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La sorprendente historia de cuando Grecia prohibió los videojuegos en lugares públicos hace más de 20 años

La Ley 3037 es el país mediterráneo no permitía disfrutar de los videojuegos en lugares públicos que duró más de un año.

Aunque pueda sonar increíble, en 2002 nuestros vecinos europeos de Grecia prohibieron los videojuegos en lugares públicos, lo que afectó especialmente a los cibercafés, esos establecimientos tan populares a finales de los 90 y primeros 2000, en los que podías ir a navegar por internet o a jugar en red local con otros jugadores a títulos como Counter-Strike, Diablo II o StarCraft.

La llamada Ley 3037 fue todo un ejemplo de cómo una legislación bien intencionada puede fallar drásticamente en su objetivo si está mal concebida, con consecuencias inesperadas y desastrosas. Su intención inicial era combatir el creciente problema del juego ilegal y las máquinas tragaperras clandestinas, percibidas como una amenaza significativa para la sociedad griega, una epidemia de juego ilegal que sacudía el país, donde cada día se apostaban más de 320 millones de euros. Sin embargo, en su intento de abordar este problema, la ley se redactó de manera tan amplia y vaga que terminó prohibiendo todos los juegos electrónicos en lugares públicos, incluidos los videojuegos en consolas, ordenadores y dispositivos móviles.

Prohibido jugar a videojuegos en lugares públicos

La implementación de esta ley llevó a una serie de situaciones absurdas y evidentemente muy criticadas, ya que las autoridades griegas se encontraron en la posición de tener que multar o incluso encarcelar a personas simplemente por jugar videojuegos en cibercafés o por tener dispositivos electrónicos de entretenimiento en lugares públicos. Infringir la ley podía suponer penas de hasta tres años de cárcel y 5000 euros de multa, y esta interpretación excesiva y estricta de la ley provocó una reacción inmediata tanto a nivel nacional como internacional.

Como explica este artículo de El Mundo de 2002, el articulado de la ley hacía factible situaciones tan ridículas como sanciones a turistas por llevar una Gameboy por la calle, o multar a alguien que pasase el rato jugando con su móvil. Al poco de aprobarse la ley, dos ciudadanos griegos dueños de un cibercafé fueron acusados de permitir a los clientes jugar al Counter-Strike.

La comunidad de jugadores, propietarios de cibercafés y defensores de los derechos civiles en Grecia y en todo el mundo, incluidas compañías de videojuegos como SEGA y Namco, se unieron para criticar la ley, señalándola como una reacción desproporcionada que no solo no resolvía el problema del juego ilegal, sino que también criminalizaba una amplia gama de actividades de entretenimiento legítimas. La ley fue objeto de burlas en los medios internacionales y se convirtió en un símbolo de una legislación mal concebida.

Varios propietarios de cibercafés y jugadores presentaron demandas en los tribunales griegos y en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, argumentando que la prohibición violaba sus derechos fundamentales, lo que llevó a las autoridades griegas a reevaluar la ley. Ante la creciente presión y las críticas, las autoridades griegas suspendieron la aplicación estricta de la ley apenas dos meses después de aprobarse, y comenzaron a trabajar en una revisión.

"La instalación y uso de juegos en las casas particulares y áreas residenciales estará permitido si no está involucrado un beneficio económico", dijo el Ministerio de Economía griego. "Esto también se aplica para las áreas pública y privadas... si no existen tampoco ganancias para ningún jugador ni para otro intermediario. No hay problema para las persona o turista que visite Grecia que juegue con una videoconsola como la PlayStation, la GameBoy, Xbox, etc.", se insistió desde el Ministerio.

Una ley absurda que duró más de la cuenta

En 2003, apenas un año después de su promulgación, y ante la intervención de la Unión Europea, la ley fue enmendada para aclarar su alcance, pero se mantuvo la prohibición de los videojuegos en los cibercafés. De hecho, en enero de 2004, la policía griega intervino un cibercafé en Larissa, confiscando ochenta ordenadores como prueba y arrestando a sus tres propietarios.

Con el tiempo, la presión tanto interna como externa llevó a un enfoque más relajado en la aplicación de la ley, salvo situaciones puntuales, y en la práctica las autoridades comenzaron a ser menos estrictas en la imposición de multas y sanciones relacionadas con el uso de videojuegos en cibercafés. Eso sí, de manera sorprendente, la ley no fue totalmente derogada hasta 2011, incluso después de que en 2005 la Comisión Europea llevara a Grecia ante el Tribunal de Justicia Europeo por su prohibición de los juegos electrónicos.

Redactor

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