Arnold Schwarzenegger ha vivido uno de los encuentros más emotivos de su carrera al reencontrarse con John Milius, el director que lo convirtió en estrella gracias a Conan el bárbaro. Milius, guionista de culto (Apocalypse Now) y figura clave del Nuevo Hollywood, atraviesa una fase terminal de cáncer. El actor, que le considera un mentor decisivo en su trayectoria, ha compartido el momento en su boletín personal con un mensaje de fuerza, recuerdo y gratitud.
Una figura clave en la carrera del actor
La visita fue mucho más que un gesto de cortesía: fue un homenaje al espíritu guerrero que ambos construyeron en la gran pantalla. Schwarzenegger rememoró junto a Milius una escena del guion inédito de King Conan, secuela que nunca llegó a rodarse, donde el cimmerio se enfrenta a la muerte en persona. "Le dije que eso era justo lo que él debía hacer ahora", escribe el actor. "Mirar al diablo a los ojos y decirle '¡que te jodan!' como lo haría Conan".
Durante la visita, el intérprete de Terminator animó a Milius a levantarse y caminar, tal y como él mismo relata en LinkedIn. Al principio, el cineasta se negó. Pero Schwarzenegger apeló a su propio legado para encender una chispa. “Ese que no quiere levantarse no eres tú, John, es el diablo dentro de ti”, le espetó. Y funcionó: el autor de Amanecer rojo acabó poniéndose en pie y dando varias vueltas por la habitación. “Sus ojos se iluminaron con ese fuego que todos conocemos. Quería caminar más, y tuve que recordarle que descansara”.
Más allá del momento íntimo, Schwarzenegger quiso compartir una reflexión universal sobre la lucha y la voluntad. En su newsletter, recordó que “quienes eligen lo fácil acaban viviendo una vida más dura y menos alegre”, y que todos tenemos, en algún momento, la posibilidad de actuar como un guerrero ante la adversidad. Una filosofía que define tanto al personaje de Conan como a la actitud vital que ambos comparten.
Milius, figura controvertida por su ideología y admirado por su genio narrativo, deja una huella profunda en la historia del cine estadounidense. Su influencia se extiende desde Roma hasta El gran Lebowski, donde los hermanos Coen caricaturizaron su carácter a través del personaje de John Goodman. Pero, para Schwarzenegger, es y será mucho más: “Le debo mi carrera”, sentencia. Una amistad que, como su legado conjunto, desafía incluso a la muerte.
