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Por qué abrochar los cinturones traseros aunque no haya pasajeros podría salvarte la vida y la DGT lo recomienda

¿Sin pasajeros atrás en un viaje largo? Aún así, la DGT recomienda abrochar esos cinturones por un motivo crucial que puede salvarnos la vida en caso de accidente.

La Dirección General de Tráfico lleva estableciendo nuevos métodos de seguridad para la circulación de los vehículos y transportes en España. Hace unas semanas, os hablábamos de los patinetes eléctricos y del especial cuidado que puede haber con los SMS falsos. Mientras trabajan por revisar los vehículos en las mismas carreteras de nuestro país y alertan de comportamientos muy básicos que seguimos haciendo sin mirar, lo cierto es que la seguridad pasiva es crucial para protegerte cuando menos lo esperas, y atar el equipaje es una de esas medidas esenciales en estos días tan movidos y con tanto tránsito en nuestras carreteras.

Por qué abrochar los cinturones traseros aunque no haya pasajeros podría salvarte la vida y la DGT lo recomienda para evitar accidentes

Mientras se aboga por eliminar errores comunes en las carreteras, lo cierto es que la DGT recuerda que es vital asegurar la compra dentro del vehículo para evitar cualquier problema o incluso una multa. Pero al mismo tiempo hay otra recomendación que puede hacer una gran diferencia en caso de accidente: abrochar los cinturones traseros, incluso si no hay pasajeros. Aunque parezca una cuestión baladí, este sencillo gesto tiene un propósito importante, especialmente para evitar que cualquier equipaje en el maletero se desplace hacia el interior del vehículo en caso de colisión, lo que podría causar daños graves al conductor, al copiloto o a otros pasajeros.

Los expertos en seguridad advierten sobre un fenómeno conocido como el 'efecto elefante'. Este término describe lo que ocurre en un accidente cuando los objetos o personas dentro del vehículo se desplazan violentamente hacia adelante.

Este movimiento repentino hace que los objetos se desplacen con una fuerza que multiplica su peso original, convirtiendo cualquier cosa en un peligro potencial. Por ejemplo, en un choque a 60 km/h, una persona de 75 kilos podría golpear a otra con una fuerza equivalente a 4,2 toneladas.

El temido efecto elefante puede reducirse o eliminarse por completo con un sencillo gesto

Este impacto devastador puede ser evitado o, al menos, mitigado, si los cinturones traseros están abrochados, ya que ayudan a evitar que el equipaje o cualquier otro objeto en el maletero se convierta en un proyectil dentro del habitáculo. Es decir, abrochar los cinturones traseros, aunque no haya pasajeros, es una medida sencilla y efectiva para reducir el riesgo de lesiones graves en caso de accidente. Este simple acto puede marcar la diferencia entre un susto y una tragedia, ya que asegura que todo en el vehículo esté adecuadamente sujeto y que el efecto elefante no tenga consecuencias fatales. En otras palabras: el temido efecto elefante puede reducirse o eliminarse por completo con un sencillo gesto que deberíamos incluir en nuestra rutina cuando nos montamos en el coche cargados de peso en el maletero.