La actriz Millie Bobby Brown no suelta el pulso del género que la convirtió en fenómeno global. Con Stranger Things entrando en su recta final, la actriz británica prepara Prism, una serie sobrenatural en desarrollo para Netflix en la que protagonizará y ejercerá de productora ejecutiva. La noticia —avanzada por Deadline y replicada por cabeceras de industria— coloca a Brown en un terreno que le es familiar, pero con un giro: aquí no mueve objetos con la mente; habla con apariciones. El proyecto nace con vocación de “prestigio fantástico” en la plataforma, pensado para coger el relevo emocional de Hawkins y, a la vez, diferenciarse con un misterio original respaldado por un equipo con pedigrí televisivo.
La premisa de Prism adapta el relato homónimo de Nick Shafir publicado en Assemble Artifacts: un fenómeno recién descubierto provoca que fantasmas (“visitantes”) se manifiesten en todo el mundo, y una mujer con la singular capacidad de comunicarse con ellos —Cassie, a quien encarnará Brown— debe averiguar qué los está llamando antes de que sea demasiado tarde. La base literaria, escueta pero muy visual, ya dejaba entrever un tablero de ciencia ficción blanda con reglas claras y alto potencial serial: cada aparición puede ser una pista, y cada pista, una puerta a historias íntimas y consecuencias globales.
Equipo y producción en marcha
El paquete creativo suma nombres que invitan a tomarse el proyecto en serio. Etan Frankel (Shameless) ejercerá de showrunner, y Rachel Brosnahan —la Lois Lane del Superman de James Gunn— figura también como productora ejecutiva a través de su sello Scrap Paper Pictures. A nivel industrial, varias publicaciones señalan además la implicación de AGBO (Joe y Anthony Russo), con quienes Brown ya colaboró en The Electric State, una continuidad de relaciones que suele pesar cuando Netflix prioriza qué entra en sala de máquinas y con qué músculo presupuestario. De momento, la plataforma no ha anunciado calendario: es un desarrollo activo, no un encargo con rodaje fechado.
Más allá del “gancho Brown”, Prism encaja con una tendencia reciente en la ficción de gran público: fantasmagorías con armazón procedural y subtexto contemporáneo. El diseño del “caso de la semana” —una aparición, una emoción no resuelta, una pieza del rompecabezas global— permite sostener ritmos de plataforma sin diluir la macrotrama. Si el guion respira la atmósfera del cuento (sobrenatural sí, pero más investigación que susto), Netflix podría cubrir el hueco que dejan sus sagas fantásticas de ciclo largo con un título nuevo que combine alto concepto y empatía, dos ingredientes que el algoritmo recompensa cuando están bien calibrados.
Un papel para la madurez
Para Brown, Cassie también supone una oportunidad de modular registro. Tras la épica coral de Stranger Things y el carisma detective de Enola Holmes, este papel promete un protagonismo más intimista, apoyado en la escucha y en la gestión del duelo ajeno, con la tensión de un misterio planetario corriendo por debajo. Ese anclaje emocional —comunicar con lo que ya no está— puede darle a Prism una textura distinta dentro del catálogo de la actriz y, de paso, abrirle una vía hacia la madurez interpretativa que ahora buscan todas las estrellas que crecieron en franquicias.
Conviene, eso sí, separar el ruido del hecho: no hay luz verde oficial ni fechas; hablamos de un proyecto en desarrollo con talento, IP clara y encaje estratégico. Precisamente por eso merece seguimiento: el material de origen existe y es accesible, la sinopsis editorial dibuja un mapa nítido del tono, y los movimientos de producción (showrunner, EPs, posibles socios) ya están circulando en la prensa especializada.
