Se viene diciendo repetidas veces a lo largo de esta generación que salen muchos juegos de acción en primera persona, y no sabemos si son pocos, los justos o demasiados, al fin y al cabo el mercado es el que los demanda, pero en el caso de este año, esa afirmación no va muy desencaminada. Killzone 3, Bulletstorm, Crysis 2 y este Homefront, todos pesos pesados que nos van a llegar en un periodo menor de dos meses (sin querer irnos a mayo, cuando salen unos cuantos más), lo que la verdad nos parece excesivo, y seguramente se cobre alguna víctima, por mucho que algunas compañías piensen que la sed de los jugadores por los shooters no tiene límites.
Debido a esta lucha encarnizada, y al gran número de competidores que ha ido acumulando el género en los últimos años, a estas alturas es imprescindible ofrecer algo nuevo o distinto, y que pueda resultar atractivo a los jugadores. Ante esta tesitura, los neoyorquinos Kaos Studios nos ofrecen un shooter ambientado en un improbable 2027 en el que Corea del Norte ha conquistado los Estados Unidos, una distopía escrita por John Milius, guionista de películas tan famosas como Apocalypse Now, Conan el bárbaro -que también dirigió-, o uno de sus trabajos más recientes, la genial serie Roma, y que además cuenta con experiencia previa en los videojuegos, ya que también se encargó de escribir el juego de 2005 para consolas Medal of Honor: European Assault.
Sus desarrolladores tienen solo un título anterior, Frontlines: Fuel of War -2008, para X360 y PC-, que tuvo una buena acogida por la crítica aunque un tanto más tibia por parte del público, y que curiosamente tiene una fuerte similitud con este Homefront, ya que en aquel se narraba un futuro en el que ocurría un conflicto bélico entre una coalición de Estados Unidos y Europa contra una alianza roja de China y Rusia, en un planeta tierra con casi todos los recursos agotados.
Desde su anuncio hace casi dos años, hemos tenido diversos contactos con él, tanto en su modo campaña como con el multijugador, mostrándose con una gran ambientación y espectacularidad -muy en la línea de Call of Duty-, aunque pecando de cierta falta de originalidad, siendo uno de sus puntos fuertes la historia, que de entrada resulta, cuando menos, interesante. Ahora con esta beta muy cercana al lanzamiento definitivo del juego, previsto para el 15 de marzo, podemos profundizar en él y comprobar en qué puede destacar y qué le va a diferenciar en la encarnizada batalla de los shooters que se presenta las próximas semanas.
Al comenzar la campaña se nos muestra un vídeo en el que se explica toda la historia, desde la actualidad hasta llegar al futuro en el que transcurre el juego, mediante un montaje de imágenes reales y por ordenador bastante atractivo. Tras la muerte en 2012 de Kim Jong-il, su hijo Kim Jong-un se hace con el poder, logrando un tiempo después unificar las dos Coreas. Mientras, una serie de conflictos en Oriente Próximo hacen que el precio del petróleo se dispare a unos precios insostenibles (20 dólares el galón de gasolina), lo que colapsa la economía norteamericana y acaba derivando en la desaparición del dólar. Por si esto fuera poco, una epidemia acaba con la vida de seis millones de norteamericanos, y provoca una irónica oleada masiva de inmigrantes a México. Por otro lado, la nueva Corea consigue la capitulación de Japón, y lanza un nuevo satélite de comunicaciones, que en realidad resulta ser un arma encubierta, que mediante un pulso electromagnético apaga -literalmente- los Estados Unidos. A raíz de esto, el EPC -ejército popular coreano- invade el país, haciéndose sin demasiados problemas con el control, sometiendo a su población.
Nosotros somos Robert Jacobs, un ex-piloto norteamericano que ahora lleva una vida normal en su hogar en Montrose, Colorado, hasta que unos soldados coreanos nos vienen a capturar a casa para ofrecernos colaborar con ellos, y tras negarnos, somos introducidos en un autobús con otros prisioneros para llevarnos a un campo de concentración. Desde nuestro asiento contemplamos el estado de la ciudad y tenemos nuestro primer contacto con la ambientación del juego, que es bastante impactante. Ver como el ejército coreano ha tomado las calles de la ciudad y cómo trata a la población civil: parejas que son separas, cadáveres en las aceras, la ejecución de unos padres delante de su hijo pequeño... desde un inicio nos queda claro que es un título que no escatima en crudeza y violencia, y como veremos más adelante, rozando incluso el mal gusto, como si tratara de crear algún tipo de polémica para darse publicidad.
Mientras somos testigos de la barbarie, un camión intercepta nuestro transporte con un espectacular golpe, que resulta ser un operativo de la resistencia para rescatarnos. Es aquí donde comienza la acción, escapando a la desesperada por las calles mientras nos hacemos con los controles. Estos son, para no entrar en detalle, exactos a los de cualquier Call of Duty, por lo que nos haremos rápidamente con ellos, y por suerte o por desgracia, las similitudes con la saga de Activision no se quedan solamente en esto.
