Techland es una desarrolladora polaca fundada en 1991, que nunca había tenido juegos de mucho nombre o relevantes hasta que en el año 2006 sorprendieron con Call of Juarez, un juego de acción en primera persona que se ambientaba en el Lejano Oeste. Su planteamiento jugable no era revolucionario, ni los gráficos deslumbrantes, pero acertó en su ambientación, menos trillada en los videojuegos que otras muy de moda por entonces, como la Segunda Guerra Mundial, y tuvo éxito, primero en PC y al año siguiente en Xbox 360.
En 2009 llegaría su secuela, Call of Juarez: Bound in Blood, esta vez además de para PC y Xbox 360, para PlayStation 3. Una segunda parte que obtendría incluso mejores críticas que el primero, por lo que era de esperar que los dos mayores éxitos de Techland tuvieran continuidad.
Y a principios de este año se anunció Call of Juarez: The Cartel, pero con un sorprendente cambio en su ambientación, pasando del Salvaje Oeste americano al presente en Los Ángeles, enfrentándonos a bandas de narcotraficantes. Una decisión cuanto menos curiosa, tras el tremendo éxito el año pasado de Red Dead Redemption, con el que Rockstar daba un puñetazo encima de la mesa demostrando que el western tiene mucho que decir en los videojuegos.
4 de julio de 2011, un atentado en la DEA (la agencia del Departamento de Justicia de los Estados Unidos dedicada a la lucha contra el contrabando y el consumo de drogas) del que se culpabiliza al narcotráfico, es el detonante de la historia. Cuando comenzamos la campaña podemos elegir uno de los tres protagonistas: Benjamin McCall, un duro y rudo ex combatiente de Vietnam que lleva 30 años en la policía de Los Ángeles, Kimberly Evans, una agente del FBI que perdió a dos hermanos en las guerras de bandas y que es la más joven en recibir la medalla del mérito del FBI, y por último Eddie Guerra, un ex marine que sirvió en la operación Tormenta del desierto y ahora agente de la DEA, superviviente de la terrible explosión en el edificio de la agencia.
Cada uno de ellos es mejor con un tipo de armas, por ejemplo Benjamin con las cortas y pesadas, y Kimberly con los fusiles de asalto y francotirador, pero poco más cambia entre elegir a uno u otro personaje, ya que el desarrollo de la campaña es casi idéntico, solo en algún momento alguna tarea en concreto es diferente. Uno de los puntos fuertes sin duda es su modo cooperativo para tres jugadores, ya que juguemos solos o con otras personas la historia siempre está protagonizada por los tres protagonistas, por lo que si jugamos en solitario los otros dos personajes son manejados por la máquina.
El desarrollo es el de un clásico juego de acción en primera persona, con los controles acostumbrados y sin ninguna sorpresa o novedad, tiros y más tiros, acción sin descanso. La historia es igual de plana y previsible que en las típicas películas de acción de los 80 o principios de los 90, en las que había algún que otro giro argumental, pero cuyo motivo básico era llevar a los policías protagonistas de un lugar a otro para verse involucrados en escenas de acción.
El desarrollo es lineal aunque nos movemos por unos escenarios un poco menos claustrofóbicos que en otros títulos del género, menos "pasilleros", aunque cuando intentas alejarte un poco de la ruta preestablecida te das cuenta de la falsa sensación de amplitud, ya que te obligan a que vuelvas y no puedes alejarte mucho. Sí nos movemos grandes distancias conduciendo vehículos. El control no es muy bueno ni cómodo, y la física de los coches es un poco extraña, pero cuando te ves enfrascado en una tensa persecución lo cierto es que te diviertes. No solo podemos tomar el papel de conductor –nos ha gustado el detalle de que cuando estás al volante puedes agacharte para que no te den las balas-, sino que también podemos, si somos uno de los pasajeros, disparar desde dentro o sacando el cuerpo por la ventanilla, teniéndonos que ocultar cuando queramos recuperar la vida. Por tanto cuando jugamos en cooperativo uno es el conductor y los otros dos los que disparan, siendo bastante entretenidas ambas facetas.
Ya volviendo a la acción a pie los tiroteos se suceden sin descanso, con grandes cantidades de enemigos, que no cuentan con una inteligencia artificial excesivamente elaborada (¿y qué juego la tiene últimamente?) pero que al menos sí nos ponen las cosas difíciles protegiéndose en los objetos del entorno o incluso huyendo. Lo único que se sale de lo normal, aunque muchas veces visto, es el modo concentración. Cuando hayamos acertado un porcentaje de disparos, llenaremos la barra de concentración. Al usar este poder el tiempo se ralentiza y podemos disparar a cámara lenta, vamos, el conocido tiempo bala de toda la vida. No solo se usa así, también hay las típicas situaciones made in Call of Duty, en las que entraremos en una habitación disparando a cámara lenta.
El juego se divide en capítulos, con una primera misión en un bosque en el que tenemos que quemar una plantación de marihuana. Luego vamos a un peligroso barrio, prostíbulos, un puerto, todas localizaciones en Los Ángeles, dejando para el tramo final la acción en la frontera de México y como no, ciudad Juárez, que para algo aparece en el título. Una de las cosas más curiosas y que sí es algo original son los objetos secretos que podemos recoger por los escenarios. No solo hay que encontrarlos y cogerlos, también tenemos que evitar que nuestros dos compañeros nos vean recogerlos -digamos que tomamos prestadas cosas que no deberíamos-, lo que es muy curioso, y que nos otorgará más experiencia. También habrá objetivos secundarios cuando juguemos en cooperativo, que recibiremos en el móvil, y que las otras dos personas no conocerán. Por estos y otros motivos da la sensación de que, como siempre, será un juego mucho más divertido jugando con otras dos personas.
Obtenemos experiencia y subimos de nivel, desbloqueando más armas, y además este progreso se mantiene en el modo multijugador competitivo, que no hemos podido probar aunque sí curiosear, y parece que básicamente se tratará de enfrentamientos entre policía y ladrones de seis contra seis, con la clásica progresión de niveles y recompensas.
Técnicamente es muy discreto, por no decir otra cosa peor, a estas alturas de la generación el listón ya está muy alto. Pero hay que ser justos y saber que no es un producto acabado, solo una beta, por lo que no podemos ser duros y entrar a valorarlo. Eso sí, por muchos fallos que se arreglen de aquí al lanzamiento, no estará a la altura de los mejores del género, estando alguna de sus pocas virtudes gráficas en unos entornos más o menos convincentes, como el bosque del principio. Respecto al sonido, comentar que ya que se encuentra doblado al castellano.
Call of Juarez: The Cartel deja la ambientación más original de las dos primeras entregas –el Lejano Oeste- para pasar a desarrollarse en la actualidad, lo que le resta originalidad, aunque la guerra contra el narcotráfico no sea algo tratado habitualmente en los videojuegos. Acción frenética sin más ambiciones, con entretenidos momentos de conducción y un gran punto fuerte, su modo cooperativo para tres jugadores. No parece que vaya a deslumbrar, ni colocarse entre los mejores del género, pero con una fecha de salida prevista para finales de julio, momento en el que no suele haber muchos lanzamientos, puede que encuentre su hueco entre los más apasionados a las ensaladas de tiros.