Los amantes del anime y los videojuegos llevamos viviendo una época muy dulce desde hace unos años gracias, sobre todo, a los grandes esfuerzos que está haciendo Bandai Namco para traernos multitud de juegos basados en todo tipo de series de animación japonesa, tanto de éxito internacional y conocidas por todo el mundo como Dragon Ball o One Piece, a otras más específicas y concretas destinadas a un público más de nicho.
Juegos que hace una década nunca habrían conseguido salir de Japón ahora nos llegan incluso en nuestro idioma (no todos, eso sí), por lo que ahora raro es el lanzamiento de estas características que se queda sin una versión occidental, una alegría que no podemos más que compartir al llenar el mercado con opciones para todos los gustos.
Entre los próximos títulos que vamos a recibir basados en animes tenemos The Seven Deadly Sins: Knights of Britannia, la obra más reciente de Nakaba Suzuki y que tras 25 tomos de manga sigue en publicación. Su éxito propició la inevitable adaptación a televisión, cuya primera temporada podéis ver ya en Netflix (muy recomendable, por cierto) mientras esperamos el estreno de la segunda el mes que viene, y, como suele ocurrir en estos casos, gracias a ello se le dio luz verde al desarrollo del juego que hoy nos ocupa (así como otro para Nintendo 3DS que no ha salido de tierras niponas).
Este fue uno de los títulos que pudimos probar en el evento Level Up que Bandai Namco celebró en París la semana pasada, aunque no vamos a negar que los 15 minutos que le pudimos dedicar nos han dejado con serias dudas sobre la calidad que tendrá el producto final cuando se ponga a la venta el próximo 9 de febrero.
En esencia, estamos ante un nuevo juego de lucha en entornos libres y abiertos, muy al estilo de lo visto en títulos como J-Stars Victory VS. De este modo, podremos movernos con total libertad por el escenario mientras usamos el mismo para despistar al rival, medir distancias y atosigar al contrario con ataques de largo alcance, beneficiarnos de las estructuras para que nos sirvan de cobertura, etcétera.
Como podréis suponer, nuestra movilidad es bastante alta, pudiendo realizar saltos, desplazamientos a toda velocidad, etcétera, lo que le da mucho dinamismo y agilidad a las partidas, así como un toque estratégico a la hora de afrontar cada combate para adaptarnos al rival.
Al igual que en otros juegos de corte similar, los controles son extremadamente sencillos y no van mucho más allá de un par de botones para golpes de diferente intensidad, otro para atacar a distancia, uno más para saltar, otro para defendernos y un último para esquivar. Por supuesto, la realización de las técnicas especiales de cada personaje tampoco tiene ninguna complicación y simplemente nos bastará con pulsar R1 más uno de los tres botones de ataque, dependiendo del movimiento que queramos realizar.
A todo esto tenemos que sumarle la posibilidad de entrar en un modo especial con el que seremos capaces de arrasar fácilmente con todo lo que se nos ponga por delante durante unos momentos, aunque cuando este finaliza nos quedamos completamente vendidos, por lo que se convierte en un arma de doble filo que nos obliga a escoger muy bien el momento de utilizarla si no queremos recibir de más.
Probablemente ya podáis intuir con esto que os hemos comentado que la profundidad jugable del título, al menos en una primera toma de contacto, es nula, ya que no hay casi posibilidades de combo y nuestra lista de herramientas no es lo suficientemente extensa como para propiciar duelos variados y con algo de complejidad.
Por suerte, la cosa mejora cuando combatimos por equipos de dos, ya que esto nos permite desarrollar estrategias cooperativas con nuestro compañero que le dan algo más de vida a las batallas, por no mencionar el tener que estar pendientes de dos rivales que no sabemos por dónde nos pueden salir.