En nuestra huida por viviendas unifamiliares, tiendas y gasolineras, nos sorprenderemos ante lo bien recreada que está esta hecatombe norteamericana, con una escenografía muy cuidada, en unos interiores con muchos detalles y unos exteriores que no les van a la zaga, donde atravesar el fuselaje de un avión estrellado en medio de una urbanización es algo corriente. Acabamos con multitud de enemigos que nos salen al paso, y nos llaman la atención detalles como el impacto de las balas sobre ellos -bastante convincente no siendo necesario acribillarles para que fallezcan-, o cómo estas impactan sobre las paredes u otras superficies, proyectando polvo y desechos de manera realista, y la destrucción de las coberturas, lo que nos gusta y obliga a movernos.
Hay una gran variedad de armas, y los enemigos no cuentan con una inteligencia artificial muy destacable, de hecho al repetir una misma situación unas cuantas veces comprobamos que se mueven y comportan siempre de la misma manera, siendo su mayor muestra de ingenio el lanzarnos una granada si nos "dormimos" en una cobertura. Por lo demás las situaciones y la acción son bastante lineales y "encriptadas", aunque como no espectaculares. En los momentos finales del capítulo nos dan la posibilidad de usar un dron de combate, un vehículo autómata al que podemos indicar blancos a los que atacar, y que acribilla de manera bastante llamativa.
Tras la larga huida llegamos a un refugio de la resistencia, donde algunos niños viven en paz en un bonito jardín y un anciano cuida de sus cabras, momento en el que podemos charlar con los habitantes, aunque de manera anecdótica, ya que nuestro protagonista es mudo, una de esas raras costumbres del género.
En el segundo capítulo vivimos una situación diferente a lo que hasta entonces hemos jugado, teniendo que usar el sigilo ante una torreta de vigilancia, que observa el lugar con un haz de luz azul que debemos evitar. Tenemos que escondernos hasta aproximarnos lo suficiente para poder lanzarle una granada a su parte trasera y destruirla, con una espectacular explosión. Esta situación nos gusta y parece diferente, pero a lo largo de los siguientes capítulos se vuelve a repetir, y lo que un principio sorprende y satisface, cuando se vive un par de veces más cae en la rutina y resulta reiterativo, por lo que esperamos que haya más momentos de sigilo a lo largo del juego, pero que sean más variados y se produzcan de otras maneras.
Al fin conseguimos llegar a uno de los momentos más espectaculares de esta beta, un estadio de fútbol americano convertido en campo de concentración, que vislumbramos desde lo alto en toda su extensión y que impresiona. Tras una emboscada y una nueva situación en la que debemos evitar torretas de vigilancia mientras acabamos con unos cuantos soldados, llegamos a una secuencia bastante sórdida. Vemos una fosa común llena de cadáveres, que los coreanos han estado tirando con una pala excavadora, y ante la llegada de más enemigos nos vemos "obligados" a escondernos entre los cuerpos, como si no hubiera otro sitio donde hacerlo… Nos parece una secuencia un tanto gratuita, y eso que hemos visto ya de todo en un videojuego, pero la manera en la que se produce no resulta muy natural, y no queremos ser mal pensados, pero da la sensación de buscar la polémica, que estamos seguros, por lo que hemos visto, que de un modo u otro llegará en torno a este juego.
El tercer capítulo se produce en un centro comercial, tras una espectacular secuencia de fuego y destrucción, y lo iniciamos esperando que se dé un paso adelante en la jugabilidad, pero nos quedamos con las ganas, nada nuevo bajo el sol. Finalizamos esta versión con sensaciones encontradas. La historia es muy interesante, la ambientación es fantástica, técnicamente cumple, con unos buenos efectos de luz y fuego, una gran pasión por el detalle, buenas animaciones y una velocidad de juego fluida, aunque peca de una resolución bastante baja, con unas texturas muy normalitas.
Pero en lo jugable no aporta nada, absolutamente nada, a un género muy trillado, que todos los años recibe propuestas de mucha calidad, que intentan aportar o distinguirse en algo. Es más, hemos querido evitar el comentario hasta ahora, pero mientras lo jugamos en más de una ocasión sentimos que estamos ante un clon de Modern Warfare 2. Calcado en lo jugable, con su linealidad y espectacularidad, recordándonos demasiado a los pasajes de aquel que transcurren en territorio norteamericano, iguales a Homefront. Puede que esto a algunos les guste, pero da una sensación de falta de alma, personalidad y carácter muy acusada, aunque no por ello deja de ser divertido y vistoso.
Habrá que esperar al mes que viene para saber si esto solo se produce en los tres primeros capítulos –aunque ya avisamos que son el 35% de la campaña-, y más adelante Homefront se desmarca y gana algo de personalidad, proponiéndonos cosas distintas en lo jugable. Al menos el multijugador promete -aunque igual habrá que ver qué ofrece para poder competir con los grandes del género- y su historia, ambientación y diseño artístico están por encima de la media, siendo sin duda su mayor baza. Será el 15 de marzo en PC, X360 y PS3 cuando salgamos de dudas.