Metal: Hellsinger es un juego que tiene su primera gran batalla ganada desde su mismísima premisa. No en vano, estamos hablando de un título de acción en primera persona fuertemente inspirado en los nuevos Doom al que se le ha dado un giro musical, obligándonos a disparar y aniquilar demonios al ritmo de una serie de temazos de heavy metal compuestos en exclusiva para la ocasión y que cuentan con la participación de artistas provenientes de grupos como Arch Enemy, Trivium, Lamb of God, System of a Down o Dark Tranquillity. Una mezcla explosiva a la que, sinceramente, nos cuesta mucho resistirnos, especialmente tras haber tenido la oportunidad de probar su demo.
A tiro limpio en el infierno de la música metal
Algo que queremos dejar muy claro es que aquí estamos ante una aventura en la que todos los niveles han sido diseñados "a mano", por lo que no hay elementos de generación aleatoria al estilo roguelite como si pasaba, por ejemplo, en BPM. Gracias a esto, podremos "picarnos" todo lo que queramos rejugando cada fase hasta dominarlas para superar nuestras propias puntuaciones y competir en los marcadores online, algo que promete darle mucha rejugabilidad y que ya ha conseguido que le demos varias vueltas a esta versión de prueba.
Su historia nos pone en la piel de la Extraña, una misteriosa criatura mitad humana y mitad demonio que emprende un viaje de venganza que le llevará a recorrer el mismísimo infierno liquidando todo lo que se le ponga por delante. Sinceramente, no podemos daros más detalles sobre su argumento, ya que apenas hemos podido jugar el tutorial y una fase, aunque no parece que la narrativa vaya a ir mucho más de darnos una excusa perfectamente válida para justificar la aventura.
Una vez a los mandos, simplemente tendremos que preocuparnos de saltar, esprintar y movernos a toda velocidad mientras pegamos tiros al son de la canción del nivel que estemos jugando. En el centro de la pantalla hay una especie de metrónomo a modo de ayuda visual, aunque lo cierto es que la percusión de los dos temas que hemos escuchado es tan buena que hemos podido disfrutar de la acción simplemente guiándonos por el sonido y nuestro sentido del ritmo, algo a lo que también ayuda el propio funcionamiento de las armas, cada una de ellas con sus propias peculiaridades.
Por ejemplo, la escopeta solo puede disparar cada dos tiempos, ya que necesita uno entre medias para recargar el siguiente tiro, algo que ayuda a crear un ritmo extremadamente satisfactorio entre los sonidos que emite nuestro arsenal, los gritos de dolor de los rivales y la propia música. Lo mejor de todo es que a medida que encadenamos impactos sin perder el compás aumentaremos nuestro multiplicador de puntos y llegar al máximo hará que podamos escuchar la parte vocal de cada tema, momentos en los que la experiencia alcanza su pico y nos recompensa con un hipnótico subidón de adrenalina que nos sumerge por completo en la acción. Cuando todas las piezas encajan y nos hacemos uno con el ritmo y la música el título transmite unas sensaciones espectaculares de las que cuesta cansarse, algo de lo que también tienen mucha culpa las propias canciones, de una calidad alucinante que vais a gozar a poco que os guste el género.
Como decimos, se trata de un juego muy divertido que hace bastante bien lo que se propone, consiguiendo que nos sintamos como si fuésemos los protagonistas de un épico disco musical de heavy metal, tanto por el frenetismo al que se desarrolla la acción como por todo lo que rodea a su jugabilidad, aunque eso no significa que sea perfecto.
Entre los detalles mejorables podríamos mencionar un diseño de niveles un poco insípido que no propone escenarios realmente interesantes en los que combatir y que abusa demasiado de encerrarnos en arenas. Además, falta cierta brutalidad en las ejecuciones que podemos realizar y en la manera en la que los enemigos se comportan al sufrir daño, y algunas batallas tienen lugar en escenarios muy abiertos con pocos enemigos, lo que provoca que la acción se disperse más de lo que debería en según qué momentos. Quizá sean defectos solo de esta demo y el juego final nos sorprenda con fases mucho más atractivas e incluso niveles de dificultad que ayuden a aumentar la intensidad y la visceralidad de los combates, por lo que todavía confiamos en que se limen estas asperezas.
Algo que sí que nos ha gustado mucho por todo el potencial que esconde es el combate contra el jefe que nos esperaba al final de esta versión de prueba, el cual hacía gala de mecánicas más propias de un bullet hell que de un juego de acción al uso, con montones de proyectiles inundando la pantalla que debíamos esquivar al son de la música. No es que fuese ninguna locura, pero si consiguen sacarle partido a esto en las fases más avanzadas podrían acabar por ofrecernos algunos encuentros muy memorables.
A nivel gráfico tampoco os esperéis una maravilla, ya que se limita a cumplir con unos escenarios y modelados correctos que no destacan ni para bien ni para mal. Eso sí, la dirección de arte está lograda y capta muy bien la estética que cabría esperar de una propuesta de estas características. Por supuesto, el apartado más potente de todos los tenemos en el sonido y no solo por la música, sino también por la contundencia de sus efectos y su espectacular doblaje al inglés, con Troy Baker (Joel en The Last of Us) y Jennifer Hale (la comandante Shepard en Mass Effect) como los actores principales.
Un juego la que seguirle la pista
Por desgracia, todavía no se ha anunciado su fecha de lanzamiento más allá de que llegará en algún momento de 2022, por lo que es posible que nos quede esperar un poco para poder comprobar hasta dónde será capaz de llegar, pero si os gustan los shooters frenéticos en los que solo importa destrozar demonios mientras disfrutáis de la música disparando a ritmo de heavy metal, aquí tenéis un título al que probablemente queráis seguirle la pista.
Hemos realizado estas impresiones con un código de preview que nos ha proporcionado Best Vision PR.