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X360, PS3:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Codemasters Guildford
Producción: Codemasters
Distribución: Codemasters
Precio: 50,95 €
Jugadores: 1-Online
Formato: 1 DVD
Textos: Español
Voces: Español
Online: hasta 12 jugadores
ANÁLISIS

Impresiones Bodycount

Tiros y destrucción sin más complicaciones, os contamos nuestras sensaciones jugando a este nuevo shooter de corte arcade.
Versiones Xbox 360, PS3. También disponible en PlayStation 3.

En febrero de 2006 salió a la venta para PlayStation 2 y Xbox un juego de acción en primera persona titulado Black. Desarrollado por Criterion Games y publicado por Electronic Arts, se trataba de puro espectáculo, gráficamente de lo más puntero que vimos en la consola de Sony, en el que había que disparar sin complejos destruyendo nuestro entorno, sin más complicaciones, ni elementos de exploración ni apenas historia. Un shooter arcade que contaba como mayores pegas con una duración un tanto corta y la ausencia de modos multijugador, pero que consiguió enamorar a muchos con su propuesta.

Tiempo después Black 2 llegó a estar en desarrollo, planeado para Xbox 360 y PlayStation 3, pero no pasó de la fase de preproducción, ya que Electronic Arts desestimó el proyecto. Antes siquiera de que ocurriera esto Stuart Black, uno de los creadores de Black, abandonó Criterion, fundando su propio estudio, Guildford Studio, conocido ahora como Codemasters Guildford. A comienzos de 2010 anunciaron Bodycount, que desde un principio se conoció como el sucesor espiritual de Black, al contar con parte del equipo del original y asemejarse en sus pretensiones jugables.

El juego tenía un lanzamiento previsto para la primavera de este año 2011, pero de manera sorprendente, en julio del año pasado, Stuart Black, director de Bodycount, anunciaba que abandonaba tanto el proyecto como Codemasters en el mes de octubre, tras tres años trabajando en el juego. Unos meses después, en noviembre, Adrian Bolton, director general del estudio, también anunciaba su marcha, lo que coincidía con un retraso del juego, previsto entonces para el verano de 2011, que es cuando finalmente va a llegar.

Concretamente el 2 de septiembre, para Xbox 360 y PlayStation 3, y a menos de un mes de su lanzamiento hemos tenido acceso a una beta del juego, con tan solo tres niveles, pero que nos han servido para hacernos una idea de qué nos deparará el producto final. Como habéis podido ver, un desarrollo un tanto extraño, con sus dos máximos responsables abandonando "el barco" antes de llegar a buen puerto. Un shooter algo distinto a la fórmula de éxito de los Call of Duty o Battlefield -los titanes que se enfrentarán estas Navidades-, que sin ser el colmo de la originalidad, ofrece una jugabilidad muy directa y sencilla, casi arcade, y que de cierta manera, sí recupera parte del espíritu de Black.

Las tres misiones que hemos podido jugar no se encuentran en orden, son la 2, 4 y 11, y ni siquiera se enmarcan en la campaña ni en un contexto argumental, por lo que poco os podemos decir de la historia, más allá de lo que ya se sabía. Encarnamos a Jackson, un ex soldado estadounidense contratado por una organización enigmática llamada The Network, dedicada a resolver conflictos en países en los que incluso la ONU no pudo solucionar. Con el tiempo, Jackson se da cuenta de que las guerras son causadas por algunos individuos misteriosos, una organización que está detrás de todo. Esto provoca que, al menos en esta beta, combatamos un país africano bastante pobre, rodeados de chabolas, en un pueblo pesquero chino e incluso en unas modernas instalaciones futuristas, por lo que parece habrá gran variedad de entornos, con sus respectivos enemigos, muy distintos entre sí.

El control es el clásico de los juegos de acción en primera persona de esta generación, aunque con una pequeña peculiaridad. Con el gatillo izquierdo apuntamos, pero a diferencia de otros, no podemos movernos mientras lo hacemos. Si pulsamos una dirección con el stick izquierdo mientras estamos apuntando, el personaje se asoma o balancea hacia esa posición, lo que es útil cuando estamos detrás de una cobertura. Al principio cuesta acostumbrarse, pero no está mal, aunque el que se haya incluido un sistema de coberturas en un juego que no incita a usarlas demasiado es un tanto paradójico.

Uno de los principales elementos diferenciadores de Bodycount son sus entornos, que se pueden destruir hasta hacer añicos. Esto provoca que si nos situamos tras una cobertura los enemigos la puedan romper, o que para sorprender a un objetivo decidamos destruir la pared de una casa para entrar por ahí, en vez de por la puerta. Los escenarios están plagados de barriles inflamables y latas de gasolina, por lo que las explosiones se suceden sin descanso, volando los enemigos por los aires y destruyéndose el entorno. Además las granadas tienen un gran protagonismo, al igual que las minas, y tendremos que usarlas mucho para tener éxito, ya que es común que nos ataquen numerosos grupos de enemigos.

