Warner y DC quieren volver a sacar brillo a un icono antisistema. Según adelantó Variety, V de Vendetta tendrá nueva adaptación en formato serie para HBO Max, con James Gunn y Peter Safran como productores ejecutivos y guion de Pete Jackson (no confundir con Peter Jackson).
El proyecto nacería fuera de la continuidad principal del nuevo DCU y apuntaría a estrenarse bajo el sello “Elseworlds”, la etiqueta que DC reserva para historias alternativas como The Batman o Joker. No hay anuncio oficial del estudio aún, pero el movimiento encaja con la estrategia de DC Studios de combinar su universo central con títulos autocontenidos de alto reconocimiento.
La maniobra no es caprichosa: la novela gráfica de Alan Moore y David Lloyd sigue siendo un termómetro cultural sobre autoritarismo, propaganda y resistencia. Su precedente en cine, la película de 2005 dirigida por James McTeigue con guion de las hermanas Wachowski, consolidó la máscara de Guy Fawkes como símbolo global de protesta. En televisión, ya hubo un intento de adaptación en Reino Unido (Channel 4) que no prosperó en 2017, una prueba de que trasladar la densidad política y el lirismo violento del cómic exige un marco industrial con músculo y, a la vez, margen creativo.
Un Elseworld con margen creativo
Que el proyecto se plantee como “Elseworlds” tiene lógica editorial y comercial. Desde que James Gunn y Peter Safran redibujaron el mapa de DC, el estudio convive con dos ritmos: el universo cohesionado (capítulos, líneas narrativas cruzadas) y los títulos premium desligados de esa continuidad. El propio Gunn ha explicado que ese carril alternativo permite variaciones de identidad visual y tono —como ocurre con The Batman— sin romper la marca paraguas del estudio. Para V de Vendetta, ese espacio creativo es casi una condición de posibilidad: admitir ambigüedad moral, dureza alegórica y una puesta en escena que no tema parecer incómoda en prime time.
En el plano industrial, la serie llegaría en un contexto de plataformas más prudentes pero necesitadas de IPs con prestigio. HBO Max (Max) ya ha demostrado con The Last of Us o House of the Dragon que puede convertir un universo conocido en fenómeno sostenido; V aporta además un capital simbólico que conversa con el presente: vigilancia masiva, manipulación mediática y “orden” como coartada política. El éxito dependerá de dos decisiones: si se aproxima más al cómic (más nihilista, más británico) o al filme (más melodrama de resistencia), y si se atreve a actualizar Norsefire sin caer en el panfleto.
Calendario, tono y autoría
También hay una cuestión autoral delicada: Alan Moore reniega de las adaptaciones de su obra y suele retirar su nombre de los créditos. Eso obliga a la producción a sostenerse en una lectura fiel del espíritu —la dialéctica entre terror de Estado y anarquía— y a la vez proponer algo nuevo. Chris Columbus y Steven Spielberg no están ligados a este proyecto (sí lo están al recién anunciado Gremlins 3, en cine), pero el hecho de que DC escale perfiles ejecutivos curtidos en franquicias indica que no se trata de un “one-off” menor, sino de una pieza con vocación de conversación pública y recorrido internacional.
Si se confirma, el desarrollo debería sincronizarse con el calendario del nuevo DCU (2026–2027) y con la parrilla de Max. El formato serial da ventaja a V de Vendetta: permite respirar su estructura de cuenta atrás —un año hasta el 5 de noviembre—, construir la maquinaria propagandística de Norsefire y dar a Evey un arco menos precipitado que en cine. Si Max acierta con el anclaje contemporáneo (medios, big data, pánico moral) y preserva la estética sombría y teatral del mito, puede tener no sólo una serie-evento, sino la V para una nueva generación.
