El Monte Everest no solo da miedo por el vértigo que puede causar entre los aventureros y turistas más valientes. También transmite verdadero terror debido a los extraños sonidos que emana cuando cae la noche. Es bien sabido, desde hace años, que por los alrededores de la montaña más alta del mundo se pueden escuchar una serie de ruidos muy profundos e inquietantes que dan pesadillas, de forma inevitable, a aquellos que lo visitan. Son unos sonidos fuertes, grandes y estruendosos. Parece como si se estuviera partiendo algo o como si una especie de monstruo estuviera comunicándose, como si el Cthulhu de H.P. Lovecraft se hubiera mudado a los cielos y estuviera manifestando su presencia. Un estudio de la Universidad de Hokkaido ha desvelado ahora la causa de por qué el Everest emite esos sonidos que a priori parecen hasta casi paranormales.
Todo se debe a las bajas temperaturas del Monte Everest: se resquebrajan los glaciales
Como os comentábamos, esos sonidos que aun atormentan la mente de quienes los han escuchado en plena noche son resultado de las bajas temperaturas a las que se encuentra la zona. Al ser la montaña más alta del mundo, el frío y el hielo están a la orden del día, y sus heladas briscas hacen que se resquebrajen los glaciales.
Las temperaturas pueden bajar hasta 15º centígrados cuando cae la noche, y eso provoca que el territorio se estremezca y dé la sensación de que hasta el monte se está comunicando con nosotros. El estudio en cuestión arrancó en 2018 de la mano de Podolskiy, unida al Centro de Investigación del Ártico en la Universidad de Hokkaido.
Para poder dar con una explicación sólida, el equipo de investigación pasó una semana en el Everest situó sensores (sismógrafos) en el hielo para medir las vibraciones que se transmitían desde el suelo. El estudio se quedó a 5000 metros de altura, más que bien teniendo en cuenta que no son escaladores profesionales. Posteriormente, una vez recogida la actividad sísmica, se contrastaron los datos con las bajas temperaturas y el viento que circula por el Everest. Como resultado, se afirmó que la caída de la temperatura, entre el día y la noche, unida a un clima un tanto agresivo, provocaba esos curiosos sonidos que puede dar la sensación de salir de una película de terror. El hielo se parte, y por ello se escuchan estos curiosos ruidos que hasta ahora eran un misterio.
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