Hollywood vive días convulsos después de que Disney, a través de su cadena ABC, cancelara de forma indefinida el programa Jimmy Kimmel Live! tras un polémico chiste del presentador sobre Donald Trump y en el marco del reciente asesinato del activista conservador Charlie Kirk. La decisión, tomada bajo la presión de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), ha encendido un debate sobre la libertad de expresión en Estados Unidos y ha generado una ola de reacciones en la industria. Entre ellas, la de Pedro Pascal, una de las estrellas más influyentes del actual Hollywood, que no ha dudado en posicionarse públicamente.
El actor chileno-estadounidense, que se ha convertido en pieza fundamental en dos franquicias de Disney —Star Wars y el Universo Cinematográfico de Marvel—, utilizó Instagram para mostrar su apoyo al presentador. “Estoy contigo, Jimmy Kimmel. Defendamos la libertad de expresión y la democracia”, escribió junto a una fotografía en la que aparece junto al cómico. Aunque su gesto podría considerarse simbólico, el peso mediático de Pascal, que regresa este año a The Mandalorian y Grogu y ha debutado recientemente como Reed Richards en Los 4 Fantásticos: Primeros pasos, convierte sus palabras en un mensaje con consecuencias potenciales para el estudio.
Hollywood reacciona contra Disney
La postura de Pascal no es un caso aislado. Otros nombres relevantes de la industria han alzado la voz contra la decisión de Disney, como Damon Lindelof, creador de Perdidos, que aseguró que no volverá a trabajar con la compañía mientras no rectifique, o Dan Gilroy, guionista de Andor, que calificó la cancelación como fruto de un “mal venenoso” en la política estadounidense. Incluso Michael Eisner, antiguo CEO de Disney, criticó duramente la gestión de la compañía, acusándola de ceder ante presiones externas y de mostrar una “falta de liderazgo” alarmante.
La polémica ha colocado a Disney en el centro de un fuego cruzado político y mediático. Mientras parte de Hollywood reprocha a la compañía haber sacrificado un espacio crítico con la política conservadora estadounidense, el entorno de Trump celebra la cancelación como una victoria simbólica contra los late night shows que han sido tradicionalmente hostiles con el expresidente. La tensión política se cuela, así, de lleno en la industria del entretenimiento, que desde hace años se mueve en un delicado equilibrio entre intereses corporativos, presiones gubernamentales y la fidelidad de su audiencia.
Pedro Pascal y el impacto en Disney
El movimiento de Pascal plantea un escenario interesante: ¿dará el actor un paso más allá? ¿Convertirá su gesto en una acción concreta, como boicotear la promoción de sus próximos proyectos? Su rol como Din Djarin en The Mandalorian y su entrada estelar en el MCU con Avengers: Doomsday lo sitúan como una figura clave cuya decisión podría tener impacto no solo mediático, sino también económico. Para Disney, mantener a Pascal alineado con sus proyectos resulta esencial en un momento de tensión interna y escrutinio público.
Lo que está claro es que el caso Kimmel ha destapado un debate mayor sobre la libertad de expresión en el corazón de la industria audiovisual.
