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También en: PS5 XSX PC
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Ubisoft
Producción: Ubisoft
Jugadores: 1
Formato: Blu-ray
Textos: Español
Voces: Español

La ambiciosa aventura de Star Wars de Ubisoft tiene una ambientación soberbia, Impresiones Star Wars Outlaws

Volvemos a viajar durante cuatro horas a una galaxia muy, muy lejana para probar la nueva y ambiciosa aventura de acción y sigilo en mundo abierto de Ubisoft antes de su lanzamiento el 30 de agosto.
Versiones PC, PS5, Xbox Series X/S. También disponible en PlayStation 5 (30/8/2024) y Xbox Series X/S (30/8/2024).

Los fans de Star Wars estamos viviendo una época muy dulce en el mundo de los videojuegos. A fin de cuentas, en los últimos años hemos podido disfrutar de títulos tan buenos y de tanta calidad como LEGO Star Wars: The Skywalker Saga, Star Wars: Battlefront 2, las dos entregas de Star Wars Jedi o Star Wars: Squadrons, por citar unos pocos ejemplos, algo a lo que debemos sumarle el hecho de que se estén rescatando para plataformas actuales auténticos clasicazos de la serie, como Star Wars: Caballeros de la Antigua República, Star Wars Episode I: Racer o la fantástica remasterización de una obra tan importante como Star Wars: Dark Forces.

Además, el futuro pinta brillante, con proyectos realmente interesantes que, aunque se estén tomando su tiempo, estamos deseando catar. Muy pronto, el 30 de agosto, podremos volver a viajar a esta galaxia tan lejana con Star Wars Outlaws, un ambicioso y prometedor juego de acción y sigilo en mundo abierto desarrollado por Massive Entertainment que ya hemos podido jugar durante cuatro horas, una sesión que nos ha permitido hacernos una idea bastante aproximada de lo que nos vamos a encontrar cuando se ponga a la venta su versión final.

Aventuras y desventuras en el Borde Exterior

Lo primero que llama la atención de esta aventura es, sin duda, su premisa argumental y las implicaciones que tiene a nivel jugable. En vez de encarnar al enésimo Jedi, aquí nos pondremos en la piel de Kay Vess, una joven ladrona muy inspirada en personajes como el de Han Solo que busca ganarse su libertad dando el mayor golpe que se ha dado nunca en la galaxia, una misión para la que tendrá que reunir a una tripulación lo suficientemente capaz mientras lidia con los distintos sindicatos del crimen que controlan el Borde Exterior.

Kay y Nix se hacen querer.

Es decir, aquí no hay poderes de la Fuerza, duelos de sables láser ni nada parecido, ya que controlamos a una humana normal y corriente. De hecho, Kay no podría ser más novata e inexperta, algo que está muy bien plasmado en la narrativa, ya que no hemos parado de verla meter la pata una y otra vez mientras se mete en numerosos problemas e intenta echarle algo de morro al asunto sin que nadie la tome en serio. Por supuesto, todo esto ha derivado en secuencias y conversaciones muy divertidas que nos han resultado un tanto refrescantes para lo que las historias de los videojuegos de Star Wars nos tienen acostumbrados, algo que se ve reforzado por un elenco de personajes que, a priori, nos ha parecido que tiene bastante carisma.

Otro de sus aciertos lo tenemos en el periodo en el que se ambienta la aventura, ya que nos lleva a la época comprendida entre El Imperio Contraataca y El Retorno del Jedi, una era en la que las organizaciones criminales pudieron prosperar gracias a los problemas que estaba teniendo el Imperio para mantener el orden por culpa de los quebraderos de cabeza que les estaba dando la Alianza Rebelde. Como podréis intuir, pocos momentos mejores se nos ocurren para situar una historia como esta en la que se busca profundizar en los bajos fondos de La Guerra de las Galaxias.

Un juego enorme con un gran protagonismo de las mecánicas de sigilo

En lo puramente jugable, lo que nos propone es una fórmula muy parecida a la que podemos encontrar en otros juegos de mundo abierto de Ubisoft, aunque también aporta algunas ideas interesantes y sabe sacarle partido a la licencia en la que se basa para darle su propio sabor. En líneas generales, exploraremos varios planetas distintos por los que nos podremos mover con total libertad mientras investigamos puntos de interés, participamos en algunos eventos aleatorios y cumplimos misiones de todo tipo, desde pequeños contratos para ganarnos unos créditos hasta elaborados encargos con sus propias tramas argumentales que nos llevan a vivir toda clase de aventuras únicas en sitios por los que nunca pasaríamos de otro modo y que nos recompensan con jugosas y valiosas mejoras para nuestro personaje.

