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Género/s: Minijuegos / Playlink
Fecha de lanzamiento:
PS4:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Sony
Producción: Sony
Distribución: PlayStation Network
Precio: 19,99 €
Jugadores: 1-4
Formato: Descarga
Textos: Español
Voces: Español
Online: Sí
ANÁLISIS

Impresiones Frantics

El nuevo juego de PS4 con PlayLink: una competición encarnizada en la que caben las tácticas más rastreras pero apta para toda la familia gracias a su aspecto infantil.
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Actualizado: 21:31 17/8/2020
Versión PS4.

Sony suele apostar por el juego social cuando la consola que tiene en el mercado lleva ya unos años a la venta: SingStar o Buzz son ejemplos de esta política en el pasado. Ambos tienen en común que Sony utilizó un hardware más intuitivo que los mandos de consola, los micrófonos en el caso del juego de karaoke y los pulsadores en el de concurso televisivo. La empresa ha seguido esta política que tan bien le ha resultado en el pasado con PlayStation 4 y hace poco ha lanzado PlayLink, una tecnología (y filosofía) que permite utilizar móviles en lugar del DualShock.

Ahora está a punto de salir Frantics, en el que ha trabajado los dos últimos años NapNok Games (antes KnapNok Games), tanto en la oficina de Copenhague(Dinamarca) como la de Skopje (Macedonia). Hasta cuatro personas compiten para hacerse con la victoria en minijuegos o competiciones compuestas por varios de ellos -hay 15 para elegir-. Pero no es un juego multijugador en el que simplemente hay que demostrar quién es más hábil o rápido con el mando-móvil, ya que toda la sesión de juego está dirigida por un zorro que nos incita a impedir que los demás jugadores ganen, e incluso nos da algunas ayudas para hacerlo, y las mecánicas también están pensadas para fomentar la traición, la inquina y la venganza.

En este minijuego tienen que estar dos jugadores a la vez en la plataforma para ganar. Es un ejemplo de juego competitivo cooperativo.

Un aspecto infantil, una segunda lectura para adolescentes y adultos

El aspecto de Frantics es, a primera vista, el de un juego infantil, con unos personajes que son animales de aspecto gracioso que parecen fabricados en plastilina.

Pero si nos fijamos, parece que esos animales acaban de llegar de un fin de semana muy movido, con unas ojeras inmensas, y lo mismo lo que sujeta el zorro narrador no es precisamente un vaso de zumo de manzana.

Al comenzar a jugar se reafirma la idea de que el juego tiene una doble lectura según la edad del jugador. Los niños pueden quedarse con la risa que provocan los animales con sus divertidas animaciones en las que se quedan chafados en el suelo tras una caída, y los adolescentes y adultos pueden entender lo que se lee entre líneas cuando habla el zorro que ejerce de maestro de ceremonias.

La competición de esta carrera se decide antes de la salida ya que cada jugador debe asignar a uno de sus rivales una pieza que modificará el comportamiento del coche.

Las partidas comienzan haciéndose el jugador una foto y eligiendo el animal con el que competirá; hay más de diez para elegir y se pueden personalizar con los objetos que se van consiguiendo al ganar.

Desde el primer minijuego, llamado "Corredor Solitario", queda claro el espíritu del juego. Se trata de una carrera por una pista dividida en distintas calles, y podemos cambiar de una a otra para esquivar distintos obstáculos,o también saltar sobre ellos. Pero la peculiaridad de Frantics llega en que también podemos empujar al corredor que tenemos al lado para que él si se estampe contra un obstáculo, o subirnos encima de él para pasar por un hueco.

Psicología experimental aplicada o cómo cooperar y después traicionar

En una pirueta más difícil todavía, el juego obliga a veces a cooperar con otro jugador. En el caso de esta carrera, en ciertos puntos hay que pulsar sobre dos botones para abrir unas puertas para evitar que todos los animales se queden como calcomanías en ellas. Korsgaard explica que para el concepto inicial del juego se fijó en lo que es divertido en los juegos de móviles y las posibilidades del teléfono como control, pero también en la psicología experimental, en el dilema del prisionero más concretamente, en el que se establece la colaboración para beneficiarse todos los implicados.

En ¡Carámbanos! Hay que empujar a los demás jugadores para echarlos de la resbaladiza plataforma.

Frantics lleva a la práctica esta teoría de forma muy divertida. En "¡Carámbanos!" hay que golpear a los otros jugadores para ser el último que quede sobre una plataforma de hielo, pero si nos subimos a otro jugador entre los dos atacaremos con más fuerza y conseguiremos sendas coronas para puntuar… o en el último momento podemos bajarnos y dar un empujón a quien nos ha ayudado para quedar como únicos ganadores.

