse a pasar por caja de nuevo. Nintendo ha aprendido muy bien esta lección como demuestra la Consola Virtual y el relanzamiento de versiones "mini" de sus sistemas de 8 y 16 bits durante el último par de años.

NES Mini y SNES Mini han sentado un precedente de éxito masivo en la venta de revisiones de consolas. Llevamos más de un año viendo cómo ambas máquinas se lanzan, se agotan, forman parte de la especulación más exagerada y son carne de debate. Los rumores ya hablan de que en 2018 podríamos recibir una Game Boy Mini con juegos preinstalados. También se habla de una Nintendo 64 Mini. Las dos opciones son muy atractivas para toda la comunidad de fans.

No podemos predecir los planes de la compañía, pero sí echar la vista al pasado para recordar uno de los grandes mitos del catálogo de consolas de la firma, la Game Boy "tocha", esa segunda portátil comercial de la compañía si contamos Game & Watch. La máquina todavía está entre las más vendidas de Nintendo con sus más de 100 millones de unidades, revisiones mediante. Recibimos la llamada de la nostalgia monocroma para recordar doce cosas que sabes si jugaste a la Game Boy.

Las pilas eran un bien muy preciado

Por increíble que parezca y aunque actualmente existan usuarios que no saben lo que es jugar con pilas, Game Boy requería cuatro baterías AA para poder funcionar. La consola presentaba una bahía de colocación de las pilas en la parte trasera inferior mediante una tapadera de fácil acceso. Bastaba con presionar sobre la pestaña para dejar a la vista las cuatro pilas. Para acabar con el gasto de pilas, Nintendo llegó a lanzar baterías recargables oficiales y hasta un adaptador de corriente. Como ya os contamos en nuestro reportaje Cosas que sabes si jugaste en los 90, muchos de pequeño metíamos las pilas en el congelador de la nevera, porque decían que se recargan, aunque fuera un poco.

Su batería era considerable

A pesar de usar pilas, la duración de la batería de Game Boy no era limitada. La consola podía aguantar treinta o más horas funcionando sin problemas. No fue una máquina muy exigente en lo técnico, de ahí que la duración de las pilas resultara atractiva para la mayoría de los jugadores. Hoy día, ninguna de las consolas portátiles o híbridas disponibles en el mercado consigue ofrecer una duración de batería tan elevada. La más reciente, Nintendo Switch, llega a las cuatro horas en el mejor de los casos.

Fue la primera portátil masiva

Game Boy cuenta con no pocos logros en sus registros, pero sin lugar a dudas el más reseñable fue el de convertirse en la primera portátil enfocada a un público masivo. Mucho antes de que llegara la Wii con su mensaje plural sobre el consumo de videojuegos independientemente de la edad, Nintendo abrió la veda con Game Boy acercando la portátil a públicos masivos. A mediados de los noventa la portátil se transformó en una consola con oportunidades en el público femenino.

Nintendo detectó una oportunidad en ellas y se lanzó comercialmente a captar la atención de las incipientes jugadores con juegos como Tetris, que rápidamente se transformó en una de las joyas de la corona de Game Boy. Aquel pack base que unía la máquina a Super Mario Land y Tetris contribuyó a fomentar la variedad en el público consumidor de videojuegos. Jugaban ellos y comenzaban a adentrarse ellas dando igual la edad: desde menores hasta amas de casa enganchadas a las piezas.

Técnicamente inferior pero...

Game Boy nos ha dejado una lección de historia que se han repetido con el paso de los años de manera recurrente: no por tener el hardware más potente en tu consola vas a vender más unidades que la competencia. El invento ideado por Gunpei Yokoi y su equipo llegó a las tiendas en 1989 (Japón y EE. UU., un año más tarde en Europa) y en su lanzamiento siempre respiro con la sombra de la futura portátil de Sega en sus circuitos, la Game Gear que llegaría en 1991.

Técnicamente Game Gear era una consola superior a pesar de estar dentro de su misma generación por un aspecto fundamental: su pantalla de 32 colores frente a la monocromática de Game Boy. El tamaño de ambas pantallas era el mismo (160x144 píxeles), pero la calidad visual que ofrecía la máquina de mano de Sega dejaba en pañales a la tonalidad amarillenta de su competidora. Los juegos eran "superiores" en lo técnico y lucían más vistosos en la máquina de Sega.

