Ben Affleck y Matt Damon, conocidos por su amistad desde la juventud y por sus carreras exitosas en Hollywood, enfrentaron juntos las vicisitudes de la fama y la fortuna después de su aclamado trabajo en El indomable Will Hunting. Este éxito temprano no solo les trajo elogios y un Óscar, sino también una considerable suma de dinero que, como jóvenes promesas de la industria, no supieron administrar adecuadamente.
Coches y el alquiler de una casa para fiestas
Affleck reveló en The Drew Barrymore Show cómo, tras recibir un cheque significativo por su guion, lo gastaron rápidamente en lujos efímeros como Jeeps de alta gama o el alquiler de una casa para fiestas en Los Ángeles, solo para encontrarse en bancarrota seis meses después.
"Vendimos [el guión] por 600.000 dólares, lo dividimos, 300.000 dólares cada uno, y luego los agentes obtuvieron 30.000 dólares, por lo que teníamos 270.000 dólares y pagamos alrededor de 160.000 dólares en impuestos, por lo que teníamos 110.000 dólares, cada uno compró Jeep Cherokees por 55.000 dólares y luego nos quedaron 55.000 dólares", explicaba Affleck. "Naturalmente, decidimos alquilar una casa para fiestas por 5.000 dólares al mes en Glencoe Way, junto al Hollywood Bowl, y nos quedamos sin dinero en seis meses", añadió.
"Trabajamos un poco (trabajo extra, hacemos una línea aquí o allá, algún comercial ocasional de Burger King) y luego tomamos ese dinero y lo depositamos en la cuenta", le dijo a Barrymore. "Pensé: ‘Ahora somos ricos para toda la vida’. Mis necesidades se acabaron. Nunca tendré que volver a trabajar. Soy rico. Para siempre", añadió, relatando lo que pensó al vender el guion del filme.
Esta experiencia, según Affleck, fue una lección valiosa en la gestión financiera y en la necesidad de tener una visión a largo plazo en una industria tan volátil como la cinematográfica. Años después de aquellos días de juventud imprudente, tanto Affleck como Damon han logrado consolidarse no solo como actores sino también como productores y directores respetados, demostrando que las lecciones aprendidas de sus errores financieros iniciales les han servido bien. Incluso Damon se compró la casa más cara de Brooklyn y Affleck, en 2020, ganaba hasta 55 millones de dólares en un año, según datos de Forbes.