Su otra principal baza es el sistema de puntuación. Cada vez que matamos a un enemigo de una manera que no sea dispararle simplemente al cuerpo –disparos habilidosos le llaman-, el juego lo identifica, le pone nombre y activa el multiplicador, que se va sumando, x1, x2 y así sucesivamente, cortándose el combo en el momento en el que causemos una muerte "normal". En la nuca, por la espalda, cuerpo a cuerpo, en la cabeza –la más común, al menos por nuestra manera de jugar-, explosivo, granada, mina, por sorpresa, última bala, estos son algunos de los ejemplos de disparos habilidosos. Cuando terminamos la misión el juego nos califica, indicándonos el mayor combo logrado de muertes habilidosas, su número, la muerte más realizada, calificándonos con una letra, de la E a la A, y dándonos una puntuación, lo que imaginamos, originará piques a través de los marcadores por internet.

Además contamos con una serie de ayudas o habilidades que se activan en la cruceta digital. Si usamos la adrenalina durante unos segundos seremos invencibles, lo que puede venir bien para enfrentarse a un grupo numeroso, hay otra habilidad que detecta los enemigos cercanos y la posibles minas, e incluso podemos lanzar un ataque aéreo. Para poder usar estas ventajas tendremos que recoger unos orbes que sueltan los enemigos al ser eliminados. Dependiendo de cómo les matemos, de manera más o menos espectacular, soltarán una mayor o menor cantidad de estos ítems. Unas habilidades que se podrán mejorar según avancemos por el juego, para por ejemplo que el ataque aéreo sea más potente y amplio, o que el detector de enemigos nos los muestre incluso a través de las paredes.

Las misiones consisten en seguir unos puntos de control sin ninguna pérdida, en los que recogemos o activamos algo, sin más ciencia, y sin apenas desarrollo narrativo. El sistema de muertes habilidosas, de ir enlazándolas e ir aumentado el combo (x6, x7, etcétera), tiene su gracia. Llegará un punto que sin habernos dado cuenta, nos toparemos con un enemigo de frente y no querremos matarlo con un disparo en el pecho, para no perder el combo. Los escenarios están tan plagados de elementos explosivos que no tendremos más que ser observadores y ver de qué manera podemos usarlos a nuestro favor, si es que antes nuestros enemigos no han disparado por error a algún barril explosivo. En cualquier caso, siempre nos queda el socorrido tiro en la cabeza, para seguir aumentando nuestro contador.

Los combates se desarrollan en entornos abiertos, para nada lineales y con múltiples rutas. Esto provoca que a veces cuando nos maten un par de veces en un mismo punto tendremos que intentar una nueva táctica, dándonos cuenta que los escenarios permiten afrontar una situación de diferentes maneras. Algo que es un poco decepcionante y que le resta diversión, a falta de jugar la versión final y poder aumentar la dificultad, es que los enemigos cuentan con una inteligencia artificial bastante discutible. No es que algo se haya mejorado mucho en esta generación de consolas (por no decir que ha sido muy decepcionante), pero al menos esperamos a estas alturas que no se maten a ellos mismos, algo que ocurre aquí, con varios situaciones que hemos vivido en la que una granada mal lanzada por su parte les ha provocado la muerte a ellos mismos o a alguno de sus compañeros.

El sistema de combos como hemos dicho funciona, y su jugabilidad directa y arcade, con explosiones por doquier, acaba siendo divertida. El arsenal es contundente, podemos llevar dos armas a la vez, aunque hay unos terminales que nos permiten cambiar el armamento. Que la escopeta sea una de las armas principales por defecto, es toda una declaración de intenciones, siendo muy divertido acabar con los enemigos a bocajarro con su enorme potencia. La destrucción de los escenarios es bastante buena, pero al menos en estas tres misiones, no hemos percibido que sea algo que influya decididamente en la jugabilidad, lo que es una pena, porque se siente un tanto desaprovechado, a falta de jugar al juego completo.

Los gráficos no son ninguna maravilla, es más, en un rápido vistazo a la pantalla, podría pasar por un juego de comienzos de esta generación, de hace cuatro años, más que un título actual. Pero realmente lo peor no es la técnica tras los gráficos, sino su diseño artístico, falto de personalidad y alma, genérico a más no poder, que causa una gran indiferencia. A pesar de todo, hay que reconocer con los entornos son bastante amplios y que está bien realizada la destrucción de los escenarios. Como nota sobre el sonido, decir que ya se encuentra doblado al castellano, de manera muy correcta.

Bodycount no es muy original que digamos, técnicamente discreto, una jugabilidad ya vista, una historia irrelevante, y con un aspecto y una primera impresión en la que te viene irremediablemente a la cabeza la palabra "genérico". Pero una vez te pones a jugar, y te vuelves cómplice de su mecánica, en la que no solo vale matar, sino que lo importante es el cómo, la verdad es que resulta muy entretenido. Un potente arsenal, elementos explosivos para dar y tomar, y decenas de enemigos, dan como resultado una ensalada de tiros y destrucción que a no ser que seas de piedra y odies el género, te acabará divirtiendo.

Habrá que ver sus modos multijugador, su campaña que alicientes tiene, pero creemos que le va a costar destacar en un género tan saturado, y más saliendo en septiembre, un mes que sirve de preludio a los bombazos que nos van a llegar en los próximos meses. Un buen shooter, pero uno más al fin y al cabo, que podrá satisfacer a los que busquen una experiencia arcade y sin complicaciones. A menos de un mes para su lanzamiento, veremos qué es capaz de ofrecernos dentro de unas semanas.

Redactor