Esta inferioridad técnica fue utilizada de manera agresiva en las campañas publicitarias con estilos que hoy no se conciben. Huelga decir que Game Gear no fue una consola superior en todo. La menor duración de su batería en el cara a cara con Game Boy le pasó factura. Así, el triunfo técnico no garantizó el éxito del sistema, que pasó a ser un producto casi de élite para los jugadores sin llegar a los niveles de Neo Geo. Los datos hablan por sí solos: más de 100 millones frente a poco más de 10 millones.

Soñábamos con piezas de Tetris

Uno de los grandes aciertos de la Game Boy original fue incluir de regalo Tetris, uno de los videojuegos más populares de la historia, con mil y una versiones, que es raro que alguien no haya probado en algún momento de su vida. Un juego de puzles con una capacidad de adicción tal que no era raro irse a la cama y en sueños seguir haciendo líneas con las piezas, algo que le ha pasado a casi todo el mundo que haya jugado lo suficiente a la obra de Alexey Pajitnov. De hecho, este fenómeno está científicamente demostrado, y se le conoce como el "efecto Tetris".

Primero jugamos con un Mario muy pequeño, que después dio un gran estirón

Si fuisteis de los afortunados que tuvieron una Game Boy en su lanzamiento, en 1990, seguro que uno de los juegos con la que lo estrenasteis fue Super Mario Land, la aventura de Mario exclusiva de la portátil de Nintendo, con la que más de uno nos dejamos los ojos, teniendo en cuenta el reducido tamaño del personaje.

Eso se remedió en su secuela dos años después, el espectacular Super Mario Land 2: 6 Golden Coins, un juego divertidísimo y lleno de buenas ideas, que nos dejó un recuerdo imborrable.

Hubo una tercera entrega, aunque realmente fue el nacimiento de una nueva saga, el genial Wario Land: Super Mario Land 3, que aumentaba más si cabe el sprite del personaje principal, en una aventura muy gamberra y original, que también recordamos con muchísimo cariño.

Disfrutamos de un Zelda genial

Aunque cuando se habla de las entregas de Zelda en 2D casi todo el mundo menciona como su favorito a The Legend of Zelda: A Link to the Past de Super Nintendo, a muchos nos marcó el magistral The Legend of Zelda: Link's Awakening de Game Boy, e incluso hay algunos fans que lo consideran una de las mejores de toda la saga. Se lanzó originalmente en Japón casi dos años después que el juego de 16 bits, e hizo un uso estupendo del hardware de Game Boy, para crear una aventura con un encanto muy especial, que era una pasada disfrutar en un consola portátil.

Pokémon se hizo esperar

Aunque todo el mundo asocia el primer Pokémon (Rojo, Azul, Amarillo) como uno de los juegos más míticos de esta consola, lo cierto es que se lanzó en el ocaso de la consola, especialmente tarde en Europa, cuando ya había salido Game Boy Color. Game Boy se puso a la venta en septiembre de 1990 en Europa, y Pokémon Rojo y Azul llegó octubre de 1999, casi diez años después.

A muchos jugadores que comenzaron jugando con Game Boy a los ocho o diez años, la llegada del fenómeno Pokémon les pilló rozando la veintena, y no son pocos los que lo jugamos medio a escondidas, porque era algo para niños...

Era "indestructible"

Existe el falso mito o la broma de que la primera Game Boy era indestructible. En cierto modo, se trata de una afirmación cierta. La portátil sigue siendo una de las consolas de mano más robustas que se han lanzado al mercado. Sus casi 400 gramos de peso hacían que resultara casi imposible portarla en un bolsillo. La máquina noventera contó con 90 milímetros de ancho, 148 de alto y 32 de fondo para repartir mundos virtuales en cualquier parte. Que recibiera un golpe y sufriera algún desperfecto en sus entrañas resultaba muy difícil por suerte para todos. Otro cantar era la carcasa, que a los más descuidados con la higiene fácilmente podía pasar a tener otras tonalidades, y que con el paso de estos 20 años a muchos se nos ha puesto de un color amarillento.

De hecho hay una historia muy curiosa, la de una Game Boy dañada en la Guerra del Golfo durante un bombardeo y que aún funciona. Este curioso objeto se expone en la Nintendo World Store de Nueva York, y es un buen ejemplo de lo resistente que era la consola.

