La ciencia ficción televisiva suele asociarse a grandes nombres delante de la cámara, pero Invasion, la serie de Apple TV+ que acaba de estrenar su tercera temporada, ha demostrado que no siempre se necesita un reparto plagado de estrellas para conquistar al público. Con un elenco encabezado por intérpretes menos conocidos internacionalmente, la producción ha escalado hasta el número dos en el ranking global de la plataforma, solo por detrás de Foundation, que cuenta con figuras consolidadas como Lee Pace o Jared Harris. El dato resulta aún más llamativo al superar en visionados a El gran guerrero, la epopeya histórica de Jason Momoa.
El peso del equipo creativo
Lo que Invasion no exhibe en nombres de impacto mediático, lo compensa con un equipo creativo de peso. La serie está desarrollada por Simon Kinberg, guionista de éxitos como The Martian y X-Men: Days of Future Past. Su aproximación al relato no se centra en las naves ni en las batallas, sino en la perspectiva íntima de cinco personas comunes que enfrentan, desde lugares distintos del planeta, las consecuencias de un ataque alienígena. Esa elección narrativa, criticada por lenta y dispersa en su primera temporada, encontró redención en la segunda, cuando la invasión extraterrestre se convirtió en el centro de la trama y permitió dar un giro que convenció a espectadores y analistas.
La tercera temporada ha logrado consolidar esa remontada. Estrenada el pasado mes, la historia avanza dos años en el tiempo y apuesta por decisiones arriesgadas, como la eliminación de un personaje principal, que obliga a redibujar el mapa emocional de la serie. Al mismo tiempo, refuerza el protagonismo de Trevante (Shamir Anderson) y Jamila (India Brown), cuyas interpretaciones están siendo consideradas las más potentes de la serie hasta ahora. La tensión dramática se combina con un recurso narrativo que fascina a los fans: la posibilidad de que los humanos puedan acceder —o quedar atrapados— en la mente colectiva de los invasores.
Clásicos de la ciencia ficción con un giro humano
Ese giro conecta con una tradición muy reconocible dentro de la ciencia ficción: explorar la pérdida de identidad cuando el individuo se diluye en una conciencia superior. Lo interesante de Invasion es que utiliza este tropo clásico para hablar de emociones humanas reconocibles —el miedo, la empatía, la esperanza— más que de espectáculos visuales. El resultado es un relato que, aunque más pausado que otras producciones del género, consigue mantenerse en la conversación porque plantea preguntas universales: ¿qué ocurre con la vida cotidiana cuando la supervivencia de la especie se pone en juego?
La trayectoria de la serie también muestra cómo las plataformas de streaming pueden permitir a un proyecto encontrar su ritmo con el paso de las temporadas. Tras un arranque tibio, Invasion ha logrado consolidar un núcleo de seguidores fieles y una recepción crítica más cálida. La apuesta de Apple TV+ por darle continuidad parece haber valido la pena, no solo por el tirón en cifras, sino también porque coloca a la plataforma como un competidor serio en el terreno de la ciencia ficción televisiva, junto a pesos pesados como Foundation o las franquicias de Star Wars en Disney+.
