Considerado uno de los maestros del terror, Tobe Hooper tenía algún que otro proyecto curioso en mente. El que fuera director de La Matanza de Texas o Poltergeist quería, sin ir más lejos, una versión terrorífica de Spider-Man en los ochenta.
Para ello, iba a contar con Tom Cruise en el papel protagonista. Tal y como informa Digital Spy, la productora Cannon Films consiguió los derechos para realizar una película de Spider-Man.
Se trató de un acuerdo de 5 años por el que pagaron 225.000 dólares.
Los responsables del estudio, Menahem Golan y Yoram Globus, querían ofrecer a los espectadores una historia... bastante diferente de lo que conocemos de Peter Parker y sus orígenes. El plan era que al más puro estilo de La Metamorfosis de Kafka, nuestro amigo y vecino se convirtiera en una especie de híbrido de 8 brazos, debido a la radiación de un tal Doctor Zork.
Si bien Hooper iba a sentarse en la silla del director, Leslie Stevens iba a ocuparse del guion. Stan Lee, por suerte, intercedió y les animó a descartar la idea. Sin embargo, eso no impidió que ya tuvieran un curioso reparto en mente: mientras que Tom Cruise tomaría el papel de Peter Parker, Bob Hoskins sería el Doctor Octopus. A su vez, el legendario Christopher Lee encarnaría a un científico y Lauren Bacall o Katharine Hepburn darían vida a la tía May. Además, Stan Lee también iba a participar como J. Jonah Jameson, el editor del Daily Bugle.
El proyecto, sin embargo, cayó en saco roto y, finalmente, fue James Cameron el que se ocupó de trabajar en su propia versión - con Leonardo DiCaprio - que nunca llegamos a ver en los cines. Más tarde, cuando Columbia se hizo con los derechos, disfrutamos de la versión de 2002 de Spider-Man.
