Sean Penn es uno de los mejores y más reputados actores de Hollywood. De gran talento, el intérprete es uno de los que más demuestra su constante compromiso social y político en infinidad de temas, incluso jugándose el tipo rodando un documental sobre la invasión rusa en Ucrania. En 1996, obtuvo su primera nominación al Óscar gracias a su desgarradora actuación en Pena de muerte, dirigida por Tim Robbins. Aunque no logró llevarse la estatuilla —el premio ese año fue para Nicolas Cage por Leaving Las Vegas—, aquella nominación marcó el inicio de una relación intermitente con la Academia. Con cinco nominaciones y dos Premios Óscar en su posesión, ahora carga contra la Academia y expresa que su labor es limitante y que, en el fondo, están matando la creatividad.
Sean Penn arremete contra los Premios Óscar y los ataca sin piedad en unas polémicas declaraciones, indicando que son cobardes
A lo largo de su carrera, Penn ha acumulado más de cinco nominaciones al Óscar, ganándolo en dos ocasiones: en 2004 por su devastador papel en Mystic River bajo la dirección de Clint Eastwood, y en 2009 por su interpretación de Harvey Milk en Mi nombre es Harvey Milk, un biopic dirigido por Gus Van Sant que exploró la lucha por los derechos LGBTQ+ en Estados Unidos. Sin embargo, pese a estos triunfos, el actor parece haber desarrollado un desencanto profundo hacia los premios. Durante el reciente Festival de Cine de Marrakech, donde recibió un premio honorífico, Penn aprovechó la ocasión para expresar su opinión sobre el estado actual de los Óscar.
Segúnha recogido Variety, el actor fue contundente. "La Academia ha ejercido una cobardía realmente extraordinaria cuando se trata de formar parte del mundo más amplio de la expresión, y de hecho, han formado parte en gran medida de la limitación de la imaginación y de las diferentes expresiones culturales", indicaba Penn.
Sus palabras no pasaron desapercibidas en Hollywood, donde han generado cierto revuelo, ya que apuntan directamente a un tema recurrente en las críticas a los Óscar: la falta de diversidad en sus nominaciones y el creciente enfoque en convertir la ceremonia en un espectáculo televisivo por encima de su propósito original. Para Penn y ya entrando en un terreno más profundo, los premios han perdido su esencia, convirtiéndose en poco más que un show para la audiencia. "No me emociono mucho con los Premios de la Academia, excepto cuando hay una película como The Florida Project, I’m Still Here, o, ya sabéis, Emilia Pérez, entre las cosas que probablemente van a pasar este año", concluía.
El actor, que afirma que The Apprentice es una de sus favoritas personales, afirma que el arte debe valorarse por su capacidad de innovar y conmover, no por ajustarse a los estándares impuestos por instituciones tradicionales. "Es increíble el miedo que tiene este oficio de supuestos valientes de una película como esta. Una con unas actuaciones fantásticas, fantásticas. Es increíble que puedan tener tanto miedo como un congresista republicano pequeñito", concluía sobre la película. Penn, que nunca ha temido expresar su opinión, tanto dentro como fuera de los escenarios, no está dispuesto a ignorar una realidad: el cine está perdiendo su capacidad de sorprender.