Emprender lejos de casa no es solo abrir una empresa, sino aprender a pensar con otro ritmo. En el extranjero, las reglas cambian: lo que antes era norma se vuelve excepción, y lo que parecía caótico empieza a tener sentido si se entiende la lógica local. Es algo que Adrián Díaz, empresario español afincado en China, ha aprendido tras años de experiencia en uno de los mercados más competitivos del planeta.
En una conversación con ConPdePodcast, explicó sin rodeos cómo funciona realmente la economía del gigante asiático, sus diferencias con Occidente y las contradicciones de emprender en un país donde lo visible y lo invisible coexisten en el mismo sistema.
El lado oculto de China: 3,6 billones de dólares en negro explicados por un empresario español
"Todo el mundo paga en negro", afirma Díaz, sin un ápice de exageración. Lo cierto es que los datos lo respaldan: distintos estudios estiman que entre el 12% y el 20% del PIB chino circula fuera del control oficial, lo que supone entre 2,2 y 3,6 billones de dólares en actividad no declarada. Una magnitud que, por sí sola, sería comparable a toda la economía de países como Francia o Reino Unido.
"La gente que cree que los chinos cobran poco solo está mirando lo declarado, no lo que realmente ganan", explica. Esa economía sumergida, lejos de ser un secreto, forma parte del propio equilibrio interno del país. "El Gobierno chino lo sabe perfectamente, pero da manga ancha porque de lo contrario se cargarían sectores enteros", añade. Pone un ejemplo muy gráfico.
"Si hay un mercadillo de 5.000 puestos y ninguno paga impuestos, ¿le interesa al Estado cerrarlo y dejar a todos sin ingresos? Si fueran eliminando sector a sector, dejarían China vacía", indica el empresario. Sin embargo, Díaz también percibe un cambio progresivo. "Han conseguido que el propio trabajador pida regularizar su situación. Lo hacen a base de incentivos: facilidades, mejores condiciones, pequeñas recompensas. El blanqueamiento de la economía no viene por imposición, sino por atracción", concluye.
