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Sam Altman, CEO de ChatGPT, tiene razón: la próxima gran empresa de España no tendrá empleados ni oficinas y llegará pronto

Sam Altman predice un futuro donde una sola persona, asistida por agentes de IA y sin necesidad de equipos humanos, podrá construir un imperio tecnológico antes de 2028.

Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, lanzó hace poco una idea que suena a ciencia ficción, pero que cada día parece más cercana: la primera startup valorada en mil millones de dólares será obra de una sola persona, con un portátil, conexión a internet y un ejército de agentes de inteligencia artificial. Y tras probar el controvertido GPT-5, cuesta no pensar que esa predicción podría cumplirse mucho antes de lo que creemos, quizá incluso antes de 2028.

La figura del emprendedor está mutando. Se acabaron las oficinas llenas, los equipos de decenas de personas y las rondas de financiación de cifras mareantes. La próxima gran empresa no nacerá en Silicon Valley, sino en la habitación de alguien con disciplina, visión y acceso a la nueva infraestructura digital: IA agencial, herramientas sin código y una red global que amplifica cada idea en tiempo real.

La próxima empresa de mil millones nacerá en un portátil: la revolución del emprendimiento en solitario

Cinco fuerzas impulsan este cambio. La primera, los agentes de IA, programas autónomos capaces de investigar, crear, vender y atender clientes sin descanso ni supervisión humana. La segunda, la fusión entre herramientas sin código y la orquestación de API, que permiten montar negocios completos en días, no en meses. La tercera, el poder de las plataformas como YouTube, X o LinkedIn, que ya no son simples redes sociales, sino sistemas de distribución global de conocimiento y atención.

La cuarta, la micromonetización automática, basada en servicios impulsados por IA que escalan sin costes laborales. Y la quinta, el abaratamiento del "costo de la inteligencia": pensar, crear y ejecutar se está volviendo tan barato como almacenar datos en la nube.

Las empresas del futuro nacerán más fácil gracias a la IA

Altman no es el único que lo ve venir. Dario Amodei, de Anthropic, cree que este tipo de empresas podrían surgir incluso antes, en 2026. Los datos de Carta apuntan en la misma dirección: uno de cada tres nuevos fundadores trabaja solo, el doble que hace una década.

El recorrido de estos nuevos emprendedores parece escrito: primero una comunidad, luego un producto de IA, después una plataforma y finalmente un ecosistema. Todo sin oficinas, sin jerarquías y con una velocidad que los gigantes tradicionales no pueden igualar.

La clave no estará en el código, sino en la visión. La IA elimina lo mecánico, pero no sustituye la creatividad ni el instinto. La primera empresa unipersonal de mil millones de dólares no será un accidente: será la consecuencia inevitable de un mundo donde la inteligencia, literalmente, cuesta centavos. Y el fundador que se atreva a presionar "lanzar" antes que nadie será quien marque la nueva era del emprendimiento en solitario.