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Fecha de lanzamiento:
X360, PC:
PS3:
También en: iPhone
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Irrational Games
Producción: 2k Games
Distribución: Take 2
Precio: 69.95 €
Jugadores: 1
Formato: 1 DVD
Textos: Español
Voces: Español
ANÁLISIS

Avance Bioshock

El aterrador juego de Irrational Games se acerca cada vez más. Hemos tenido la oportunidad de probarlo.
Versiones Xbox 360, PS3, PC. También disponible en Ordenador, PlayStation 3 y iPhone.

Nos encontramos en Rapture, una ciudad submarina creada artificialmente en la primera mitad del siglo XX con la intención de ser una ciudad próspera y rica en cultura y calidad de vida, cuna del arte, la sabiduría y el progreso. Fue fundada por Andrew Ryan y poblada por los individuos más destacados del planeta, desde científicos de prestigio hasta los mejores artistas del globo. El proyecto era un éxito y la vida en Rapture transcurría a la perfección hasta que algo no previsto hizo aparición en las inmediaciones de la ciudad: una desconocida especie marina, productora de una misteriosa sustancia capaz de alterar las capacidades de los seres humanos, de dotarles de poderes, de curar sus heridas y sus enfermedades. Esta sustancia, el adam, acabó comercializándose y se hizo accesible para los habitantes de Rapture, que terminaron por volverse completamente adictos a ella (se encontraba a la venta en todos los establecimientos comerciales), de forma que se creó una fuerte división en la ciudad por su control, que acabó provocando la creación de ejércitos de humanos modificados y originó una guerra civil que dejaría secuelas irreparables.

Con una situación de absoluto caos en Rapture, tras numerosos muertos, destrozos, inundaciones y demás catástrofes llega nuestro personaje a la ciudad, caído al mar por accidente desde una avioneta y ayudado por un submarino que encuentra cerca de donde cae.

En este punto comienza nuestra aventura, una aventura por la supervivencia en un mundo desconocido para nosotros, lleno de misterio, de extraños sucesos, de violencia, de gente con extraños poderes...

Antes de nada, definamos el estilo de juego que es Bioshock. En teoría es un juego de acción en primera persona, un shooter o FPS de toda la vida, en el que únicamente vemos de nuestro personaje su mano derecha con un arma. Pero en la práctica Bioshock se comporta más bien como una aventura de exploración, ya que tiene un componente muy elevado de investigación, toma de decisiones o interacción con el escenario. Todo esto acaba siendo más importante que el disparar a los enemigos, bastante escasos en número por lo general. De hecho, la acción es bastante secundaria tanto en el desarrollo del juego como en la jugabilidad, orientada a la aventura (el apuntado es prácticamente automático, por ejemplo).

Vandal Online tuvo la oportunidad de empezar el juego desde el principio, y pudimos jugar más o menos sus dos primeras horas. Durante este tiempo, algo escaso para ver y probar todas las cualidades que esconde, recorrimos parte de Rapture, descubriendo qué había ido ocurriendo hasta llegar a la situación actual, topándonos con ciudadanos consumidos por el adam y, enloquecidos por su adicción a él. Durante los primeros compases de la aventura se suceden diversas secuencias de video que nos van explicando lo acontecido y que nos muestran la situación acutal, pero a los pocos minutos de jugar ya estamos totalmente enchufados en lo que debemos hacer. Así, comenzamos a deambular por lo que parecen ser los restos de un hospital, encontrando llaves, pistas, puertas secretas y por supuesto, algún ser extraño que otro que no nos dará precisamente los buenos días.

Tras avanzar por los escenarios y conseguir armas más interesantes (aun más adelante, al conseguir la escopeta, es cuando podemos sentirnos más o menos seguros) llega el momento más interesante de Bioshock y uno de los núcleos de su jugabilidad: la obtención de poderes. Estos, en contra de lo que se pueda pensar, vienen en forma de cápsulas y son originados por sustancias derivadas del adam. Son muy variados y con un carácter eminentemente práctico, ya que todos ellos los utilizaremos en las inmediaciones de donde los encontremos, así como en múltiples situaciones a lo largo de la aventura. Nuestro personaje puede almacenar un número concreto de habilidades, de forma que cuando estemos al completo tendremos que elegir cual ‘olvidamos’ al aprender una nueva.

Sin duda alguna lo más interesante de Bioshock en el plano jugable es el uso de estos poderes. Desde el momento en que conseguimos, por ejemplo, la telequinesia (que es relativamente pronto) el juego se vuelve tremendamente más divertido. Podemos atacar con ella, coger prácticamente todos los objetos del escenario, lanzarlos a los enemigos... Podrían haber hecho un juego solo con ese poder. Y así, más o menos con todos, algunos más trabajados y prácticos que otros.

En Bioshock encontramos una cierta libertad de acción para tomar nuestras propias decisiones, teniendo en cuenta nuestras habilidades, pero más allá de eso el juego sigue siendo una aventura y hay una línea más o menos clara a seguir. De esta manera, nos embarcamos en una sucesión de pasillos, puertas bloqueadas, interruptores y llaves a encontrar muy interesante, con el fin de seguir habilitando zonas del mapa para su posterior investigación. Es una mecánica bastante clásica aunque muy bien llevada, de manera que podemos atascarnos sin saber qué hacer en algún momento pero siempre damos con la respuesta al puzzle, ya sea acabando con toda criatura viviente que nos encontremos o pateándonos todas las estancias accesibles y dando con algún objeto clave.

