Películas biográficas hay muchas, algunas póstumas como la de Amy Winehouse, Elvis Presley o Freddie Mercury y otras con los intérpretes aún vivos como la de Elton John. Robbie Williams ha decidido subirse a la corriente de estos últimos presentando una película que repasa la parte más polémica de su carrera y ha dejado atónitos tanto a los fans como al público en general. La razón no son los excesos mostrados en pantalla sino el actor protagonista que encarna al cantante, un simio hecho con CGI.
Better Man, dirigida por Michael Gracey, quien también estuvo detrás de El gran showman, promete un enfoque único al contar la vida del cantante. En lugar de optar por una representación tradicional, la decisión del animal por CGI ha sido calificada como audaz. Según explicó el director en Entertainment, busca reflejar cómo el propio Williams se percibe a sí mismo: un "mono" actuando para el entretenimiento de los demás. La película, que se estrenará en EE.UU. en enero de 2024, ha despertado curiosidad por esta inusual representación del artista.
La decisión vino por la autopercepción del propio Robbie Williams
La idea de transformar a Williams en un mono CGI fue sugerida por el propio director, inspirado por las conversaciones con el cantante, quien comparaba su vida en el escenario con la de un animal entrenado para entretener. El actor Jonno Davies se encargó de dar vida al mono a través de la captura de movimiento, mientras que Williams proporciona la voz del personaje.
Si bien este recurso narrativo ha sido elogiado por su creatividad, también ha generado divisiones entre los críticos, algunos de los cuales consideran que la representación distrae del resto de la película. No obstante, Better Man se ha ganado un 86% de aprobación en Rotten Tomatoes, lo que sugiere que el enfoque único de Gracey ha convencido a la crítica.
La película sigue el ascenso de Robbie Williams desde sus días en la boy band Take That hasta su turbulenta carrera en solitario, con todo el drama que ello implica: éxito, adicciones y problemas de autoestima. Las coreografías y los momentos musicales, con giros creativos en las canciones más emblemáticas del cantante, ofrecen un espectáculo visual que eleva la historia de su vida. Ashley Wallen, coreógrafo de El gran showman, trae su energía característica a las secuencias de baile, particularmente en los números inspirados en las boy bands de los años 90.iframe>
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