Pese a que los videojuegos con argumento o traslaciones al futuro han sido una constante en la aún breve historia de los videojuegos, existen dos géneros en el mundillo especialmente proclives a tener subgénero o variaciones futuristas; uno de ellos es el género de la conducción o de carreras, que cuenta a su vez con un subgénero de velocidad futurista (también llamado carreras futuristas) que nos propone trepidantes carreras a bordo casi siempre de extraños vehículos "sin ruedas" y velocidades imposibles, teniendo como claros exponentes las sagas WipeOut y F-Zero, y del que ya hicimos un completo reportaje repasando su historia.
Del mismo modo, el género deportivo, tan prolífico y diverso a día de hoy, también ha tenido múltiples adaptaciones futuristas casi siempre en forma de juegos muy arcades –no en vano muchos de ellos nacieron en las recreativas- que tuvieron su época dorada en la era 16 bits durante finales de los 80 y buena parte de los 90. Es de justicia nombrar el divertidísimo y adictivo Soccer Brawl de la hoy mítica Neo-Geo… pero también podemos afirmar sin temor a equivocarnos que el título emblema de este subgénero futurista es Speedball. Este juego nació en el año 1988 para Amiga y Atari ST de la mano de los Bitmap Brothers, una pequeña compañía (como la mayoría de esa época que hacía juegos para ordenadores) inglesa que se hizo muy popular, adorada y reconocida a partes iguales en aquella época gracias a sagas como Xenon, un soberbio matamarcianos de scroll vertical (especialmente su segunda parte) y la que nos ocupa.
Speedball y Speedball 2: Brutal Deluxe nos situaban en un futuro lejano donde tras el claro declive de los deportes tradicionales, la nueva sensación de las masas era una salvaje competición sin reglas mezcla de fútbol americano y hockey que recordaba bastante a la película Rollerball. Con una perspectiva aérea desde arriba, la rapidez de reflejos, agresividad y velocidad se convertían en nuestras armas principales para derrotar al equipo rival. Aparte de su adictiva mecánica de juego, los brillantes gráficos y la música del siempre genial David Whittaker (también autor de quizás su obra magna, la música de Shadow of the Beast) acabaron de redondear un producto de excelente calidad. Tal fue su éxito que pocos juegos de la época tuvieron tantas conversiones para casi todos los sistemas habidos y por haber e incluso actualmente existen versiones para móviles.
Ahora, 20 años después del lanzamiento del primer título nos encontramos con un remake que sin ofrecer grandes novedades, sí pretende revalidar el éxito de las entregas anteriores potenciando el juego cooperativo a través de Internet.
Violencia sin paliativos
Dos equipos formados por nueve jugadores cada uno, un reducido campo de juego, y una esfera metálica que deberemos controlar para anotar el máximo número de tantos posible en las dos mitades en las que se divide el tiempo de juego. Con estas sencillas reglas deberemos afrontar los brutales partidos que se nos presentarán en Speedball 2, un título deportivo que como decíamos, no destacará precisamente por el juego limpio. En este sentido, los partidos no consistirán únicamente en controlar el esférico, pasárselo a nuestros compañeros de forma rápida y precisa, y lanzar potentes disparos contra la portería rival. En cada encuentro habrá decenas de eventos o condicionantes aleatorios que podrán modificar por completo el desarrollo de la partida: podemos obtener mejoras en nuestro poder ofensivo, mayor velocidad para nuestros jugadores, inmovilizar a los contrarios con la pelota, etc.Por supuesto, la base seguirá siendo la de tratar de introducir la pelota en la portería contraria mientras evitamos que los contrarios hagan lo propio en nuestra meta. Para ello, contaremos con una gran variedad de jugadores que gracias a sus características particulares nos permitirán desarrollar una importante cantidad de estrategias de juego. En este sentido, por un lado podemos optar por el juego físico y violento usando jugadores más fornidos con una gran capacidad de aguante, o usar más a los personajes especializados en las carreras a marchas forzadas –por ejemplo las mujeres suelen ser las más rápidas mientras que los robots resisten mejor las inclemencias del encuentro-.. En base a parámetros como la inteligencia, fuerza, campo de visión, etc., seremos nosotros los que decidamos cómo posicionar a nuestros jugadores y cómo desarrollar estos aspectos tras cada encuentro. En relación a este último detalle, la cantidad de dinero que recaudemos en los torneos o competiciones de largo recorrido nos permitirá desarrollar estos aspectos como deseemos –con opción a que se haga de forma automática-, algo que de nuevo ahondará en el componente estratégico que presentará este Speedball 2.
Y aquí no podemos sino destacar la sencillez en el sistema de control con la que nos toparemos. No en vano, realizar combinaciones largas de pases y tiros será una constante a lo largo de los partidos, pero también realizaremos con suma facilidad cambios en nuestra estrategia de juego en cuestión de segundos –podemos pasar de tácticas ofensivas a defensivas-, o castigaremos a golpes a nuestros contrarios con el único fin de arrebatarles la pelota. También se ha dotado de cierta importancia a la acción de saltar sobre los rivales para esquivar sus golpes, o directamente para realizar lanzamientos desde otra perspectiva. La cuestión, a fin de cuentas, es que en cada uno de los partidos que disputemos realizaremos infinidad de acciones ofensivas y defensivas que no nos darán ni un segundo de respiro, algo que sin duda se torna en emocionante en los partidos contra otros usuarios (hasta cuatro a la vez) a través de Internet.
También resulta importante la cantidad de equipos a elegir, así como la posibilidad de crear uno propio a nuestro antojo personalizando el aspecto de su vestuario y escudo; si bien es cierto se echa en falta la opción de diseñar también a los jugadores. Para los nostálgicos se incluyen además algunos de los equipos más populares de la franquicia,
Demasiado exigente
Sin duda, uno de los aspectos que menos nos ha gustado en esta primera toma de contacto con el juego ha sido la optimización del motor gráfico del que hace gala. Con unos entornos y personajes en perfectas tres dimensiones, Speedball 2 se trata de un título muy exigente a nivel de requisitos mínimos del sistema, algo incomprensible si tenemos en cuenta que no estamos ante un juego espectacular. Y si bien es cierto los jugadores y los estadios están bien modelados y detallados, no lo están lo suficiente como para funcionar a trompicones en según qué equipos. Por lo tanto, éste es un aspecto que sin duda, puede socavar la experiencia de juego, ya que determinadas ralentizaciones pueden echar al traste cualquier resquicio de diversión que en principio podríamos encontrar en un título de estas características.Por todo lo demás, el regreso de este clásico de los videojuegos promete estar a la altura de las circunstancias, sobre todo gracias a su vertiente multijugador, que es la que sin duda dotará de una larga vida al producto. Está por ver si los aficionados al género, y en especial los seguidores de la saga, quedarán o no satisfechos con el resultado final. De momento, habrá que esperar unos meses hasta que podamos salir de dudas.