Tras el cierre de Rebel Act –creadores del magnífico Blade: Edge of darkness-, un pequeño grupo de programadores no se dio por vencido y decidió crear un nuevo estudio. Así fue como nació Mercury Steam y su nueva obra, Scrapland.
Scrapland es un título que une diversos géneros para ofrecer una experiencia de juego de lo más gratificante. Nosotros encarnaremos a D-Tritus, un robot que viaja a Quimera en un momento de crisis.
Pero antes de continuar narrando las andanzas de nuestro protagonista, lo mejor será que conozcáis un poco la historia de este planeta repleto de robots. Y por tanto, deberemos remontarnos miles de años en el pasado para comenzar por el principio.
Quimera es una ciudad asentada en el asteroide Scrapland. Antiguamente, este asteroide estaba habitado por humanos que lo explotaron para obtener recursos minerales. Fue tanta la sobre explotación, que al final, este precioso asteroide se convirtió en una roca devastada.
Los humanos abandonaron el asteroide pero no así los robots, que durante miles de años fueron reconstruyendo toda la superficie. Los robots que crearon de nuevo la "vida" en Scrapland eran, en su mayoría, piratas que subsistían a base de saqueos de naves estelares que pasaban por la zona. Y con las fortunas obtenidas, poco a poco fueron dejando sus "negocios" como piratas y se convirtieron en grandes banqueros, periodistas, o simples funcionarios. Ahora, esta civilización robótica vive en paz y armonía, aunque con algún que otro recuerdo pasado ya que, estos respetables robots, disfrutan muchísimo con las carreras y los combates a muerte.
Y es ahora cuando entra en juego nuestro robótico protagonista. Como hemos dicho, somos D-Tritus, un androide que se construyó él mismo en un vertedero espacial. Como se aburría mucho, decidió construirse una nave y viajar a otros mundos. Y así fue como llegó a Scrapland, y más concretamente, a la ciudad de Quimera.
Cuando llega, se da cuenta de que necesita dinero para sobrevivir así que rápidamente se pone a buscar un trabajo. Se convierte en periodista y además, se pone a trabajar para diversos jefazos de la ciudad. Mientras va hablando con los habitantes de la ciudad, al más puro estilo de las aventuras gráficas, D-Tritus descubre que en Quimera hay una especie de dios robótico que impide que los habitantes de la ciudad mueran. Se trata de la Gran base de datos, algo que llamará la atención a nuestro intrépido protagonista.
Tras varias conversaciones, D-Tritus decide salir a dar una vuelta así que va hacia el garaje y selecciona una de las naves que allí se encuentran disponibles. Como si de GTA se tratara, podremos cambiar de nave en cualquier momento –siempre que estemos en algún aparcamiento- para así poder viajar con mayor comodidad por las calles de Quimera. Es impresionante ver como decenas de pequeñas naves viajan por todas partes: algunas siguen el camino establecido, otras prefieren salirse y atajar entre edificios; y los más intrépidos, se atreven a atacar a los vehículos policiales generando de ese modo, pequeñas escaramuzas en los cielos de la ciudad.
Un radar nos mostrará todas las localizaciones que estarán disponibles: podemos visitar una discoteca para hablar con un personaje importante que nos dará diversas misiones. También podemos ir a varios aparcamientos para coger los teléfonos –aunque aquí son más modernos- e incluso, podremos visitar a un mecánico. En este taller nosotros podremos comprar piezas para nuestras naves obteniendo de este modo, una variedad de modelos increíbles. Si queremos, le aumentamos el arsenal; o si lo preferimos, podemos ponerle nuevos motores para luego usarla en las diversas carreras que deberemos correr.
Todo al gusto del jugador.
Pero esta es solo una pequeña parte de lo que ofrece Scrapland. Hemos comentado que mediante los diálogos con otros personajes iremos consiguiendo diversos trabajos que nos podrán llevar al exterior para combatir con las naves o realizar carreras. Pero también tendremos que combatir a pie. Y aquí entra en juego nuestra habilidad para introducirnos en los cuerpos de diversos robots.
