Tras décadas de acrobacias imposibles, caídas espectaculares y escenas que quitan el aliento, los profesionales del riesgo en el cine han conseguido lo que durante años parecía inalcanzable: un lugar propio en los Óscar. La Academia de Hollywood ha confirmado la creación de una nueva categoría para premiar el mejor diseño de especialistas, y lo hará coincidir con la edición centenaria de los premios, en 2028.
Un gesto que no solo reconoce una labor esencial en la industria, sino que repara una deuda histórica con quienes arriesgan el cuerpo por el espectáculo. Bill Kramer, CEO de la Academia, y Janet Yang, su presidenta, destacaron en un comunicado la importancia de esta decisión. “Desde los inicios del cine, el diseño de acrobacias ha sido una parte integral de la realización cinematográfica.
Los especialistas de cine, por fin con su Óscar
Estamos orgullosos de rendir homenaje al trabajo innovador de estos artistas técnicos y creativos”, afirmaron, en lo que supone un reconocimiento explícito al valor narrativo y visual que aportan los equipos de especialistas a las grandes producciones.
Uno de los artífices de esta revolución ha sido David Leitch, director de Bullet Train y antes doble de acción y coordinador de especialistas. Junto a Chris O’Hara, Leitch ha liderado durante años una campaña sostenida para lograr este reconocimiento. “Este ha sido un largo viaje para muchos de nosotros”, dijo emocionado. “Subidos a los hombros de los profesionales de las escenas de riesgo que han luchado incansablemente por su reconocimiento durante décadas”. Su esfuerzo, compartido por figuras clave del género como Chad Stahelski (John Wick), ha terminado por cambiar las reglas del juego.
Un reconocimiento colectivo tras décadas en la sombra
Y es que el nuevo premio no será individual, sino que reconocerá el trabajo colectivo del diseño de especialistas, una de las áreas más colaborativas de toda la producción cinematográfica. Stahelski lo explicaba así: “La decisión de premiar al equipo y no a un artista individual es clave. El trabajo de especialistas es técnico, coreografiado al milímetro y absolutamente interdependiente”. Se trata, en definitiva, de valorar la maquinaria humana que convierte la acción en arte.
Con esta decisión, la Academia no solo da un paso hacia la inclusión de disciplinas tradicionalmente ignoradas en los premios principales, sino que también prepara el terreno para que los Óscar del centenario sean más representativos de todas las formas de talento que construyen una película.















