No tuvo el mejor estreno a nivel de crítica y en los últimos episodios del Vol 2, se ha confirmado. El episodio 7 de la quinta temporada de Stranger Things ha marcado un punto de inflexión inesperado -y poco halagador- en la trayectoria de una de las series más emblemáticas de Netflix. Según las valoraciones de IMDb con un 5,9, este capítulo se ha convertido en el peor puntuado de toda la historia de la ficción creada por los hermanos Duffer, un dato que, más allá del titular llamativo, invita a una reflexión más profunda sobre el desgaste creativo de un fenómeno que parecía incombustible.
Batacazo histórico en Stranger Things: el episodio 7 de la temporada 5 firma la peor nota de toda la serie
Durante años, Stranger Things fue sinónimo de equilibrio entre nostalgia ochentera, desarrollo de personajes y un sentido del espectáculo cuidadosamente dosificado. Era la serie insignia de Netflix. Pero, como hemos visto en el séptimo capítulo de la quinta temporada, la temporada final ha evidenciado algunos de los vicios que suelen acompañar a las grandes producciones prolongadas en el tiempo: episodios sobredimensionados, diálogos reiterativos y una estructura narrativa que gira sobre sí misma sin avanzar con la contundencia prometida.
El capítulo 7, como hemos estado hablando en Vandal -y como se puede ver en redes sociales- concentra buena parte de estas críticas, convirtiéndose en el catalizador del descontento de una parte significativa del público. Las valoraciones negativas no se explican únicamente por una escena concreta -como la de la revelación de su orientación sexual- o una decisión de guion polémica -también existentes-, sino por una sensación generalizada de agotamiento.
Muchos espectadores han señalado que los personajes "hablan igual", que los conflictos se alargan artificialmente y que la serie parece más preocupada por subrayar su propia épica que por cerrar sus tramas con verdadera precisión dramática. Este tropiezo no invalida el impacto cultural de Stranger Things, ni borra sus logros pasados, pero sí rompe el aura de intocabilidad que la serie había mantenido durante casi una década.
Para Netflix, el dato es una señal de alerta clara: incluso los mayores éxitos pueden perder el favor del público si la ambición no va acompañada de una narrativa contenida y honesta. Es el claro síntoma de que incluso los fenómenos globales también pueden llegar exhaustos a la línea de meta.