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El CEO de Amazon da por terminada la era del teletrabajo y obliga a sus empleados a regresar a la oficina

Amazon ha iniciado un camino sin retorno hacia un modelo 100% presencial.

El reciente anuncio de Andy Jassy, CEO de Amazon, sobre la eliminación definitiva del teletrabajo, y la exigencia de regreso completo a las oficinas para todos los empleados a partir de enero de 2025, ha causado una gran polémica entre los trabajadores de la compañía. Esta medida, que revierte gran parte de la flexibilidad laboral introducida durante la pandemia, ha provocado una oleada de protestas y ha sido vista por muchos como un retroceso en la modernización de la cultura laboral. En foros internos, numerosos empleados han expresado su decepción, destacando que la opción de trabajar de manera remota fue uno de los principales atractivos que los llevó a unirse a Amazon.

Razones económicas ocultas tras el regreso a la oficina

A pesar de que las justificaciones oficiales de Jassy se centran en la mejora de la colaboración y la preservación de la cultura empresarial, algunas voces, como la del exempleado John McBride, han ofrecido teorías alternativas sobre las verdaderas razones detrás de esta política. A través de la plataforma X (anteriormente Twitter), McBride sostiene que el objetivo principal de la empresa es reducir costes operativos, desde optimizar sus oficinas físicas, que han estado infrautilizadas desde 2020, hasta beneficiarse de incentivos fiscales. Según su teoría, la decisión de poner fin al teletrabajo responde más a presiones económicas que a la necesidad de mejorar la dinámica corporativa.

Estudios han demostrado que empresas que han forzado el regreso a la oficina han experimentado un aumento en las renuncias.

Una posible estrategia de reducción de plantilla encubierta

La hipótesis de McBride ha ganado fuerza entre otros empleados, quienes han compartido opiniones similares en canales internos como Slack. El exempleado sugiere que el endurecimiento de la política de regreso a la oficina es parte de un plan para reducir la plantilla sin recurrir a despidos directos. De acuerdo con McBride, este plan ya comenzó en 2023 con una serie de despidos masivos que afectaron a más de 27.000 trabajadores. Ahora, con la imposición del trabajo presencial, Amazon busca que aquellos empleados que no estén dispuestos a realizar largos traslados o a mudarse renuncien voluntariamente.

Imposiciones laborales y el "despido silencioso"

Desde que la empresa introdujo su política de dos o tres días de trabajo presencial en 2023, las renuncias comenzaron a aumentar. Sin embargo, la nueva normativa, que exige cinco días a la semana en la oficina, ha sido implementada de manera rígida, sin posibilidad de negociación. Según McBride, muchos empleados tendrán que trasladarse a oficinas que no están cerca de sus hogares, sino donde se encuentre su equipo, lo que podría significar mudanzas de cientos o miles de kilómetros. Este fue su propio caso, explicando que renunció tras ser solicitado para trasladarse de su oficina local a Seattle, a más de 2.000 kilómetros.

Una de las estrategias más criticadas, es el "despido silencioso". Este método consiste en ejercer presión sobre los empleados que no se adaptan a las nuevas condiciones, obligándolos a renunciar sin recurrir a despidos directos, lo que evitaría el pago de costosas indemnizaciones. Este enfoque ha sido observado en otras grandes empresas tecnológicas, y McBride asegura que Amazon lo está utilizando para reducir su plantilla sin necesidad de anunciar despidos masivos.

Impacto económico local y cultura corporativa en debate

Si bien algunos analistas creen que la medida de Amazon responde también a incentivos fiscales y a la intención de reactivar las economías locales que rodean sus oficinas, esta teoría es vista con escepticismo por empleados como McBride. En ciudades como Seattle, las autoridades locales han elogiado el regreso de los empleados a las oficinas, ya que esto beneficiaría a pequeños comercios y generaría empleo. Sin embargo, McBride insiste en que esto no representa un beneficio económico directo para Amazon, sino un alivio para las economías locales.

En cuanto a la cultura laboral, la imposición de la vuelta al trabajo presencial ha generado un debate sobre su impacto en la moral de los empleados. Aunque algunos argumentan que la presencialidad fomenta la colaboración y creatividad, otros consideran que la medida es excesivamente estricta y perjudica el bienestar de los trabajadores. Estudios recientes han demostrado que empresas que han forzado el regreso a la oficina han experimentado un aumento en las renuncias, lo que podría convertirse en un problema a largo plazo para Amazon, especialmente en un mercado donde la flexibilidad laboral se valora cada vez más.