No hay duda alguna: Glen Powell se ha consolidado como una de las estrellas más prometedoras y exitosas del panorama cinematográfico actual. Con 36 años, el actor norteamericano ha dejado atrás los días de papeles secundarios y audiciones interminables, brillando con luz propia en producciones que recuerdan al cine comercial más clásico. Para muchos, es el nuevo Tom Cruise. Y de hecho, el protagonista y productor de la saga Misión Imposible lo ha elegido como su pupilo y sucesor, aunque el intérprete tiene dudas. Ahora, en una interesante entrevista, Powell recuerda los malos momentos por los que pasó a nivel personal y profesional antes de dar el salto al estrellato en el Séptimo Arte.
Glen Powell, el protegido de Tom Cruise, se sincera sobre la época de su vida en la que no conseguía papeles: 'Fue duro y tenías que mentirte a ti mismo'
Para muchos, el punto de inflexión en la carrera de Powell fue su interpretación como el carismático Hangman en Top Gun: Maverick, un papel que lo catapultó al estrellato, evocando para muchos -y casi de forma inevitable- aquel salto a la fama de Brad Pitt en Thelma & Louise. Un papel pequeño que marcaría un futuro en solitario y por cuenta propia. Desde entonces, Powell ha sido una cara recurrente en títulos como Cualquiera menos tú, la comedia romántica de Sydney Sweeney y Sony, la exitosa Twisters (una secuela espiritual del clásico de desastres naturales) y el aclamado thriller Hit Man, que arrasó en Prime Video pese a pasar desapercibido en taquilla.
Pero llegar hasta ahí no ha sido fácil. En una entrevista con Vanity Fair, el actor se sincera y afirma que el camino no fue fácil. "De alguna manera tienes que mentirte a ti mismo, al menos un poco, y actuar como si este fuera el capítulo de la historia en el que las cosas simplemente no están saliendo bien", añade Powell, recordando sus años como un joven actor intentando abrirse paso en la industria. "He fracasado durante mucho más tiempo del que he tenido éxito, pero he tenido la oportunidad de ver a otras personas. Y me he dado cuenta de que la trampa está en tratar de encajar en un molde que en realidad es una mentira.
No obstante, el currículum de Powell antes de su gran salto está lleno de pequeños papeles que reflejan su perseverancia y versatilidad. Estaba ahí para todo y no le importaba hacer un papel u otro. Participó en episodios de series como Jack & Bobby, Into The West, CSI: Miami y NCIS, mostrando sus dotes interpretativas en el competitivo terreno de la televisión. También tuvo apariciones en películas como Spy Kids 3D: Game Over o Fast Food Nation, aunque lejos de los focos de los grandes estrenos. Todavía no había tenido la gran oportunidad. Hasta que llegó Christopher Nolan.
Muchos no lo recuerda, pero tuvo un pequeño papel en El caballero oscuro: La leyenda renace (2012), la épica conclusión de la trilogía de Christopher Nolan, en la que Powell interpretó a uno de los rehenes de Bane en la icónica escena del asalto a la bolsa. Powell sabe que su colaboración con Richard Linklater, uno de los directores más respetados de Hollywood, fue esencial. Su participación en Todos queremos algo (2016), la aclamada secuela espiritual de Dazed and Confused (1993), una oda a la juventud y los años universitarios, permitió a Powell mostrar su carisma y rango actoral, llamando la atención de críticos y productores. Y de aquel trabajo, se pavimentó su éxito hacia Top Gun: Maverick. Hit Man, citada mas arriba, demuestra que, más allá de su química con Adria Arjona, coprotagonista del filme, tiene carisma para parar un tren. Lo que está claro es que Glen Powell está trazando su propio camino en Hollywood.