Mel Gibson fue uno de los actores más queridos y uno de los directores más considerados de la historia reciente del séptimo arte. Antes de caer en desgracia por sus comentarios antisemitas y sus actitudes fuera y dentro de los platós de Hollywood, en 2004, La pasión de Cristo lo cambió todo. Su film sobre la vida y la caída del Mesías del cristianismo reventó las taquillas de todo el planeta, y su truculento relato, convirtiéndose en un debate que llegó hasta el mismísimo Vaticano, que bendijo su versión. Desde entonces, Gibson únicamente ha dirigido Apocalypto y Hasta el último hombre, y su nombre está maldito. Sin embargo, desde hace varios años, ha querido hacer una secuela siguiendo con la resurrección. Ahora es Jim Caviezel el que confirma que esos planes siguen adelante, y que atentos, "será la película más grande la historia".
Jim Caviezel volverá a dar vida a Jesucristo
"Sí, está en proceso. Mel Gibson acaba de enviarme la tercera versión del guion, el tercer borrador. Está en marcha", matizaba el actor que ya interpretó a Jesucristo en una entrevista en Breitbart News. "Se llama La pasión de Cristo: Resurrección. Será la película más grande en la historia del mundo", relata muy motivado. La pasión de Cristo nos explicaba los últimos momentos de la vida de Jesus, narrándonos cómo era torturado y crucificado. Con un presupuesto de apenas 30 millones de dólares, el film fue un blockbuster sin precedentes al amasar más de 611 millones de dólares en todo el mundo. Caviezel siempre ha sonado como uno de los candidatos a dar vida de nuevo al personaje histórico, era lo lógico que volviese al papel, pero ahora parece confirmarse.
En la misma entrevista Caviezel afirma que Gibson está deseando volver a inaugurar una época en la que las grandes producciones religiosas e históricas en Hollywood, un género en el que hace tiempo que no se estrena nada del suficiente calibre. Además ha aprovechar para repasar su papel y su influencia a lo largo de los años, y cómo afectó a su carrera. "No tuve elección a la hora de interpretar el papel. Tuve que defenderlo. Tuve que luchar para sobrevivir a las críticas. La película estalló. Y creía que iba a ser el principio de una nueva era para mi. Pensaba, 'Oh, vas a trabajar mucho'", confesaba. "Y no, no, no lo hice. Ya no estaba en la lista de los estudios. Desaparecí. Es decir, yo solo tengo lo que hago como actor, esa es mi habilidad, y me la dio Dios. No me lo di a mí mismo", añade. "Pero bueno, cuando la rodé realmente sentí que la fe era mucho más grande que la industria y Hollywood, y más grande que el Partido Republicano o Demócrata o cualquiera de esos", concluía.