Nuestro principal medio de transporte en el mundo abierto será el speeder.

De hecho, tenemos que admitir que las misiones opcionales nos han sorprendido muy positivamente por lo trabajadas que están, especialmente las relacionadas con los personajes secundarios: son largas, sus historias no están nada mal y nos permiten desbloquear habilidades que aportan riqueza a la jugabilidad y nos hacen la vida mucho más fácil, como un turbo para el speeder o un modificador para la pistola que nos permite alternar a un modo de disparo especial que causa graves daños a los escudos de energía. Además, parece que serán bastante variadas y algunas incluso nos ofrecen varias formas de resolverlas, como una en la que tuvimos que decidir en qué facción criminal nos queríamos infiltrar para robar algo que necesitábamos.

Lo que no nos ha terminado de convencer tanto son las propias mecánicas del juego como tal. Aunque en su desarrollo hay espacio tanto para los tiroteos más intensos como para el sigilo, lo cierto es que nos ha llamado la atención el enorme protagonismo que tiene la infiltración en el desarrollo de nuestro viaje, algo que tiene todo el sentido del mundo si tenemos en cuenta la poca experiencia que tiene Kay en combate y los conflictos argumentales que podrían darse si nos pillan en muchas de las misiones.

Este enfoque no nos parecería mal si el sigilo estuviese bien resuelto y fuese satisfactorio, aunque la realidad es que nos ha dejado un poco fríos por culpa de la nefasta IA enemiga, sus rígidas rutinas y la repetición de un par de anodinos minijuegos constantemente para piratear terminales y abrir cofres y puertas, algo que no rompe mucho el ritmo de juego.

Contamos con un disparo especial que puede eliminar enemigos al instante, pero tras usarlo tendremos que esperar a que se vuelva a recargar. Muy útil tanto para los momentos de sigilo como de combate.

Por suerte, tiene algunas cositas que nos han gustado, como los escenarios en los que nos hemos tenido que infiltrar, los cuales ofrecen varias posibilidades de acción incluso cuando son lineales, con algún que otro momento en el que nos hemos tenido que parar a explorar y pensar cómo sortear un obstáculo que nos impide avanzar.

Si bien las acciones de sigilo de Kay son las típicas que podemos encontrarnos en cientos de videojuegos, como agacharnos, escondernos en zonas de hierba alta, sabotear alarmas y ejecutar enemigos por la espalda de un solo golpe (no esperéis mucho más, ya que no podemos, por ejemplo, mover los cuerpos de los enemigos para esconderlos), lo que aporta cierta "chicha" a la infiltración es Nix, nuestra fiel y adorable mascota. Además de enamorarnos y comerse la pantalla cada vez que lo vemos interactuar durante las secuencias de vídeo, Nix siempre nos acompaña y puede llevar a cabo una gran cantidad de acciones contextuales distintas.

Así pues, podemos ordenarle que distraiga a un enemigo, que active un interruptor al que no llegamos, que haga explotar un objeto, que destruya un generador de escudos y muchas más acciones que están predeterminadas para cada elemento con el que podemos interactuar. Hasta podemos pedirle que robe o que recoja un ítem fuera de nuestro alcance. Gracias a su pequeño tamaño y a su capacidad para pasar desapercibido, los enemigos no suelen hacerle mucho caso, así que puede moverse con mucha libertad por los escenarios para brindarnos numerosas oportunidades tanto para actuar en sigilo como a la hora de pegar tiros.

Nix es extremadamente útil y estaremos constantemente dándole órdenes durante las misiones.

En líneas generales, el uso de Nix nos ha parecido una especie de versión simplificada de las mecánicas de pirateo de la saga Watch Dogs y no se puede negar que aporta vidilla al desarrollo de las misiones. Además, gracias a él también podemos activar el equivalente a la típica visión de detective.

El problema es que, al final, el uso de nuestro fiel compañero acaba cayendo en algo rutinario, por lo que acabamos utilizando las mismas acciones y estrategias una y otra vez, ya que las patrullas de enemigos y sus rutinas están diseñadas teniendo en cuenta los objetos del escenario que hay a nuestra disposición, por lo que resulta bastante evidente lo que los diseñadores quieren que hagamos para quitarlos de en medio.