Por otra parte y como ya se ha comentado, la acción en Bioshock es un tanto secundaria, aunque no por ello poco importante. Los enemigos son pocos pero peligrosos, a pesar de que no se comportan de manera especialmente inteligente ya que actúan a la desesperada o como enfermos mentales. Sin embargo, el sistema de vida y daño está hecho de una manera medianamente realista, de forma que resistimos pocos impactos de bala antes de morir. Además, la aparición de algún enemigo siempre provoca una situación de extremada tensión, ya que por lo general se ponen a gritar de forma espeluznante mientras se nos echan encima, la música se acelera y por culpa de nuestro pulso no siempre somos capaces de acertar a la primera, a pesar de que el punto de mira tiende a irse hacia el enemigo (movemos el arma de forma bastante lenta para suavizar el movimiento mientras no disparamos, por lo que esa ayuda es casi imprescindible). De esta manera, aunque es improbable que algún enemigo nos dé muerte con la vida completa, es casi seguro que conseguirá herirnos, en mayor o en menor medida, y más aún si nos encontramos con más de uno a la vez.

Además, a lo largo de la aventura también encontramos diversos minijuegos, siendo el más habitual una especie de puzzle consistente en colocar tuberías para que el agua llegue de un punto a otro. Este puzzle lo tendremos que resolver cuando queramos hackear una máquina expendedora o incluso una caja fuerte. También encontramos diversos objetos: paquetes médicos para curar nuestras heridas, jeringuillas que nos restablecen nuestros poderes (hay una barra tanto de vida como de poder), juegos de hackeo automático de cajas fuertes... En Bioshock siempre echaremos de menos tener más objetos de este tipo. A lo largo del mapa también hay repartidos diversos puntos de curación, a cambio de unos pocos dólares, los cuales, naturalmente, obtenemos de los enemigos y el escenario. En las máquinas expendedoras podemos comprar de todo, munición, jeringas, algún arma... Pero el dinero no es demasiado abundante.

Por otro lado, Irrational Games ha cuidado mucho el control de Bioshock y su facilidad de manejo. Se utilizan todos los botones del mando de Xbox 360 (y bastantes teclas en PC), casi todos ellos a modo de acceso directo a los diversos poderes, armas y objetos, pero de una manera bastante intuitiva y de fácil aprendizaje. Todo se mueve con una excepcional suavidad y precisión, tanto como para el uso de las armas como para el de los poderes y las acciones de aventura en general. Ningún pero en este sentido.

Bioshock también destaca por un apartado técnico soberbio, siendo de lo más destacable visto nunca en consolas y compatibles. Utiliza el motor gráfico Unreal Engine 3.0 y el Havok para las físicas, ambos de una forma extraordinaria. Desde el instante en que pisamos Rapture por primera vez nos introducimos en una atmósfera de tensión, miedo y misterio conseguida por el exquisito trato dado a la iluminación, a los pequeños detalles, el cuidado en los escenarios, las texturas... Todo es sobresaliente en Bioshock. Además de la impecable ambientación, lo más destacable son sin duda los fluidos, bastante abundantes. Encontramos innumerables goteras, charcos, tuberías rotas, salas medio inundadas en las que el agua luce un comportamiento excepcionalmente realista. Por otro lado, casi todos los objetos que aparecen en los escenarios pueden ser utilizados con los poderes, no son un mero decorado.

Los efectos y la banda sonora también están a la altura. Consiguen dar más credibilidad aún a la ambientación. La gama de sonidos es amplísima: gotas de agua, sonidos metálicos, gritos, puertas chirriantes, golpes en las paredes... Todos ellos acompañados de una suave pero muy conseguida simulación del eco en los habitáculos cerrados que ayuda a aterrar aún más al jugador. La música siempre ayuda a completar esa sensación de soledad, de abandono, de tensión, y se adapta a la perfección a cada escena.

De esta manera, si Bioshock destaca en algo (que lo hace, y mucho), es en su ambientación. Podrá gustarnos más o menos su historia, el uso de los poderes, la variedad de enemigos, las armas... pero nadie podrá decir nada en contra de su atmósfera de terror. Consigue, sin ser un juego de miedo, hacer sentir al jugador una constante sensación de intranquilidad, acelerar su ritmo cardiaco de forma constante pero no excesiva. En definitiva, te mantiene en tensión durante toda la aventura.

La única pega que se le podría poner a Bioshock es la ausencia total de cualquier modo multijugador. En ningún momento siquiera se llegó a plantear su inclusión, ya que Bioshock ha sido desarrollado pensando siempre en la creación de un modo aventura con una historia trabajada y un desarrollo de larga duración sin altibajos. Promete ser uno de los juegos en primera persona más largos jamás hechos, barajándose las treinta horas como duración aproximada. De esta manera, todo el trabajo en estos años ha ido encaminado al desarrollo de la aventura, cosa que decepcionará a algunos y alegrará a otros.

En lo que no hay atisbo de dudo es en que Bioshock es un juego tremendamente prometedor, bastante ambicioso y que arrastra tras de sí una cantidad de premios y reconocimientos bastante amplia para ni siquiera haber salido al mercado. Veremos si el resultado final está a la altura de lo esperado, pero por lo que hemos podido probar, sería muy extraño que decepcionase, pues es un juego que se nota a la legua que está cuidado y trabajado en todos sus aspectos, y que busca rozar la perfección dentro del género de las aventuras en primera persona. Rapture dará la bienvenida a quien se atreva a visitarla a partir del 31 de Agosto.