Desde que en 2019 lanzaran Man of Medan, Supermassive Games no ha faltado un solo año a la cita con su antología de terror en formato de drama interactivo. The Dark Pictures Anthology nos ha hecho tomar decisiones, realizar QTE y jugar con el destino de personajes que han protagonizado historias inspiradas en el slasher, las home invasion, las brujas, los demonios ancestrales y otros tipos de terror.
The Devil in Me, el juego que llegará el 18 de noviembre a PC, PS5, Xbox Series, PS4 y Xbox One, se vuelve más terrenal, abordando las historias de asesinos en serie que tanto triunfan en las plataformas de streaming. En Vandal hemos podido jugar a una versión beta para ordenador durante algo más de una hora. Es un título continuista (¿cómo iba a ser de otra forma sacando uno al año?), pero si esta demo es representativa de la obra completa, estamos ante una de las mejores ambientaciones que se han sacado de la manga los creadores de Until Dawn, y también la entrega de The Dark Pictures Anthology donde hay más juego.
Documentalistas atrapados en un hotel de los horrores
Como siempre, The Devil in Me nos contará una historia coral en la que vamos alternando el control entre los cinco protagonistas conforme lo va requiriendo la narrativa. Esta vez nos ponemos en la piel de un equipo de documentalistas que trabajan en uno de esos cutres programas de televisión en los que se visitan lugares donde han ocurrido crímenes horribles. La producción está a punto de ser cancelada, pero una invitación a un hotel en proceso de renovación que recrea el Castillo de H. H. Holmes puede ser lo que necesitan para la supervivencia.
Sin embargo, la situación no tarda en convertirse en una pesadilla que llevará hasta el extremo a nuestros personajes: un director caído en desgracia, explotador y con mucho ego; una becaria con problemas de ansiedad a la que trata como si fuera su asistenta; una técnica sin pelos en la lengua; una guionista que busca su oportunidad para dejar de lado el programa; y un cámara al que le cuesta tomar cualquier decisión. Los protagonistas tienen la personalidad necesaria para que las chispas salten al menor problema, algo que ocurre pronto cuando descubren que el dueño del hotel se ha marchado y los ha dejado allí encerrados.
Porque el hotel, por supuesto, es siniestro a más no poder, los animatrónicos desgastados que plagan las estancias ayudan a que cada habitación sea tétrica, y evidentemente, si se ha recreado el castillo de los horrores de Holmes, hay pasadizos, zonas secretas y máquinas de tortura ocultas que, evidentemente, vuelven a estar en uso. Con estos elementos se forma una historia en la que no faltan los sobresaltos, pero que está más basada en la tensión que en el terror puro y duro, a la vez que nos da ganas de descubrir todos los secretos de un edificio que promete ser tan protagonista como quienes están atrapados en él.
Un mayor peso de la exploración y mecánicas con potencial
En los juegos de The Dark Pictures Anthology avanzamos por escenarios lineales en los que hay unos pocos objetos con los que interactuar, vemos conversaciones en las que elegimos entre tres maneras de responder, y participamos en QTE. Todas estas acciones influyen en el desarrollo de la escena actual o de alguna secuencia futura, algunas directamente conllevan la muerte de algún personaje, y el cúmulo de varias decisiones no especificadas pueden alterar el final, lo que da mucha rejugabilidad o, al menos, la posibilidad de comentar la partida con otros jugadores para ver cómo de distinta ha sido la experiencia.
Todo eso sigue en The Devil in Me, al igual que el tener que leer muchos documentos repartidos por los escenarios para enterarse de la historia en su totalidad, el interactuar con objetos que nos muestran flashforward de la muerte de alguno de nuestros personajes, y el control de la cámara como en una aventura en tercera persona introducido en House of Ashes. Pero tras las críticas a la poca interactividad del juego del año pasado, esta vez se hace lo opuesto. Hay más mecánicas que nunca antes en la serie, como el tener que ir moviendo muebles y cajas a lo The Last of Us para abrirnos paso por una habitación medio derruida, o tener que resolver sencillos puzles para restaurar la corriente. La exploración es más satisfactoria ya que el hotel, salvando mucho las distancias, nos ha recordado a espacios como la Mansión Spencer: es laberíntico y hay detalles a la vista que probablemente tengan uso en momentos posteriores de la aventura.
Además, cada personaje tiene una mecánica única. Por ejemplo, el director tiene una tarjeta con la que abrir cerraduras (aunque hay salas inaccesibles en ciertos momentos por motivos narrativos); y el operador de cámara, además de una cámara (obvio), tiene un flash que tiene mucho potencial para crear momentos aterradores, y un instrumento con el que alcanzar objetos en alto a los que otros personajes no pueden llegar. Y la becaria, además de llevar encima un inhalador con dosis limitadas que nos ha causado mucha curiosidad, tiene un micrófono para perseguir ruidos fantasmagóricos por las paredes en una sección que nos ha tenido con el culo bastante apretado.
Sin duda, The Devil in Me, sin dejar de ser un drama interactivo centrado en las decisiones y en los QTE, parece tener más jugo que sus predecesores, aunque quizá esto también le reste el potencial que tenían esos para que cualquiera, aunque no haya jugado un juego en su vida, pudiera disfrutarlo. Por supuesto, el modo cooperativo en línea para dos jugadores vuelve, y también el multijugador local para hasta cinco usuarios que van pasándose el mando y encarnando a uno de los protagonistas.
Continuista en lo visual, pero con más ray tracing
House of Ashes ya alcanzó un nivel técnico muy alto en algunos de sus aspectos, y The Devil in Me sigue esa misma estela. Es un juego cuyos escenarios son muy detallados, en el que sorprenden para bien los rostros de los protagonistas, pero las animaciones faciales son de esas que nos hace acordarnos de la teoría del valle inquietante, y las de los personajes, al correr por ejemplo, son bastante malas. La iluminación y las sombras ya eran muy buenas en el anterior juego, pero aquí lo son todavía más, aprovechando de mejor manera los reflejos de trazado de rayos y la oclusión ambiental de trazado de rayos, dos ajustes que aumentan con creces la espectacularidad del juego, pero que también tienen muchísimo peso en el rendimiento.
El diseño de sonido tiene mucha culpa de que funcione la ambientación del hotel y de los relativamente frecuentes sobresaltos. Lamentablemente, aún no podemos comentar nada del doblaje en español porque no estaba disponible en esta demo, pero la traducción al castellano es más que correcta.
La cita anual a la peliculita de terror interactivo evoluciona
Con cada entrega de The Dark Pictures Anthology la saga ha dado un pasito más, pero siempre centrada en las mecánicas de los dramas interactivos: tomar decisiones, hacer QTE y avanzar por el escenario entre una escena cinematográfica y la siguiente. En esta ocasión, aunque todo eso sigue presente, parece que va a haber más mecánicas que nunca y que la exploración tendrá más peso. Y todas esas novedades llegan en un juego que tiene el potencial de aprovechar el furor actual por las series y los documentales de los asesinos en serie, y que también supondrá el "final de la primera temporada" de la antología, algo que no tenemos muy claro qué conllevará, pues más allá de guiños aquí y allá, cada una de las entregas cuenta una historia única.
Hemos realizado estas impresiones gracias a un código para Steam ofrecido por Bandai Namco.