Después de seis temporadas, El cuento de la criada ha llegado a su fin. La serie, que comenzó como una adaptación relativamente fiel de la novela homónima de Margaret Atwood, ha terminado tomando sus propias decisiones narrativas. Y aunque el desenlace de la historia de June Osborne no coincide con el final literario, Elisabeth Moss —protagonista y productora ejecutiva— lo considera “perfecto”.
Un cierre circular con carga simbólica
En el último episodio, emitido por Max, June regresa a la que fue la casa de los Waterford, el lugar donde comenzó su pesadilla en Gilead. Allí, sola, inicia una grabación. No es una confesión, ni una súplica: es el comienzo de su testimonio. La escena sirve como metáfora del poder de la narrativa, y como puente hacia Los testamentos, la secuela que Hulu ya está desarrollando con parte del elenco original.
“Volvemos a donde todo empezó, a la primera escena”, explica Moss en una entrevista con Vanity Fair. “Empieza a grabar ese libro. La serie empezó con un libro y termina con otro. Es la única forma en la que podía terminar. Margaret [Atwood] tiene una cita preciosa: ‘Una palabra tras otra, tras otra, es poder’. Y creo que ahí termina June: reclamando su historia como forma de resistencia”.
Diferencias con la novela original
Mientras que la novela de 1985 concluía de forma ambigua —con June siendo llevada fuera de su casa sin que sepamos si es una liberación o un castigo—, la serie opta por un cierre más introspectivo y afirmativo. No hay redención completa, pero sí un gesto de agencia: June toma el control de su relato. En lugar de convertirse en una nota a pie de página de la historia de Gilead, se convierte en narradora.
El cambio no es trivial. Si en la novela original June era un personaje pasivo ante los acontecimientos que la rodeaban, la adaptación de Bruce Miller ha reforzado su autonomía, mostrando a una mujer capaz de organizar resistencias, enfrentarse al sistema y tomar decisiones que afectan al destino de otros personajes clave.
Habrá spinoff
Aunque El cuento de la criada ha cerrado su ciclo, el universo de Gilead no desaparece. Hulu ya ha confirmado que Los testamentos —adaptación de la novela publicada por Atwood en 2019— contará con algunos regresos importantes, entre ellos el de la tía Lydia (Ann Dowd), cuya complejidad moral promete seguir siendo un eje central.
June, por su parte, no ha sido confirmada oficialmente como parte del nuevo reparto, aunque su legado narrativo se mantendrá vivo. El mensaje que graba al final del episodio está dirigido a Hannah, su hija, y deja claro que su lucha no ha sido en vano.
El enfoque elegido para cerrar la serie se alinea con los principios que han guiado a la producción desde el principio: visibilizar la opresión, pero también celebrar la resistencia. Que la historia de June termine con un gesto narrativo —escribiendo o grabando— no solo es una decisión simbólica, sino también política: en un mundo donde la censura, la violencia y el autoritarismo silencian tantas voces, contar la historia sigue siendo un acto de poder.