A esto tampoco ayuda que la IA enemiga necesite mejoras teniendo problemas para detectar ruidos (resulta cómico eliminar a un soldado que grita agónicamente a todo pulmón al ser eliminado de ciertas formas y que nadie en la sala se inmute) o se le olvide con una facilidad pasmosa que ha visto algo sospechoso moviéndose entre las sombras.

También hay momentos y misiones en los que el plataformeo cobra importancia con pequeños saltos y secciones de escalada inspiradas en Uncharted. Hasta contamos con una cuerda con gancho para balancearnos en varios sitios y sortear obstáculos.

Tampoco creemos que vaya a ser plato del gusto de todo el mundo la tendencia de muchas de las misiones que hemos jugado de hacernos fracasar el objetivo automáticamente si alguien nos ve y da la alarma, obligándonos a cargar el último punto de control para repetirlo todo nuevamente. Sí, hay misiones que nos permiten optar tanto por pasar desapercibidos como por abrirnos camino a tiro limpio, pero estas han sido las menos numerosas que nos hemos encontrado.

Como veis, el sigilo no nos ha terminado de enamorar y hemos echado en falta que sea un tanto más satisfactorio y estimulante. Quizá, en compases más avanzados, se introduzcan nuevas ideas y mecánicas que lo hagan más divertido, pero ahora mismo lo único que os podemos decir es que en la última hora de la demo que hemos jugado ya se nos estaba empezando a hacer repetitivas las mecánicas de infiltración y sigilo.

A tiros por la galaxia

Entrando en las mecánicas de acción lo cierto es que las carencias de la IA salen a relucir mucho más cuando vemos a nuestros rivales intentando avasallarnos confiando únicamente en su superioridad numérica, con dificultades para tomar coberturas y viniendo de frente a por nosotros. La máxima muestra de inteligencia que veremos por su parte en estos momentos es que intentan sacarnos de nuestros escondites con granadas si permanecemos mucho tiempo agazapados en el mismo sitio, así como la colocación de unos escudos de energía que utilizan para protegerse.

La barra de salud está dividida en varias secciones. Las que nos vacíen por completo no se regenerarán automáticamente, así que tendremos que usar viales de bacta para curarnos.

Cuando toca pegar tiros, la mayor parte del tiempo utilizaremos nuestra pistola bláster, la cual podemos configurar con diversos modificadores para tener acceso a distintos tipos de disparos entre los que podemos alternar. Si queremos usar otras armas, tendremos que obtenerlas en el campo de batalla. Por supuesto, estas suelen ser más poderosas, pero quedan inservibles una vez agotamos su energía, un pequeño detalle que nos ha gustado y que debería mantenernos atentos a nuestros alrededores intentando rearmarnos constantemente. Adicionalmente, cabe destacar que podemos usar nuestra concentración para ralentizar el tiempo y fijar varios blancos para realizar ataques consecutivos al más puro estilo Dead Eye de Red Dead Redemption.

Nuevamente, el encargado de aportar algo de jugo a los tiroteos es Nix, a quien podemos ordenar todo tipo de acciones para ayudarnos a acabar con nuestros adversarios, ya sea utilizando los elementos que veamos en los escenarios para crear oportunidades, distrayendo a un rival o hasta trayéndonos potentes armas a las que no podemos llegar si exponernos a ser fusilados.

Unas batallas espaciales carentes de emoción

La tercera pata de la jugabilidad de Star Wars Outlaws reside en las batallas de naves espaciales, todo un clásico de la saga que no podía faltar en un juego como este. De entrada, nos ha gustado mucho la sensación que transmite el título al viajar entre planetas y diversos sectores de la galaxia. Aunque los despegues, los aterrizajes y los saltos al hiperespacio se hacen de forma automática cuando confirmamos que queremos hacer dichas acciones, no hay pantallas de carga como tal, por lo que veremos todo el proceso de entrar y salir de los mundos sin cortes de ningún tipo.

Existe un sistema de recarga activa que nos permite acelerar el enfriamiento de nuestro bláster.

Como podréis intuir, el manejo de la nave es muy sencillo y no puede compararse (ni lo pretende) a lo visto, por ejemplo, en Star Wars: Squadrons, ya que aquí no vamos a hacer mucho más allá de aumentar o disminuir nuestra velocidad mientras maniobramos con unas físicas que hacen que el pilotaje sea muy arcade, algo que creemos que encaja adecuadamente en una obra que apunta a un público mayoritario e intenta hacer tantas cosas diferentes.

