El fenómeno coreano El juego del calamar ha vuelto a sacudir el tablero del streaming. Su tercera y última temporada ha batido un nuevo récord para Netflix al alcanzar los 60,1 millones de visualizaciones en solo tres días desde su estreno el pasado viernes, según los datos oficiales de la lista semanal Top 10 de la plataforma. Es el mejor arranque jamás registrado por una serie no inglesa en ese período tan corto de tiempo.
Uno de los mayores estrenos de la plataforma
Esta cifra fulgurante convierte a la temporada final en la novena serie de habla no inglesa más vista en la historia de Netflix, superando en su primer fin de semana a títulos tan potentes como La Casa de Papel o Yo soy Georgina. Aunque no supera los 68 millones de visionados que obtuvo la temporada 2 en sus primeros cuatro días (estrenada en jueves, lo que le dio ventaja estadística), sí lo hace con menos tiempo en cartelera y confirma el magnetismo sostenido de la franquicia.
La trama de esta última entrega, protagonizada de nuevo por Lee Jung-jae en el papel de Gi-hun, sigue explorando la distopía de las competiciones mortales, pero da un giro radical al enfocarse en el intento del protagonista por desmantelar los juegos desde dentro y demostrar la dignidad humana ante el enigmático Front Man, interpretado por Lee Byung-hun. La tensión, la crítica social y el espectáculo visual se combinan en una temporada que ya ha dividido a la crítica… pero ha capturado masivamente a la audiencia.
La estrategia de publicación también ha influido en la percepción de éxito. Mientras la temporada anterior se benefició de un fin de semana extendido y las vacaciones navideñas, esta nueva entrega ha logrado su impacto con solo tres días disponibles en la ventana de medición (viernes a domingo). Esto sugiere que su crecimiento podría incluso superar a su predecesora en las próximas semanas.
Con su incorporación fulgurante al top histórico de Netflix y el interés global desatado en redes, El juego del calamar no solo cierra un ciclo televisivo sin precedentes, sino que sella el legado de una serie que ha redefinido los límites del drama coreano en el panorama internacional.