Si bien los combates que pudimos jugar nos dieron la sensación de que tendían hacia el machacamiento de botones y al caos más absoluto por culpa de una cámara que no terminaba de colocarse dónde debía y que siempre escogía el peor ángulo posible, os recordamos que apenas tuvimos un cuarto de hora para probarlo, por lo que tendremos que esperar a la versión final para valorar su jugabilidad en su justa medida, descubrir cuánta profundidad realmente esconde y si esta será capaz de aguantar el tipo a medio y largo plazo.
En lo que respecta a modos de juego, tenemos dos bien distintos. Por un lado el Modo Aventura, gracias al cual podremos revivir la historia de la primera temporada del anime al completo, comenzando desde el mismo momento en el que Meliodas y Elizabeth se conocieron hasta llegar a la épica lucha de los Pecados Capitales contra Hendrickson en la capital de Liones.
Esta modalidad va mucho más allá del simple combatir por combatir, ya que podremos movernos por un mapamundi, participar en fases de batallas contra decenas de enemigos de forma simultánea, mejorar a nuestros personajes con los ítems que vayamos recibiendo tras cada enfrentamiento, cumplir misiones secundarias (se ha incluido un arco argumental opcional totalmente original creado en exclusiva para la ocasión), etcétera.
Si incluye los suficientes contenidos y una buena variedad de misiones, puede acabar resultando en una modalidad muy entretenida y atractiva para los fans de la serie. Eso sí, las batallas multitudinarias no nos han parecido nada del otro mundo y la presentación de los vídeos y de los diálogos es tremendamente pobre y básica, por lo que no esperéis elaboradas secuencias con el motor gráfico del juego que recreen con acierto los momentos más importantes del manga, ya que son todo lo contrario: personajes semiestáticos intercambiando frases.
El otro gran modo que incluirá el título será Duelo, donde podremos combatir libremente contra la IA, contra otros jugadores o lanzarnos directamente a competir al online. En total tenemos algo más de una veintena de personajes (cifra a la que se llega separando las diferentes versiones de cada caballero) y casi todos están sacados de la primera temporada del anime, aunque os avisamos que se ha incluido a uno en concreto que podría arruinaros una gran sorpresa de la serie si no lleváis el manga más o menos al día (tranquilos, lo conoceréis en la segunda temporada que está a punto de empezar a emitirse en Japón).
Nos ha gustado comprobar que cada personaje está bien diferenciado a pesar de que los controles sean los mismos para todos, por lo que resulta fácil reconocer sus técnicas y habilidades: tan pronto estaremos desplazándonos a toda velocidad por el escenario mientras golpeamos sin descanso con Meliodas que nos dedicaremos a atosigar desde la distancia a nuestro enemigo con los hechizos de King o a destrozarlo todo con los poderosos y exagerados ataques de Diane.
A nivel gráfico se trata de un título muy discreto, con unos modelados muy simples y poco expresivos, unos escenarios faltos de detalle, texturas que requieren algo más de trabajo, unos efectos muy básicos y unas animaciones algo toscas a las que les falta un punto de fluidez. La parte positiva es que la estética es fiel a la de la serie, por lo que es fácil reconocer a cada luchador, así como los fondos en los que combatimos.
Es innegable que nuestro primer contacto con The Seven Deadly Sins: Knights of Britannia nos ha dejado muy fríos, pero eso no quita que todavía nos quede mucho por jugar y descubrir sobre él como para que nuestra opinión pueda cambiar a mejor cuando toque analizarlo y emitir nuestro veredicto con todas las cartas sobre la mesa.
No apunta a ser un juego especialmente competitivo ni profundo, pero si consigue hacer que sus batallas sean entretenidas y el Modo Aventura se cuida lo suficiente, podríamos tener entre manos un título capaz de contentar a cualquier seguidor de los Siete Pecados Capitales con ganas de encarnar a sus personajes favoritos.
Hemos realizado estas impresiones tras ser invitados por Bandai Namco a su evento Level Up: Winter Edition celebrado en París. La versión del juego que pudimos probar fue la de PS4.