Generalmente dentro de los juegos de coches se suele hablar de distintos tipos, según como sea el manejo de los vehículos. Si el juego es realista, con una conducción basada en la mecánica y las leyes de la física, se suele decir que estamos ante un simulador. Si por otra parte el manejo del coche es más ligero o nos permite hacer cosas poco factibles en la realidad, se le llama arcade. Blur, el juego que nos ocupa, es sin duda un arcade, y no sólo porque los coches salten y derrapen de formas imposibles, sino ya por su concepto de juego. En la gamescom tuvimos la oportunidad de echarle un vistazo, y si queréis saber que nos pareció, seguid leyendo.
Corre y ataca
Una de las cosas por las que destaca Blur es por el uso de power ups que nos darán ciertas habilidades. Estas habilidades nos permitirán por ejemplo usar un turbo, aunque en su mayor parte están destinadas a incordiar a nuestros rivales. En este sentido el juego tiene un planteamiento similar a Mario Kart, aunque con un estilo mucho más realista o adulto, por supuesto.
Y es que con los objetos que vayamos consiguiendo (los cuales podremos almacenar según el número de ranuras que tengamos) podremos causar efectos como lanzar un rayo a un coche cercano, blindar nuestro coche para que si nos tocan causemos una explosión, usar minas… Como veis el concepto de juego se aleja del realismo para ofrecernos diversión pura y dura.
En ese sentido, según nos comentaron sus creadores, las habilidades que usemos están pensadas para juntar a los coches en carrera, y que de esta manera la competición no pierda emoción en ningún momento. Además de estos objetos, que podremos almacenar en las ranuras que tengamos hasta que queramos usarlos, contaremos también con turbos por el escenario o reparadores instantáneos del coche.
Y es que en Blur los coches sufrirán daños. Estos, además de mostrarse gráficamente, pudiendo ver como se deforma el coche y se van rompiendo los cristales, tiene repercusiones en el juego, ya que contaremos con un escudo y una barra de vida, por lo que será muy importante no perdernos demasiados reparadores de los que comentábamos antes que estaban esparcidos por el circuito.
Mejorar para ganar
Pero no deberemos conformarnos con las habilidades iniciales, ni con el número que podremos llevar desde el principio, ya que según vayamos ganando carreras conseguiremos dinero con el que comprar mejoras. Estas mejoras nos permiten mejorar las habilidades (conseguir más daño con nuestros ataques o un turbo mayor) o nuestros atributos, como el número de ranuras para habilidades, el escudo que tengamos o la vida, que repercutirá en el número de golpes que podremos recibir antes de que nuestro coche esté listo para el desguace.
Además de estas habilidades, deberemos centrarnos en pegar saltos espectaculares y realizar todo tipo de derrapes, pues el juego nos premiará por ello (ganaremos fans). La verdad es que es un juego muy rápido, algo que se ve por ejemplo al darnos un golpe importante, ya que inmediatamente el juego nos devolverá a la pista, evitándonos tener que dar marcha atrás, girar y perder unos preciosos segundos en volver a la carrera.
Algo interesante del juego es que en este juego no todo es correr, sino que hay que resistir los ataques de los otros conductores. Es por esto que el coche más rápido no siempre es el mejor, algo que se ve reflejado en la lista de vehículos que pudimos ver. Y es que aunque nos encontramos bastantes modelos típicos de los juegos de velocidad, también había una camioneta o una furgoneta, algo poco habitual en este tipo de títulos.
Mejor en compañía
En cuanto al multijugador, fundamental en este tipo de juegos, contamos con uno local en la misma consola y otro a través de internet. En el primero, podrán jugar hasta cuatro jugadores a pantalla partida sin que el juego deje de ir fluido. Es cierto que quizás no se ve todo tan detallado, pero la verdad es que el cambio no era muy importante, funcionaba muy bien a pesar de las cuatro pantallas, y no nos ha parecido que se resintiera el rendimiento. Por otra parte, si decidimos jugar online, podremos hacerlo en partidas de hasta 20 jugadores.
Gráficamente el juego se ve muy bien, aunque no destaca especialmente. Los circuitos que vimos se desarrollaban en zonas urbanas (uno de ellos transcurría por el barrio de Gracia, en Barcelona), pero según se nos ha dicho, contaremos con una buena cantidad de entornos diferentes, como montaña, desierto y demás. Los coches se veían bien y sus deformaciones eran bastante creíbles, aunque lo cierto es que debido al frenetismo de la carrera no había tiempo para centrarse en detalles.
parece especialmente indicado para aquellos amantes de la velocidad que huyan de los simuladores complejos y simplemente quieran disfrutar un rato. Toma prestados elementos de juegos del género más desenfadaos, pero nos parece un acierto, sobre todo si pensamos en las carreras online y en los piques que pueden llegar a producirse. En general el juego tiene un nivel más que bueno, y, lo que es más importante, promete divertirnos.