Que The Elder Scrolls se acabara convirtiendo en un MMO parecía algo inevitable, una idea que rondaba por la cabeza de Bethesda desde hace muchos años, y que por fin han podido poner en práctica. Tras cinco entregas el universo de la saga es tan rico, con su diversidad de regiones, razas, facciones, leyendas y decenas de enemigos, que parecía que al menos lo más fácil lo tenían hecho, crear un universo apasionante a la par que convincente. Pero como los aficionados al género bien sabéis, no es nada sencillo desarrollar un MMO y que funcione, tan difícil una parte –crearlo- como la otra –venderlo y enganchar a los jugadores-.
Anunciado oficialmente hace un año, The Elder Scrolls Online está siendo desarrollado por ZeniMax Online Studios, un nuevo estudio de 250 empleados con mucha experiencia dentro del género, como Matt Firor, su director, que trabajó durante años en Dark Age of Camelot.
Y también está contando con la colaboración de Bethesda Game Studios, quienes les están asesorando en todo lo que se refiere al complejo mundo de Tamriel.
La semana pasada en el Bethesda Gamer's Day 2013 pudimos probarlo por primera vez, y nos sorprendió muy gratamente, primero por su aspecto gráfico, actualmente mucho mejor de lo que apuntaban las primeras imágenes y vídeos, y segundo por su jugabilidad, bastante amable y accesible con el jugador inexperto en MMO, y más parecida a un The Elder Scrolls clásico de lo que nos imaginábamos.
La historia de The Elder Scrolls Online transcurre mil años antes de cualquier entrega de la saga, una manera inteligente de no verse comprometidos por lo ocurrido en las cinco entregas anteriores, y así poder contar una historia totalmente original. Los tambores de guerra han llegado a un punto álgido, llamando a los guerreros de Tamriel en el campo de batalla, y tres facciones tomarán las armas y lucharán por el control de Cyrodiil, la Ciudad Imperial y el trono de Tamriel. Los jugadores elegirán ser miembros de una de las tres facciones, cada una con una historia única y objetivos específicos.
El Pacto Daggerfall se compone de las dos provincias del noroeste de Tamriel: High Rock y Hammerfell, el hogar de los Bretones y la Guardia roja. El Pacto también ha ofrecido a los Orcos la oportunidad de volver a su antigua patria de Orsinium a cambio de su apoyo. Trabajando en conjunto, las tres razas han formado una poderosa alianza que tiene como objetivo restaurar el Segundo Imperio y llevar la paz y la prosperidad de nuevo a Tamriel.
El Pacto Ebonheart es la más débil de las facciones, formada por antiguos enemigos que se volvieron aliados en el norte y el este de Tamriel. Los Nórdicos, Elfos Oscuros y Argonianos de Skyrim, Morrowind y Black Marsh luchan por restaurar la estabilidad del Imperio y asegurar su propia autonomía.
Y por último tenemos el Dominio Aldmeri, que se compone de las tres razas del sur de Tamriel: los Elfos Silvanos de Valenwood, los Khajiit de Elsweyr y los líderes del Pacto, los Altos Elfos de las Islas Summerset. El Dominio Aldmeri lucha para detener las maquinaciones peligrosas de la humanidad, y restaurar el dominio Elven en Tamriel.
Uno de los aspectos más interesantes de The Elder Scrolls Online es que contará con las batallas PVP más grandes vistas nunca en un MMO. Ofrecerá enfrentamientos con cientos de jugadores en pantalla –de hasta 100 vs 100-, en una lucha mundial abierta por el control de Cyrodiil, en la que tendremos que mantener y controlar los recursos de los bastiones masivos. Utilizar armas de asedio, destruir paredes de las fortalezas y aplastar a través de puertas fortificadas, así hasta conquistar la Ciudad Imperial. La persona que más méritos haya cosechado por lograr esta conquista, se coronará como emperador de la Ciudad Imperial, un líder que tomará importantes decisiones.
La mayor parte del mundo de Tamriel podrá explorarse, por lo que podremos visitar las tierras de Skyrim o Morrowind por ejemplo, aunque eso sí, no todas ellas estarán completas, con el fin de dar margen a futuras expansiones de contenido. Para poder tener el mundo de Tamriel totalmente disponible, tendremos que alcanzar el nivel 50, lo que puede que tardemos en conseguir más de 100 horas. Respecto a las mazmorras, las habrá de dos tipos, instanciadas y públicas, y tal y como viene siendo costumbre, nos obligarán a adentrarnos en ellas en un grupo con otros jugadores.
Los grupos serán de cinco jugadores y las clases pueden combinar sus habilidades para potenciarse unas a otras, por ejemplo, un pícaro puede llenar el suelo de aceite para que un mago lo prenda con su magia posteriormente. Habrá arenas de PvP (jugador contra jugador) instanciadas, y el PvP será una gran parte del contenido para jugadores de nivel máximo, y también habrá versiones heroicas de las mazmorras y diseñadas para grandes grupos. Volverán los gremios de Magos, Ladrones y de la Hermandad Oscura, a los cuales podremos unirnos. Además, cuando completemos ciertos arcos argumentales que tengan un impacto notorio sobre el mundo, este se alterará para nosotros de forma individual.
