La Segunda Guerra Mundial se ha convertido en los últimos años en un tema recurrente de películas y otras producciones audiovisuales y, especialmente, de los videojuegos, que han encontrado un marco perfecto, con sucesos conocidos y vinculados a todo el mundo, donde desarrollar todo tipo de juegos, especialmente de acción y disparos. Los juegos de aviación también han hecho sus pinitos, todo sea dicho, desde aquel "Secret Weapons of the Luftwaffe" de LucasArts hasta el más reciente Heroes of the Pacific, de Codemasters. Ahora es Ubisoft, sin duda una de las compañías emergentes de los últimos años, y que ya ha "tocado el tema" con su juego de acción Brothers in Arms, la que nos reta a ponernos a los mandos de un avión de hélice para hacer frente al temible Tercer Reich de Hitler y a sus aliados.
Tuvimos oportunidad de jugar a una versión beta de Blazing Angels para Xbox 360, que nos dejó muy buen sabor de boca debido no solo a su impresionante apartado gráfico –empieza a notarse que la nueva generación permitirá escenarios abrumadores- sino también a su jugabilidad, que nos resultó muy innovadora, al introducir una serie de interesantes cambios que hacen las batallas aéreas mucho más interesantes.
Esta versión beta de Blazing Angels solamente nos permitía jugar en dos niveles, uno de ellos correspondiente a la batalla de Londres, y el otro a la célebre emboscada japonesa sobre la base americana de Hawai, Pearl Harbour. En la primera teníamos que hacer frente a una oleada de bombardeo alemán; primero, un grupo de bombarderos querían destruir el parlamento –fácilmente reconocible desde los cielos-, más tarde los temibles Stukas alemanes, terribles aviones de bombardeo en picado, querían acabar con la Torre de Londres.
Finalmente, si lográbamos acabar con las amenazas al patrimonio monumental, nos enfrentábamos al formidable reto de hacer frente a un escuadrón de cazas Messermicht, con amenazas y vaciles por radio incluidos.
La misión de Pearl Harbour era más predecible, teniendo que despegar a toda velocidad del aeródromo tras enterarse la base de que docenas de cazas japoneses estaban arrasando con la marina y las instalaciones. Tras hacer frente a varias oleadas de cazas que atacaban la base aérea, teníamos que defender instalaciones de refinado, y también los barcos del puerto.
En ambas misiones pudimos comprobar el estilo del juego y de las misiones; no precisamente sosegado, aunque como es habitual en estos juegos, con los objetivos en secuencia. Es decir, los niveles están divididos en pequeños fragmentos donde teníamos que cumplir el objetivo –defender las estructuras antes de que fuesen destruidas- dentro de un determinado período de tiempo pero, al contrario que en Heroes of the Pacific, el segundo objetivo (la defensa de otra estructura) no empezaba hasta que hubiésemos terminado el primero, restándole al juego algo de realismo, o frenetismo, pero haciéndolo sin duda más accesible y claro de cara al jugador.
Lo que nos llamó poderosamente la atención fue el sistema de control del juego. Como en el último Ace Combat, no volaremos en solitario, sino acompañados de un escuadrón al que podremos dar órdenes que además resultan muy claras. Atacar, volver a la formación o cubrirnos son algunas de las opciones que tenemos, y en todo momento sabremos cuál es el estado de nuestros compañeros de alas. Al contrario que el nuestro, que tendremos que deducirlo por el estado del avión. Como ocurre en cada vez más juegos, los indicadores de vida dejan de ser barras o números para pasar a ser completamente visuales. Dependiendo de cómo veamos nuestro avión (intacto, con algún rasguño, con llamas, con muchas llamas) sabremos en qué estado está.
Sin duda alguna la gran novedad, y lo que hace las batallas más divertidas, consiste en el sistema de cámaras que incluye el juego. Por defecto veremos a nuestro avión desde detrás, en una perspectiva en tercera persona, pero el juego nos permite, oprimiendo algunos botones, que la cámara nos señale ciertas cosas. Como en la mayoría de juegos del estilo, tendremos a un avión enemigo señalado como objetivo, y pulsando el gatillo L la cámara lo enfocará, dejando a nuestro avión en un segundo plano. Esto es muy útil para saber a dónde tenemos que ir – no hay radar-, pero especialmente cuando estamos en medio de una duelo contra un avión en concreto (lo que los ingleses llaman dogfight), es decir, en el típico proceso de evitar que él nos tenga a tiro y, en cambio, lograr ponernos nosotros a su cola.
Cuando esto sea, pulsando el botón L veremos claramente dónde está el avión enemigo (como si mirásemos a los lados de la cabina) y notaremos en qué posición estamos nosotros con respecto a él, por lo que podremos tomar las medidas pertinentes, viendo cómo nos vamos librando de él –o cómo nos resulta imposible- y nos ponemos a su cola para darle su merecido. Este sistema funciona realmente bien y es toda una innovación en los juegos de este estilo, aunque naturalmente habrá que andar con ojo para no chocar mientras lo hacemos (nuestro avión sigue en la pantalla, pero a veces no veremos hacia dónde se dirige) y para mantener la noción de cuáles son los controles y hacia dónde irá nuestro avión al manejarlos, pues estos cambios de cámara son traicioneros.
A nivel gráfico el juego también nos ha llamado poderosamente la atención. Se trata de todo un espectáculo, no tanto en el nivel de Peral Harbour al no haber una gran cantidad de estructuras, pero sí en el de Londres, donde veremos claramente la ciudad, de una enorme extensión, y al volar bajo podremos reconocer con facilidad la forma de las calles y los edificios conocidos de ésta, como el ya citado Parlamento –Big Ben incluido-, la Torre de Londres o sus diferentes puentes. Además de los escenarios, que son abrumadores, el juego cuenta también con un gran modelado de los aviones y una sensacional sensación de velocidad y efectos de luz, destrucciones y explosiones.
En cuanto al sonido, en la versión beta no había una gran cantidad de músicas diferentes, solamente un par de ellas dependientes del contexto, de tipo claramente épico y muy reconocibles dentro de las bandas sonoras estándar de los juegos o las películas bélicas. El sonido FX sí estaba mucho más avanzado, con gran variedad de efectos para los combates, los disparos, las piruetas, las explosiones, etc…
Blazing Angels promete ser un juego muy llamativo cuando llegue en marzo a las tiendas, para Xbox 360 y también para Xbox. Aunque los juegos de aviación nunca han sido lo más esperado ni exitoso en consola, este Blazing Angels cuenta con una temática siempre interesante, y con un sistema de control y de juego que realmente supone un avance en el género al hacer mucho más cómodas y divertidas los duelos entre aviones. Y gráficamente, al menos la misión de Londres, llama mucho la atención. Estaremos atentos al primer juego de aviones de la nueva generación.