El ascenso meteórico de Winnie the Pooh: Blood and Honey 2 desde la oscuridad o el underground hasta alcanzar una recepción crítica sorprendentemente positiva, con una puntuación casi perfecta en Rotten Tomatoes de 89% y una alta valoración del público, con un 84% es un fenómeno digno de análisis ya que la primera entrega cuenta con unos puntuaciones nefastas de 3%.
Esto giro en la percepción se debe en gran medida a una mejora significativa sobre su predecesor en varios frentes, incluyendo un guion más elaborado y un presupuesto más alto que ha permitido una mayor ambición en su producción. Además, la inclusión de personajes adicionales del dominio público como Tigger y Owl, promete una expansión muy particular del universo de Pooh.
De camino a un Poohniverse
La dirección de Rhys Frake-Waterfield ha recibido elogios por revitalizar la serie, aplicando con éxito técnicas inspiradas en éxitos de terror anteriores para infundir una nueva vida en las aventuras sombrías de estos personajes icónicos.
Esto no solo ha mejorado la calidad general de la película, sino que también ha establecido un precedente emocionante para futuras entregas y expansiones dentro del "Poohniverse". La atención a los detalles y la visión creativa detrás de la secuela han contribuido en gran medida a este notable cambio de percepción.
Además, el éxito de este filme no solo resalta la capacidad de los creadores para superar las críticas iniciales y transformar una premisa improbable en un éxito de culto, sino que también señala un creciente apetito del público por revisiones oscuras de personajes clásicos. Esto abre la puerta a más películas dentro del género de terror, especialmente con el anticipado Poohniverse: Monsters Assemble.