Este primer contacto jugable, de poco más de una hora, evidentemente no pudimos ver tantas cosas, pero sí nos sirvió para familiarizarnos con los controles, el sistema de combate y misiones, con un personaje de nivel 6, explorando parte de Daggerfall. Lo primero que llama la atención es cómo a pesar de dar el salto al género de los MMO, la saga no ha perdido sus señas de identidad, y si has jugado a anteriores títulos, como pueden ser Morrowind, Oblivion y Skyrim, no te sentirás demasiado perdido en los primeros minutos, todo es bastante familiar.
Contamos con los clásicos tres medidores de salud, maná y aguante, este último que se consume al realizar acciones como correr o al movimiento de evasión durante los combates. Los controles con teclado y ratón son muy parecidos a los de los anteriores Elder Scrolls en PC, y con W, A, S, D controlamos el personaje desde una perspectiva en tercera persona, y con el ratón movemos la cámara, de manera libre, sin necesidad de clicar y mantener el botón apretado como en otros MMO, pudiendo hacer diferentes niveles de zoom con la rueda. Tanto que incluso podemos activar una cámara en primera persona, que en esta beta solo servía para observar el entorno, pero que ya nos han confirmado que más adelante se implementará la posibilidad de combatir y jugar permanentemente en primera persona, lo que incrementará más si cabe la sensación de estar ante un The Elder Scrolls clásico.
Con el botón izquierdo del ratón realizamos el ataque básico y con el derecho nos cubrimos, algo que si hacemos con la suficiente coordinación a veces nos permite romper la defensa de los enemigos y dejarles durante unos segundos a nuestra merced. Se puede combatir tanto de manera libre o fijando los blancos, y de cualquiera de las dos maneras funciona bastante bien, aunque evidentemente haciendo target erraremos menos golpes, aunque con grupos de enemigos no será demasiado útil.
Unos enemigos que por cierto se mueven bastante, incluso nos buscan la espalda y hasta saltan por encima de nuestra cabeza, por lo que estamos ante unos combates más dinámicos y menos encorsetados que en otros MMO, más similares por momentos a los de un juego de rol y acción que a un World of Warcraft o alguno de sus tantos imitadores. Las habilidades se pueden equipar hasta en cinco accesos directos, del 1 al 5, y nos parecieron pocos huecos, quizás sea una característica de los personajes que vaya mejorando con el aumento de nivel. Al igual que en los últimos The Elder Scrolls, cuanto más usemos una habilidad, más mejorará esta. Desbloqueamos nuevas habilidades, tanto activas como pasivas, subiendo de nivel, y podemos ver en todo momento en qué niveles desbloquearemos determinadas habilidades, un cebo para que nos apetezca seguir jugando.
The Elder Scrolls Online está muy centrado en la experiencia para un jugador, mucho más que otros MMO, y esto junto a las similitudes visuales y jugables con la saga principal, consigue que vaya a ser muy apetecible para un amante de la serie de Bethesda, incluso para los que todavía no se han atrevido a probar un MMO. La interfaz de pantalla es limpia y clara, no está sobrecargada con decenas de datos e indicadores, y cualquiera que haya jugado a un título de rol anteriormente no tendrá problemas para enfrentarse a este juego, mucho menos hostil para el novato que otros MMO. Veremos si esto no se traduce en poca profundidad o complejidad para los más hardcore del género, un tipo de jugador voraz, que consume contenidos a una velocidad enorme.
Gráficamente ha mejorado mucho respecto a lo que se había visto hasta el momento, ha dado un salto de calidad sorprendente, y sus creadores ya nos han dicho que mejorará todavía más de cara a la versión final. El objetivo es que se amolde a la mayor cantidad de equipos posibles, algo que buscan todos los MMO, pero sin sacrificar el ofrecer una grata experiencia visual al que cuente con un ordenador lo suficientemente potente. A medio camino entre Oblivion y Skyrim, el diseño artístico quizá sea un poco menos realista, pero sigue apostando por ofrecer parajes de enorme belleza y encanto, y con toda la variedad de escenarios que ofrece el rico universo de Tamriel.
Nos ha dejado un buen sabor de boca en este pequeño contacto jugable, pero será cuando podamos profundizar en la beta el momento en el que tendremos que valorar hasta dónde puede llegar este ambicioso MMO, que cuenta como principal arma el tener tras de sí una serie de tanto prestigio como The Elder Scrolls. Quedan incógnitas por desvelar tan importantes como su modelo de negocio, que todavía se desconoce, no se sabe si será mediante suscripción, y algo que sí está confirmado y es muy negativo por la parte que nos toca, es que llegará completamente en inglés, sin subtítulos en castellano. Una pena, ya que nos ha parecido una propuesta muy interesante para iniciarse en el género, y este "pequeño" detalle echará para atrás a más de uno. En cualquier caso apunta más que buenas maneras, y se espera que se lance a finales de este año, de momento, solo en PC.