Lo que debía ser una celebración histórica ha terminado convertido en una de las controversias más comentadas en años entre la comunidad de fans de Disney. La compañía ha presentado oficialmente su ambiciosa creación: un animatrónico hiperrealista de Walt Disney, diseñado para protagonizar el nuevo espectáculo biográfico Walt Disney — A Magical Life en Disneyland California. Pero, lejos de provocar asombro o emoción, la figura robótica ha generado incomodidad, desconcierto e incluso rechazo.
Un animatrónico recién salido del valle inquietante
El animatrónico, resultado de más de siete años de desarrollo, debía ser un homenaje al fundador de la compañía, recreando sus gestos, movimientos y voz a partir de horas de archivo audiovisual. Sin embargo, el resultado no ha convencido a muchos. En redes sociales y canales especializados como Capture the Magic, los seguidores critican principalmente el rostro, que describen como demasiado redondeado, artificial o directamente “irreconocible”. “¿Por qué tiene esa cara?”, "parece sacado de Terminator, es una pesadilla" se preguntan con sarcasmo, mientras otros lo comparan desfavorablemente con el icónico animatrónico de Abraham Lincoln creado hace más de medio siglo.
La decisión de revivir digitalmente a Walt Disney no ha gustado ni siquiera dentro de la propia familia. Joanna Miller, nieta del fundador, ya expresó en su momento que este tipo de iniciativas podían resultar "frívolas y deshumanizantes". La figura, que aparece en un montaje multimedia que narra la vida del creador del imperio Disney, ocupa el mismo escenario que albergó durante décadas el espectáculo Great Moments with Mr. Lincoln, lo que ha intensificado las comparaciones y la sensación de desacierto.
A pesar del descontento generalizado, algunos defensores valoran el nivel técnico del animatrónico, destacando detalles como la fidelidad en los parpadeos, los microgestos o el uso real de grabaciones de la voz de Walt. La empresa ha descrito esta figura como su creación animatrónica más compleja hasta la fecha, lo que subraya la magnitud del proyecto y la presión que conllevaba.
La incómoda recepción plantea una pregunta difícil para Disney: ¿cuál es el límite entre homenaje y explotación? Mientras algunos esperan que el revuelo inicial se disipe y el espectáculo gane aceptación con el tiempo, otros consideran que la empresa ha cruzado una línea moral al "resucitar" a su fundador sin el beneplácito del público ni de su familia. El robot más humano de Disney, por ahora, no ha conseguido despertar la magia.