Uno de los jefazos nos pide que vayamos a un edificio en busca de un robot. Nosotros cogemos nuestra nave y buscamos el piso. Cuando lo vemos, aparcamos y entramos. Allí vamos caminando y esquivando a todos los habitantes que pueblan el edificio. Finalmente llegamos a nuestro objetivo. Se nos indica que los poseamos, nosotros hacemos caso a las indicaciones y entramos dentro de su cuerpo. Perfecto, acabamos de realizar una operación ilegal y por tanto, toda la policía de la zona nos está buscando. Ahora, y dentro de otro cuerpo, deberemos intentar despistar a los policías. El radar nos indica donde están los agentes y en que dirección están mirando. Como si de Metal Gear se tratara, deberemos ir esquivando a todos los polis que veamos.
Cuando el nivel de alarma descienda, podremos movernos con algo más de tranquilidad pero nunca bajéis la guardia. Las fuerzas de seguridad se dividen en tres tipos de unidad: los polis normales, los súper polis y los vigilantes. Estos vigilantes utilizan sus radares para detectar intromisiones ilegales. Si tú estás dentro del cuerpo de alguien, el vigilante te escaneará y si te quedas mucho tiempo cerca… Bueno, ya te puedes imaginar la que se armará.
Otra de nuestras habilidades es la de poder trasformarnos en cualquier habitante de la ciudad. Podemos ir a una terminal e indicar que nos queremos transformar por ejemplo, en un policía. Ahora adquirimos sus habilidades para conseguir que la gente nos pague por protegerles –de nosotros, por supuesto-. También podemos elegir ser un vigilante e ir acusando a todo el mundo de ilegal.
Así pues, con todo esto os deberías hacer una idea de cómo funcionará Scrapland. Podemos ir cumpliendo las misiones principales o también, podemos optar por dar unas vueltas por la ciudad y ver si encontramos alguna que otra misión secundaria. Podemos completar algunas misiones a cañonazos y otras con sigilo. El jugador podrá ir eligiendo las naves y los componentes que añadir. Por tanto, la libertad en Scrapland estará asegurada.
Todo esto que os hemos ido narrando estará aderezado por un potente motor gráfico que mostrará una ciudad gigantesca repleta de detalles. Es impresionante en todos los sentidos. Los interiores se encuentran extremadamente detallados, con montones de salas que visitar: desde discotecas hasta talleres malolientes. A esto debemos añadirle unos efectos de luces y sombras increíbles. En la discoteca veremos como nuestra sombra aparecerá y desaparecerá según nos den los focos que van bailando al ritmo de la música. También incidirá en todos los habitantes de la ciudad. Que además de estar perfectamente modelados –con un diseño que nos encanta- y animados, poseen unas texturas de altísimo nivel.
Pero todo esto en los interiores, una vez salimos al exterior… Bueno, solo tenéis que imaginaros una urbe gigantesca, con fábricas que lanzar llamaradas desde sus chimeneas, o montones de naves que se internan en un túnel repleto de carteles publicitarios. Todo se mueve con una fluidez pasmosa y da gusto ver como en las carreras, mientras alcanzamos velocidades increíbles, el motor sigue sin resentirse lo más mínimo. También nos quedamos con detalles como el de poder ver toda la urbe desde los ventanales de los edificios. Increíble.
Con todo esto, deberemos sumergirnos en una historia de suspense y aventuras. Un terrible asesinato hace que nos involucremos más de la cuenta en la investigación y acabemos metidos en muchos problemas. La libertad de acción y la posibilidad de crear nuestras propias naves aumentan todavía más nuestras ansias de echarle el guante a esta nueva obra del estudio español Mercury Steam.
A esto debemos añadirle un multijugador de lo más tradicional con las diversas variantes de "todos contra todos" o "capturar la bandera". El límite de jugadores será de dieciséis personas tanto en su versión para compatibles como en su versión para Xbox.
En fin, ahora solamente nos queda esperar hasta estas navidades, fecha en la que el primer título de Mercury Steam llegará a las tiendas. Esperemos que todo salga bien y estemos ante un gran juego. Y sobre todo, que los creadores de Blade tengan más suerte que con su anterior proyecto, aunque estando American McGee la cosa parece que irá bastante mejor.