Casi todos los minijuegos que probamos tienen algo similar o, al menos, la opción de poner palos en las ruedas de los compañeros. En otro hay que impulsar al animal que va subido a una silla por un terreno para llegar a un punto, como si se tratase de petanca, pero antes de empezar podemos poner una trampa en cualquier parte del escenario sin que nadie más la vea. En esta competición está además uno de los detalles más divertidos y alocados del juego: cuando el personaje se para podemos ir dando unos saltitos muy cómicos en la misma dirección en que mira el animal, y es que el humor reina en todo el juego, desde la presentación de los animales hasta la celebración de la victoria.

Minijuegos con mecánicas muy diferentes

Para conseguir variedad en los minijuegos y que se adaptaran a la esencia del juego y a PlayLink el estudio recurrió a juegos tradicionales de mesa. En una estantería a la entrada de la oficina de Copenhague se encuentran títulos muy diversos, desde Catan a Junta: Viva el Presidente! pasando por Xcom Board Game junto a manuales técnicos de desarrollo de videojuegos. Ánchel Labena, productor asociado, cuenta que el director creativo, Laud Korsgaard, estudió los juegos de mesa, "los partieron en pedazos e hicieron cartas con sus propios prototipos y se plantearon cómo lograr que esos juegos funcionasen y la gente hablase entre sí". Después se implementaba el control con el móvil y se pasaba a pulir las mecánicas y el diseño.

En 'Paranoia Paracaidista' la dificultad aumenta cuando uno de los jugadores tiene dinamita; hay que pasarla a otro personaje antes de que nos estalle en las manos.

Algunos de los juegos tienen un competitivo más tradicional, como "Paranoia Paracaidista", en el que los competidores bajan en caída libre y gana quien antes llegue al suelo, lo que lleva a abrir el paracaídas lo más tarde posible pero a tiempo de no estrellarse, pero lo más habitual es que se pueda ganar por méritos propios o por poner la zancadilla, como en "Locura a chorros" en el que avanzamos por un árbol con un jetpack y hay trampas con las que se estorba el avance de los que van detrás.

Misiones adicionales encargadas por el zorro a través del móvil

Frantics no abandona ese espíritu de molestar a los demás ni cuando se acaban las vidas de un personaje en el minijuego, y le permite congelar a otro jugador durante unos instantes. "Queríamos que si alguien se quedaba eliminado no se sintiese apartado, sino que todavía tuviese la oportunidad de fastidiar a los demás. Los juegos están pensados para fastidiar o crear alianzas", explica Labena.

Frantics tiene más características que lo diferencian mucho de ser una colección de minijuegos. En algún momento uno de los jugadores tal vez reciba una llamada del zorro asignándole una misión adicional en el minijuego que se esté disputando. Si la cumple, conseguirá una corona extra, lo que supone una vida más para la fase final de cada competición.

En las subastas sólo se puja una vez. Si otro jugador ofrece más monedas, él se llevará el objeto, que se asigna de forma muy visual.

Otra peculiaridad es que, a la hora de asignar las recompensas, puede recibir una corona extra alguien que haya jugado de una manera determinada, como golpear más veces a otro animal o incluso ser quien peor lo ha hecho. Entre minijuegos hay veces en que se puja por un objeto especial de entre tres disponibles que sirva de forma temporal, para lo que se emplean monedas que se van recogiendo en los minijuegos.

Un aspecto de plastilina para unos personajes muy graciosos

El aspecto de plastilina de los personajes sirve para que el juego sea apto para todos los públicos, los animales son divertidísimos en movimiento y, aunque Napnok tiene pensada para cada uno de ellos una personalidad, esto no se muestra en el juego "porque lo ideal es que tú crees a tu animal", explica Labena. La música tiene personalidad y el doblaje es magnífico, con inflexiones diferentes del zorro en cada idioma (los animales sólo emiten sonidos sin significado), con una traducción tan buena como Sony acostumbra.

Pese a tratarse de un estudio relativamente modesto (unas 60 personas en todas sus sedes), NapNok Games ha elaborado una producción de calidad en un juego con carisma que parece va a encajar muy bien en la tecnología de PlayLink y que aprovecha las posibilidades de control y la facilidad de uso del móvil, aunque hay que probarla más a fondo y más tiempo para analizar si la diversión se mantiene a lo largo de numerosas sesiones de juego. Frantics sale a la venta el 7 de marzo para PS4, únicamente con PlayLink.

Este artículo se ha escrito tras probar el juego y entrevistar a sus responsables durante un viaje a Copenhague organizado por Sony

Redactora