Contra todo pronóstico, El refugio atómico ha pasado de ser uno de los estrenos más discretos del verano a convertirse en un fenómeno mundial. La serie, producida por Vancouver Media, el estudio responsable de La casa de papel y Berlín, acaba de escalar al primer puesto global de Netflix tras registrar 10,3 millones de visualizaciones en la última semana de septiembre. El dato triplica sus números iniciales y supone una remontada que pocos hubieran anticipado tras un arranque titubeante.
Cuando se estrenó a finales de agosto, los análisis apuntaban a que el thriller de supervivencia podía quedarse en una anécdota dentro del catálogo de la plataforma. La crítica señalaba que, aunque tenía un punto de partida potente, el ritmo irregular y la falta de personajes icónicos le impedían repetir la fórmula de éxito de sus predecesoras. Sin embargo, el boca a boca internacional y el buen rendimiento en mercados europeos y latinoamericanos han impulsado su ascenso hasta lo más alto del ranking global.
De discreta promesa a éxito inesperado
El giro en su trayectoria ha abierto la puerta a una segunda temporada que, hasta hace pocas semanas, parecía improbable. Los creadores de la serie ya habían deslizado que tenían preparada una continuación “más hardcore y mezquina”, según declararon en Espinof, pero el futuro dependía de que la audiencia respondiera. Ahora, con la remontada consolidada y los decorados aún disponibles, Netflix se encuentra ante el escenario ideal para dar luz verde a una nueva tanda de episodios.
La comparación con La casa de papel o incluso Berlín es inevitable. Ambas nacieron bajo la sombra de la duda y acabaron convertidas en marcas internacionales de primer orden. Aunque El refugio atómico todavía está lejos de alcanzar esos niveles, su reciente éxito demuestra que las series de Vancouver Media tienen una capacidad singular para conectar con audiencias globales, incluso después de un arranque flojo.
El sello Vancouver Media y el efecto arrastre
Netflix, por su parte, se juega mucho más que una renovación. La plataforma atraviesa un momento delicado, con la presión de Disney+, Prime Video y HBO Max disputándole suscriptores en todo el mundo. Apostar por un producto que ya ha demostrado resiliencia y que viene con el sello de los creadores de uno de sus mayores éxitos históricos podría ser una decisión estratégica tanto para reforzar su catálogo europeo como para mantener la fidelidad de los usuarios.