No se conectaba por Wifi

Hoy día cualquier dispositivo que se precie, por pequeño que sea, incluye un adaptador Wifi para conectarse a Internet. A finales de los ochenta las redes inalámbricas eran cosa del futuro y conectar una consola a Internet quedaba todavía muy lejos. Game Boy no tenía conexión Wifi, así que para jugar en multijugador teníamos que recurrir a ese artilugio llamado Cable Link. Estaba presente desde los comienzos de la consola (se usaba en Tetris), pero no se volvió popular hasta Pokémon Rojo y Azul.

Podías hacer fotos e imprimirlas

Hablando de accesorios, Game Boy tuvo los suyos y bastante sorprendentes debemos añadir. El más recordado es el Game Boy Printer, esa suerte de impresora monocromática retro que nos permitía sacar en papel las fotografías tomadas con la Game Boy Camera. Este invento fue un adelantado a su tiempo, ya que antes de la explosión de los móviles nos permitía tomar los ahora tan populares ‘selfies’. Nintendo cuando quiere va la vanguardia de la innovación.

Podías usar una lupa para ver mejor

Su pantalla monocromática no permitía la mejor visión posible. Se podía jugar sin problemas, pero en ocasiones se hacía demasiado pequeña. Para todos aquellos jugadores que preferían tener una visión más amplia de las partidas llegó la lupa oficial de Game Boy, un accesorio que se adosaba a la estructura de la consola para aumentar el tamaño de la pantalla de manera artificial que ofrecía hasta iluminación adicional. Fue bautizado como Light Boy y contó con varias réplicas no oficiales.

De hecho el Megazord definitivo fue el Handy Boy, un accesorio que añadía lupa, luz, altavoces y un stick, para crear el "monstruo" que podéis ver en la imagen.

Super Game Boy: de la portátil a la tele

Si hablamos sobre cuestiones relacionadas con su pantalla, no podemos olvidar la existencia de Super Game Boy, ese periférico extraño y poco extendido entre los jugadores de la consola que permitía usa cartuchos de Game Boy en Super Nintendo para jugar en el televisor. Este artilugio no solo trasladaba la imagen al televisor, sino que ampliaba el rango de colores a la hora de ejecutar los juegos. Llegó a tener una versión avanzada compatibles con el Cable Link para jugar a Pokémon.

Tuvo usos profesionales

El concepto de videoconsola multimedia parece reciente, pero ya en la década de los noventa pudimos encontrar usos "alternativos" de los sistemas que iban más allá de echarnos unas partidas al Tetris o al Super Mario. La desarrolladora llamada Fabtek trabajó en Work Boy, cartucho para la portátil que usaba un teclado y permitía realizar operaciones matemáticas, ofimáticas y financieras con el que Game Boy se convertía en una especie de PDA prehistórica. No tuvo mucho calado.

Otro uso alternativo y extraño que se pudo disfrutar en la primera Game Boy fue el Game Boy Pocket Sonar, el accesorio definitivo para los pescadores. Probablemente no lo conozcas, pero este artilugio se conectaba a la consola para detectar la posición de los peces mientras realizábamos nuestras sesiones de pesca. Posiblemente sea el periférico más extraño de todos los existentes en el catálogo de la consola.

El peligro de los cartuchos "alternativos"

La piratería sigue siendo un tema tabú en esto de los videojuegos. A pesar de que, por suerte, los tiempos han cambiado y la porción de mercado que ocupan las copias de juegos es cada vez menor, es innegable que en los noventa seguía teniendo fuerza. En Game Boy recordamos ese amigo que podía conseguir juegos más baratos en forma de cartuchos "100 en 1". Baratos era, sí, pero tenían un defecto: las pilas de los cartuchos eran tan low cost que perecían dejándonos sin la partida y eso, en Pokémon, era sufrir.

Viajó al Espacio Exterior

La consola viajó al Espacio Exterior. Sí, Game Boy se marcó un vuelo espacial con la colaboración del astronauta ruso Aleksandr A. Serebrov, que se llevó la máquina a su misión en la Soyuz TM 17 para cubrir sus momentos de ocio. La consola pasó 3.000 veces la órbita de la Tierra y fue subastada en Bonhams por poco más de 1.000 en la categoría de reliquia llevada al Espacio durante una misión.

Ha servido para hacer música

Uno de los usos más sorprendentes de esta mítica consola es el de crear y tocar música. Hay toda una corriente de compositores chiptune que utilizan todo tipo de ordenadores de 8 bits para crear piezas musicales, y la Game Boy tuvo una época que se puso muy de moda para este tipo de composiciones.