La capacidad de atención del público se ha reducido a niveles que antes parecían impensables. Y en ese terreno, un formato como el de los microdramas estaba destinado a brillar: episodios ultracortos, giros constantes y suspense comprimido en píldoras que enganchan al instante.
Tras arrasar en Asia, ahora estas miniseries diminutas pisan fuerte en Estados Unidos y Europa, dispuestas a transformar para siempre las duraciones tradicionales de las ficciones en streaming. La gran pregunta es, ¿están Netflix o Prime Video y las grandes plataformas en peligro?
China acapara el 83% de los ingresos de microdramas: un mercado de 11.000 millones de dólares en el que Occidente y el streaming tradicional va por detrás
Se trata de series pensadas para consumo rápido en móviles, donde cada episodio dura entre 60 y 90 segundos, aunque algunos se extienden hasta diez minutos. Una temporada puede sumar entre 20 y 100 capítulos, con una duración total similar a la de un largometraje convencional. Filmadas en vertical, estas producciones usan ganchos potentes desde los primeros segundos, conflictos que se desarrollan a toda velocidad y cliffhangers diseñados para que el espectador pase inmediatamente al siguiente capítulo.
La creación es ultrarrápida y económica: temporadas completas se graban en menos de dos semanas, lo que permite una avalancha de títulos. Los microdramas heredan el ADN de las telenovelas: romances secretos con multimillonarios, venganzas, matrimonios por conveniencia o incursiones en el romantasy con vampiros y hombres lobo. Todo está condensado para ofrecer recompensas emocionales frecuentes sin grandes gastos en decorados, música o edición.
China es la cuna de este fenómeno, donde se conocen como wei duan ju o duanju. Impulsados por la masiva penetración de smartphones y plataformas de vídeo corto como Douyin y Kuaishou, especialmente durante la pandemia, se adaptan perfectamente a los hábitos de consumo de millennials y generación Z: contenidos verticales, breves y pensados para redes sociales.
YouTube lidera con un 44% del consumo global, seguido de TikTok e Instagram, que actúan como escaparate de teasers que llevan a aplicaciones de pago como DramaBox, ReelShort o CandyJarTV. Estados Unidos prepara su salto definitivo: Alan Mruvka lanzará Verza TV a mediados de noviembre de 2025, con un modelo freemium: cinco episodios gratuitos y 4,99 dólares para continuar. El catálogo mezclará microdramas, realities y contenidos inspirados en TikTok, siguiendo la fórmula que arrasa en Asia.
Se espera que el mercado global alcance 11.000 millones de dólares en 2025, casi el doble que los canales FAST, con China acaparando un 83% de los ingresos. Una industria ágil, rentable y lista para conquistar al público que quiere emociones rápidas, intensas y sin pausas.