El problema es que esta simpleza también afecta a los momentos acción a bordo de nuestra nave, los cuales nos han parecido un poco insustanciales, ya que todo se limita a tener al enemigo dentro de nuestro campo de visión, pulsar el botón de fijado y apretar el gatillo hasta que caiga. Si eso, lanzar algún misil si es más fuerte de lo normal, evitar algún ataque y utilizar un kit de reparación si sufrimos daños. Son unos combates algo planos a los que les falta intensidad, aunque quizás mejoren más adelante con nuevas mecánicas y nuevos tipos de rivales que nos exijan desarrollar nuevas estrategias.

El juego de tronos del Borde Exterior

Lo que sí que nos ha gustado mucho de esta propuesta de Ubisoft es su sistema de facciones. A lo largo de nuestra aventura nos tocará lidiar con los sindicatos criminales que llevan la voz cantante en el Borde Exterior, y nuestras acciones y decisiones afectarán positiva o negativamente a nuestra relación con ellos.

El sistema de facciones y elecciones le da mucha vidilla al desarrollo de la aventura.

Como podréis intuir, una buena reputación nos dará acceso a diversas ventajas, como que nos dejen entrar en sus bases, que nos ayuden cuando tengamos problemas con el Imperio o que nos vendan artículos exclusivos, mientras que una mala puede provocar hasta que manden escuadrones de asesinos para darnos caza, los cuales pueden aparecer en cualquier momento de la partida.

Lo realmente interesante es que no siempre será posible contentar a todo el mundo y muchas misiones nos harán tomar decisiones que nos permitirán granjearnos el favor de una facción a cambio de enfadar a las demás. Esto es algo que se hace de forma muy interesante en el plano narrativo, ya que hemos llegado incluso a recibir llamadas en mitad de un encargo en las que nos han tentado con ofrecernos mejores recompensas si traicionamos a quien nos ha contratado.

Todo esto no deja de ser un sistema relativamente simple cuyos efectos se contabilizan con un sencillo medidor, pero ayuda a crear momentos tensos y a sumergirnos en la fantasía de estar moviéndonos por el pantanoso terreno de los bajos fondos. A fin de cuentas, no somos más que unos simples ladrones que se han visto envueltos en el delicado juego de poder que hay entre las organizaciones criminales más peligrosas de la galaxia.

Una recreación soberbia del universo de Star Wars

De igual modo, nos vemos en la obligación de aplaudir con todas nuestras fuerzas a la recreación que se ha realizado de este universo, consiguiendo una ambientación soberbia que nos ha sobrecogido y nos ha hecho sentirnos como si estuviésemos dentro de una película de la saga. La cantidad de detalles de los escenarios, el ambiente de cada planeta, la dirección de arte, los diversos elementos de la interfaz, la forma en la que están dirigidas las secuencias de vídeo… Todo respira Star Wars y amor por la saga por los cuatro costados. A nivel técnico hay algunas cosas que nos han chirriado, como el modelado de los rostros de los personajes humanos y sus expresiones faciales, ciertas texturas y un rendimiento que va algo justo en el mundo abierto, pero creemos que sus virtudes acaban pesando más.

La forma en la que recrea todo este universo es un sueño hecho realidad para cualquier fan.

El sonido sigue la misma línea con una banda sonora épica y muy aventurera que capta a la perfección el espíritu de la licencia, unos efectos de calidad y perfectamente reconocibles para cualquier fan y un doblaje en inglés de primer nivel. Por cierto, la versión final estará doblada al español, pero solo nos han permitido jugar en la lengua de Shakespeare.

El 30 de agosto comienza otra gran aventura de Star Wars

Este nuevo y último contacto con Star Wars Outlaws antes de su análisis nos ha generado algunas dudas debido a algunos fallos con el sigilo o los tiroteos relacionados principalmente por la IA rival, aunque tampoco podemos obviar lo mucho que hemos disfrutado con su pareja de protagonistas, su espectacular ambientación, sus cuidadas misiones, su interesante sistema de facciones y las posibilidades estratégicas que nos abre Nix. A pesar de esos problemas, ha conseguido sumergirnos de lleno en este universo que tanto adoramos y nos ha dejado con ganas de que llegue ya el 30 de agosto para poder echarle el guante y perdernos durante semanas en el Borde Exterior viviendo todo tipo de aventuras y comprobando hasta dónde será capaz de llegar. ¿Conseguirá entrar en el Olimpo de los juegos de La Guerra de las Galaxias? Muy pronto lo descubriremos.

Hemos escrito estas impresiones tras jugar en remoto a la versión de PC en un evento online al que fuimos invitados por Ubisoft.

Redactor